“No contestaré las preguntas que se me formulen acogiéndome al derecho a no declarar”. La asesora de la Moncloa que ayudaba a Begoña Gómez en gestiones a favor de la cátedra que codirigía se ha negado a dar explicaciones sobre esta cuestión en la comisión de investigación del caso Koldo del Senat. La semana pasada, el PP la convocó para este viernes y justo ayer el juez Juan Carlos Peinado la citó como testigo el viernes 20 de diciembre. En la cámara alta, justo antes de que los grupos parlamentarios empezaran a plantearle preguntas, María Cristina Álvarez ha pedido la palabra y en 29 segundos ha anunciado que permanecería en silencio durante toda la comisión. “Agradezco su interés en mi persona y, como no puede ser de otra manera, cumplo con mi obligación constitucional de comparecer”, ha afirmado. “Sin embargo, y con todo el respeto a sus señorías y su trabajo, y dado que las cuestiones por las que se interesan de mi declaración están judicializadas, no contestaré las preguntas que se me formulen acogiéndome al derecho a no declarar”, ha añadido. Ha sido el mismo guion que siguió Begoña Gómez hace quince días en su comparecencia a la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid.
¿Qué pasó? En un correo electrónico, con fecha del 8 de febrero del 2024, que consta en el sumario de la investigación, María Cristina Álvarez comunicó a la empresa Reale el interés de Begoña Gómez en que la compañía aseguradora siguiera patrocinando la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva, que ella codirigía en la Universidad Complutense. «Me dice la Begoña que te traslade que le encantaría que continuáis como patrones de la cátedra, aunque sea con una cantidad inferior. Dispuestos a colaborar con vosotros en aquello que necesitáis», decía el correo que envió a Pilar Suárez-Inclán, directora de Comunicación Institucional y RSE de Reale.
María Cristina Álvarez no se identificaba con un cargo oficial (lo enviaba desde una cuenta personal), pero en la cadena de mensajes sí que aparecía utilizando una cuenta oficial de la Presidencia del Gobierno, donde firmaba como directora de programas de la Secretaría General de Presidencia. En el mismo correo, Álvarez proponía a Suárez-Inclán varias fechas para organizar dos reuniones: una para presentar la Plataforma de la Cátedra de Medición y otra para el encuentro anual de la Comisión Mixta de la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva.
Begoña Gómez expuso al juez que la asesora de la Moncloa participó en gestiones de la Complutense
Justo hace dos días, Begoña Gómez aportó al juzgado unos correos electrónicos que evidencian que María Cristina Álvarez también participó directamente en gestiones de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) mientras ella codirigía uno de sus másters. Fue octubre de 2022 cuando dos miembros de la Oficina de Transparencia de Resultados de Investigación (OTRI) se dirigieron a María Cristina Álvarez para proporcionarle información sobre cómo registrar el dominio de la página web, según constaba en uno de los e-mails que aportó la defensa de la mujer de Pedro Sánchez. En otro correo, consta que María José Sánchez Rosales (de la Gerencia de la Escuela de gobierno de la Complutense) comunicó en Begoña Gómez, a María Cristina Álvarez, a Blanca de Juan de Castro (coordinadora del Máster en Transformación Social Competitiva) y a Juan Manuel Ruano (codirector del Máster) que el pliegue de prescripciones técnicas (por el que se investiga a Gómez por un presunto delito de intrusismo) tenía que firmarlo ella. Eso sirve a su abogado, Antonio Camacho, para esgrimir que lo firmó “porque la Universidad Complutense así se lo indicó expresamente”.