La espera se le ha hecho eterna, pero finalmente, catorce semanas después de las elecciones catalanas, Pere Aragonès será proclamado 132.º president de la Generalitat este viernes 21 de mayo. El pleno, así lo ha convenido el candidato con la presidenta del Parlament, arrancará este mismo jueves por la tarde con la intervención del líder de ERC. Al día siguiente al mediodía será investido por mayoría absoluta, de modo que el lunes ya prometería el cargo de president. Todo eso siempre que no haya un giro de guion de última hora, nada previsible pero nunca del todo descartable en política catalana.
El aspirante expondrá su programa de gobierno en el hemiciclo, que será el resultante del acuerdo suscrito con Junts per Catalunya para repetir la coalición y de lo que se pactó con la CUP para conseguir su apoyo a la investidura. Posteriormente responderá individualmente a cada uno de los presidentes de los grupos parlamentarios.
Aragonès tiene atados 74 votos a favor, una holgada mayoría absoluta que le permitirá salir victorioso en primera votación. Desde Pasqual Maragall en 2003 que un president de la Generalitat no obtenía un aval tan amplio. La cruz, que el líder de ERC pasará a la posteridad como el primero que habrá pasado la penitencia de protagonizar dos investiduras fallidas antes de alcanzar la presidencia. A finales de marzo, tropezó dos veces seguidas con la abstención de Junts per Catalunya.
Junqueras, en la toma de posesión
La intención del futuro president, el primero de Esquerra Republicana de la historia de la democracia, es tomar posesión del cargo tan pronto como pueda. Fuentes cercanas a él confirman a ElNacional.cat que estará presente el presidente del partido, Oriol Junqueras, que solicitará un permiso penitenciario. El acto, indican responsables de la organización, serà el lunes a última hora de la tarde. Antes hay que superar la correspondiente burocracia real.
Pendientes del rey y del BOE
El timing depende del rey, que es quien le tiene que nombrar oficialmente, a propuesta de la presidenta del Parlament, que le comunica quién ha resultado investido. Durante la época de Juan Carlos I, este trámite se hacía presencialmente. El president o presidenta de la cámara catalana viajaba a la Zarzuela. Cuando Forcadell llegó a la presidencia del Parlament, ya con Felipe VI, el nuevo monarca rechazó recibirla. La comunicación se hizo por escrito, cosa que por otra parte agiliza la gestión.
El siguiente paso, después de prometer el cargo, será nombrar a su gobierno. La idea es que el decreto con los nombres de los nuevos consellers se oficialice a mediados de semana, para que de cara al jueves puedan prometer el cargo y comenzar a funcionar ya con la primera reunión del nuevo ejecutivo.
Contraste con el 155 de Torra
Hasta que el nombramiento del Rey no salga publicado en el BOE y el DOGC, Aragonès no puede tomar posesión del cargo en el Palau de la Generalitat.
En el año 2018, con el Govern de la Generalitat intervenido por el 155, Quim Torra optó por una celebración sobria y austera, en consonancia con el momento. Los únicos invitados fueron su familia y el president del Parlament, Roger Torrent. En el breve discurso de toma de posesión, Torra evitó cualquier mención a la Constitución española. Para evidenciar la excepcionalidad de la situación, con Puigdemont en el exilio, Torra renunció a colgarse la medalla de president, que habitualmente coloca el president saliente al nuevo.
Uno de los interrogantes es, precisamente, quien se la pondrá a Pere Aragonès. Fuentes de su entorno sí que adelantan que el acto protocolario que ya se empieza a organizar será más pomposo que el de hace tres años. Eso sí, siempre con las medidas de seguridad imprescindibles a que obliga la pandemia.
En la imagen principal, Aragonès en el escaño de vicepresident. / S. Alcàzar