Horas después del acto de Òmnium Cultural por la Diada Nacional, donde se reivindicaron las 2.850 personas represaliadas que hay en Catalunya desde septiembre del 2017, la sede nacional de la entidad en Barcelona sufrió un ataque con varios destrozos.
"Si se piensan que agresiones como esta frenarán nuestra denuncia contra la represión del Estado, están muy equivocados. Ninguna agresión nos hará renunciar al derecho a la autodeterminación y a la petición de amnistía para todos los represaliados", ha asegurado el vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, que también ha denunciado la presencia de "grupos de extrema derecha" que se paseaban "con total impunidad por Barcelona". "Seremos siempre un muro contra el fascismo y la intolerancia de los que nos querrían silenciar", ha reivindicado Mauri.
La tarea de Òmnium Cultural
Desde hace más de 57 años, Òmnium Cultural trabaja para fomentar la lengua catalana, la cohesión social, la educación y la cultura para construir "una sociedad activa, crítica, integradora y cívica", según defienden en su página web. "Seguiremos luchando por los derechos civiles y las libertades nacionales de nuestro país", ha asegurado el vicepresidente de la entidad. El president de la Generalitat, Quim Torra, ha querido apoyar a la entidad y ha insistido en que "ni la violencia ni ninguna agresión impedirán que la entidad siga trabajando por la lengua, la cultura, la cohesión social y los derechos civiles".
Desde Òmnium aseguran que no se dejarán intimidar y destacan el trabajo por la lengua, la cultura, la cohesión social y la denuncia a la represión, junto con la defensa de la autodeterminación y la amnistía para todos los represaliados. El president Carles Puigdemont ha expresado su apoyo a Òmnium ante el acto vandálico que, según el president, "pretende intimidar una entidad imprescindible en la defensa de la lengua y la cultura catalanas, y de la libertad".
2.850 personas represaliadas
Òmnium Cultural reivindicó la libertad de los presos políticos en su acto principal por la Diada Nacional. En un Onze de Setembre marcado por la pandemia del coronavirus, Òmnium llenó de sillas vacías la avenida de Lluís Companys de Barcelona, reservadas para las 2.850 personas represaliadas que no disfrutan de libertad.
"Desde las cloacas del Estado nos quieren hacer creer que la contundencia de la prisión haría que la sociedad civil dejara de luchar por un país justo", denunció el vicepresidente Marcel Mauri, que aprovechó para recordar la situación que vive el presidente de la entidad, Jordi Cuixart, en la prisión de Lledoners, y para pedir la amnistía a Pedro Sánchez.