Si el acuerdo de claridad, la propuesta del ejecutivo de Pere Aragonès para resolver el conflicto político entre Catalunya y el estado español, ya provocaba cierto recelo entre el independentismo, el fichaje de la politóloga unionista Astrid Barrio para integrar el consejo académico que tiene que definir la hoja de ruta para plantear una propuesta al Estado, ha sido la gota que ha hecho colmar el vaso. La noticia ha provocado una avalancha de críticas hacia el Govern, a quien han reprochado que una persona que negó reiteradamente la condición de exiliados y de presos políticos de los represaliados, e impulsó un partido con el presidente de Sociedad Civil Catalana, no puede formar parte de un proceso con el cual, a priori, se quiere diseñar el camino para alcanzar la independencia.

El jurista Josep Costa no se ha mostrado sorprendido por el fichaje de Barrio, que, a su parecer, es congruente con el objetivo del acuerdo de claridad, que ve como "una estrategia para neutralizar un referéndum e impedir la independencia". "Lo que me sorprendería es que hubiera ningún independentista que quiera participar", ha remachado a través de un tuit. La expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, ha definido con una analogía lo que supone el fichaje de Astrid Barrio: "el lobo a cuidar a las gallinas". Además, se ha preguntado si es una estrategia para "ampliar la base" o es un síntoma que el país sufre "síndrome de Estocolmo". Lo ha hecho en un tuit donde ha recuperado un tuit de la politóloga del 2019 en que afirmaba que "ni hay presos políticos ni hay exiliados ni están en la prisión o fuera de España por haber defendido unas ideas legítimas".

El que fue asesor en comunicación del presidente Carles Puigdemont, Aleix Clarió, ha valorado que "se tiene que ser basando pardillo" para creer que Barrio y otras personas nombradas por Aragonès "quieren formar parte de alguna resolución democrática que no pase por la unidad de España". En este sentido, ha apuntado al conseller de Recerca i Universitats, Quim Nadal, y a la consellera de Drets, Justícia i Memòria, Gemma Ubasart, por haber estado ligados al PSC y a Podemos anteriormente.

El periodista Salvador Cardús ha señalado que "un país donde se veta a Anna Navarro Schlegel" —en referencia al bloqueo para su nombramiento como miembro del consejo de administración de Fira de Barcelona— y, en cambio, se ficha a Astrid Barrio, "es un país confuso, desorientado, en declive." La articulista Montserrat Dameson también ha incidido en el problema que supone que nunca se vete a las personas unionistas de ningún cargo, a diferencia de las independentistas. A través de un tuit, ha valorado que colocar a la politóloga en el consejo académico, "aparte de no ser compatible con trabajar por ninguna independencia, es la enésima constatación de que ser catalanófobo en Catalunya no es ningún impedimento para nada".

Finalmente, hay quien, ante la estupefacción que les ha producido la noticia, ha preferido tirar de ironía. Este ha sido el caso del cantautor Lluís Llach, que ha asegurado que no encuentra nada polémico en el fichaje y que "más bien, es esclarecedor". También ha jugado con la idea de la claridad el periodista y escritor Antonio Baños, que cree que el nuevo fichaje "aporta bastante claridad" sobre lo que ha definido como "los objetivos de la comedia".