Entre marzo y noviembre de 2020, durante los meses más duros de la pandemia, una alto cargo del Ayuntamiento de Madrid y el empresario Alberto Luceño, investigado por estafa, se cruzaron un sinfín de mensajes para cerrar la compra de material sanitario con la que él y Luis Medina se habrían embolsado más de 6 millones de dólares. Conversaciones que ocupan hasta 24 páginas del sumario de la causa que instruye el juzgado de instrucción número 47 de Madrid a raíz de la querella que interpuso Anticorrupción contra ambos empresarios. Entre estas conversaciones que aparecen en el sumario del caso, se puede ver como el consistorio de Madrid tuvo conocimiento de que se estaban usando test de baja calidad para comprobar si sus empleados estaban contagiados: "Hay una parte de los test que no tienen la misma calidad que las otras tres, solo un 60%, lo que desaconseja que sigamos haciéndolos a nuestros empleados públicos", dicen los mensajes que intercanviaron Luceño y la responsable de los contratos de material sanitario del Ayuntamiento de Madrid, Elena Collado, tal y como ha podido saber El Confidencial.
El titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, imputó la pasada semana a Medina y Luceño por estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales. La investigación se centra en los tres contratos que suscribieron con el consistorio para adquirir mascarillas, guantes y test covid en el inicio de la pandemia. De los mensajes se puede extraer información como que Collado vio que el material comprado no era de suficiente calidad y le dijo a Luceño el 8 de abril de 2020: "nos han estafado seguro”. Este mensaje hacía referencia a unos guantes, y a pesar de eso las negociaciones siguieron y a finales de mayo de 2020 llegó el problema con los tests de mala calidad. Collado le insistió a Luceño: "Si podemos cambiarlos por otra partida, fenomenal, si no puede ser, tenemos que devolverlos" y él la intentó calmar (como hacíaen muchas ocasiones) respondiendo que le mandara un correo exponiendo el problema y que él lo reenviaría a Leno, la empresa malaya de la que obtenían el material.
El papel de Almeida
A lo largo de esos mensajes aparece una alusión al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, el 26 de marzo de 2020, cuando Luceño pide a la coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Ayuntamiento, Elena Collado, que le envíe "los contratos firmados", y ésta le reclama que compruebe "si está todo correcto". "Perfecto. Gracias. Ya me ha dicho Luis que le llamó Almeida", es la contestación de Luceño. "Pues he estado cinco horas con un material requisado y no me he enterado", responde la coordinadora, poniendo fin a la conversación de aquel día.
Tras conocer la mención en el sumario, Martínez-Almeida ha asegurado que efectuó una llamada a Medina para agradecerle su donación de 183.000 mascarillas. En aquellos meses de conversaciones se dieron momentos de tensión entre los interlocutores, especialmente el 8 de abril, cuando la coordinadora le envía una foto a Luceño -que no se puede visualizar en el sumario- y escribe: "Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en mi vida". "Elena, estoy con China. Ahora te llamo", responde Luceño, momento en el que Collado advierte: "Por Dios, dime algo, nos han estafado seguro"; y más tarde indica: "3,5 euros caja de 15 guantes".
Luceño se empeña entonces en tranquilizarla y asegurarla que le "confirman" que harán una transferencia en relación a una devolución al Consistorio. Collado le informa de que están mirando otro tipo de guantes, también de Malasia y, tras pedirle su interlocutor que espere, la responsable del Ayuntamiento le indica que "si pueden hacer la primera transferencia ya, mejor para todos". Continúa la conversación en ese tono, en el que Collado se interesa por la cuantía de la transferencia e insiste en que necesita "algún papel" asegurando que la van a realizar, "aunque la hagan a las 3 de la mañana".
"Me muero de nervios", reconoce después la responsable del Ayuntamiento ante los intentos de Luceño de tranquilizarla, pero Collado llega incluso a asegurar que se va a quedar despierta por la noche esperando la transferencia. La controversia se extiende al día siguiente, cuando el empresario asegura que le exigen una carta oficial con el nombre y sello de la funeraria, comprador del material, un trámite que le exigen desde un banco de Malasia para "verificar que no sois una estafa y se está blanqueando dinero". "Soy una persona que ayuda y dona y tú despierta desde las mil (...)", llega a quejarse Luceño. Luego, la conversación entre ambos se centra en los problemas de logística y los trámites con los proveedores chinos para que lleguen en tiempo y forma los pedidos de los productos sanitarios -guantes, mascarillas, test...- y, especialmente, para que todo estuviera en orden y la mercancía no llegara a la persona equivocada.