La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha protagonizado una nueva polémica por el pago de un apartahotel en el que está alojada desde el pasado 16 de marzo, perteneciente a la cadena hotelera Room Mate Group, empresa que, al igual que el gobierno regional, asegura que la dirigente popular abonará "personalmente" la factura.

Según publicó el lunes la revista ‘Vanity Fair’, Ayuso está instalada desde el pasado 16 de marzo, después de dar positivo por coronavirus, en un apartahotel de lujo propiedad del empresario Kike Sarasola y ubicado en el centro de Madrid, cerca del Teatro Real. Este jueves, según 'eldiario.es', se ha podido saber que no se trata de un apartamento, sino de dos.

En un comunicado, la cadena de hoteles ha advertido que Ayuso pagará "personalmente" la factura del apartamento, "sin coste alguno para la Comunidad de Madrid", corroborando así la versión dada por el Gobierno regional. Al tratarse de un uso del apartamento en larga estancia, el precio estipulado es de 80 euros por noche, ha detallado la cadena hotelera.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha asegurado que resulta evidente que es el blanco de todas las críticas de la izquierda, porque "intentan todos los días, por todos los medios, desacreditar" su gestión en la región durante estos meses, unas manifestaciones en línea con las del líder de su partido, Pablo Casado, quien ha denunciado este martes una "campaña de desprestigio" de la izquierda contra Ayuso. Y todo ello, un día después de que el expresidente del Gobierno José María Aznar elogiara la labor de la dirigente regional en la crisis de la COVID-19.

 

“Presunto delito de cohecho”

Sin embargo, Más Madrid y Unidas Podemos han exigido explicaciones sobre el apartahotel, ya que consideran que podría haber incurrido en "un presunto delito de cohecho", mientras que la secretaria de Organización del PSOE de Madrid, Carmen Barahona, ha pedido a Ayuso que abandone su "madriguera de lujo" y aclare quién paga el apartamento al recordar que el código ético de la comunidad y del PP prohíbe regalos que puedan condicionar la actuación del Gobierno.

 

La polémica a cuenta del apartahotel se suma a otras protagonizadas por Ayuso en los últimos días, como las declaraciones ayer en las que afirmó que la D de COVID-19 (en inglés, "coronavirus disease 2019") correspondería a diciembre, porque "el virus está campando a sus anchas" desde ese mes, un "error" que reconoció horas después.

También han despertado sorpresa unas fotografías de Ayuso que ilustraban un reportaje publicado el domingo en un diario nacional: en una aparecía con los ojos cerrados y la cabeza ladeada, y en otra, con el rostro afligido y las manos cruzadas y apoyadas por encima del pecho.

En esta entrevista se refería a la denuncia de la patronal de las residencias por las hospitalizaciones de residentes durante el pico de la pandemia, en unas manifestaciones también controvertidas. "Si ha habido criterios sanitarios que te dicen que igualmente esta persona va a fallecer, que mejor se quede ahí, yo no lo puedo cuestionar ahora en frío y a toro pasado", manifestaba.

Además, la oposición ha criticado otras recientes declaraciones de Ayuso en las que comparaba la prórroga del estado de alarma en la crisis del coronavirus con la prohibición de los coches para evitar accidentes. "De nada sirve que una persona no se mueva de su casa, que cumpla a rajatabla todas las normas aunque se esté empobreciendo, para que después baje al súper y le contagien allí (...) Es como si prohibiéramos los coches para evitar accidentes", comparó.