Ayuso gana a Casado la batalla de las portadas

Isabel Díaz Ayuso derrota a Pablo Casado en los campos de batalla de la prensa impresa. Ella se lleva la mayoría de las fotografías y títulos de portada (y los editoriales) de este viernes, pósteres que, desde el quiosco, motivarán al kommentariat que levantará o bajará el pulgar en favor de una u otro desde el púlpito de tertulias y matinales de radios y televisiones. Si las primeras páginas y editoriales del Trío de la Bencina —la fiel infantería de papel del Partido Popular— indican alguna cosa es la puerta de salida a Pablo Casado, el actual presidente del PP. ¿Quiere decir que Ayuso será su heredera? El Mundo y ABC apuestan por eso. El tabloide ultra habla de "Casado contra Ayuso" —el orden de los factores altera el producto— y vuelve a publicar una de esas imágenes, editadas dramáticamente, donde presentan a la presidenta llorosa, compungida, desconsolada, una especie de Pietà, de Mater Dolorosa, de la derecha-derecha española, de la derecha de verdad, de la derecha que rasca, pincha y corta. El tabloide monárquico lleva una imagen parecida, editada con menos crudeza, como de protagonista maltratada de un culebrón de amores y desamores turco o colombiano. En el título, sin embargo, no solo apunta, como El Mundo, sino que dispara contra Casado al acusarlo de ausente, de desaparecer —una manera más o menos elegante de recriminarle que carece de pelotas para salir a defenderse a campo abierto contra la lideresa madrileña. Incluso La Razón, el diario más afín al aparato del PP, no se la juega y adopta una actitud entre la duda y la inquietud. El artículo del director es de esos donde se echa un poco de café, un poco de leche; un poco más de café, un poco más de leche... Un batiburrillo de alguien que no sabe con qué carta quedarse, que está entre dos fuegos y no quiere ponerse en evidencia para protegerse del final de esta guerra civil. Los otros dos diarios, en sendos editoriales, piden a Casado que se vaya, tal cual.

El motivo es sencillo. Un partido es una firma que manufactura poder con la maquinaria de las elecciones y de los pactos. Pablo Casado no ha producido poder —ha perdido dos generales, ha obtenido una victoria pírrica en Castilla y León, arriesgaba Andalucía...— y rechaza pactar con Vox, el único camino del PP para gobernar si el PSOE no se aviene a Grandes Coaliciones o se abstiene. Isabel Díaz Ayuso sí que produce poder y, aunque ahora no lo necesita, tiene excusas y ninguna vergüenza para generarlo vía pactos con Vox. ¿Qué escogerán los factótums populares? ¿Cuál es la preferencia de la militancia y la afición pepera? Claro. Ella. Quizás aparece un caballero blanco, quizás es Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia, que ha dado un paso hacia Ayuso pero se mantiene como una especie de tercera vía entre el Casado que no gana y la Ayuso que lo tiene difícil por los negocios de su hermano con la Comunidad de Madrid. Atento hoy a teles y radios.

Muy interesantes las fotos de Ayuso de las portadas de Ara y La Vanguardia. El primero publica una imagen de onda melodramática aunque menos cargada de visceralidad. La Vanguardia, en cambio, escoge una donde se la ve en ademán astuto, trapacero. Canalla, si quieres. De fondo, la bandera de la Comunidad de Madrid. Es la mejor imagen de hoy —piensa lo que quieras— porque es una muestra directa de lo que le ronda por la cabeza a la cabeza la presidenta madrileña y no se afana por ganarte la preferencia apelando a las emociones o la lagrimita. Dani Duch, el autor, ha fotografiado a Ayuso otras veces en esa actitud. Se da buena mano. Por una instantánea parecida ganó el Premio Mingote hace dos años.

Solo una queja, sin embargo, a los periódicos editados en Barcelona. Hoy era día de seguir celebrando a tope el Oso de Oro de Carla Simon en la Berlinale. Así, a la regalada, solo lo hace El Periódico. Y el diario Ara, meh, un poco. Es poco. Noticias así levantan la moral de la gente, que la tiene por el suelo desde hace meses, entre la represión, la pandemia, la crisis, Ucrania y el Barça. Lástima que las maniobras de Ayuso y Casado, esa guerra civil dentro del PP —ahora tan irrelevante en Catalunya—, hayan restado a Alcarràs protagonismo de portada. Ojalá el fin de semana nos resarzan de ello.