Los populares se adelantan a la decisión del Tribunal Supremo sobre los indultos a los presos políticos independentistas. La maquinaria del partido ha arrancado con fuerza a las puertas de lo que se acabe decidiendo. Esta mañana han sido Pablo Casado y, posteriormente, el expresidente José María Aznar los que se han encargado de poner sobre la mesa sus amenazas.
Por su parte, Casado ha dicho que recurrirá los indultos si los presos no muestran arrepentimiento; por la otra, Aznar clava la mirada en los independentistas: "Se da un golpe de estado, se quiere arruinar la unidad de España y los que dan el golpe, resulta que el gobierno de España decide que los indultará", ha reprochado mientras proponía una alternativa posterior: "Quien quiere cargarse la Constitución y la unidad de España, lo paga".
Hay que recordar que la sala segunda del Tribunal Supremo dio un plazo de cinco días para presentar alegaciones a los 12 presos políticos del procés independentista y estos se negaron. A modo de ejemplo, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, tildó el hecho de dar explicaciones como una vejación: "¿Qué se han creído? No aceptaremos ninguna humillación. Ni arrepentimiento, ni indulto. Lo hemos dicho en el Supremo, en la calle y por todo el mundo: la defensa de la democracia no admite chantajes".
Ahora mismo, ir por la vía del Tribunal Supremo y depositar esperanzas resulta difícil de creer para todos ellos. Así pues, hay que recordar que la Fiscalía reitera su oposición a los indultos y los fiscales del TS van más allá y también se han opuesto a los indultos a los exconsellers Carles Mundó, Meritxell Borràs y Santi Vila
Críticas al nuevo Govern
Aznar ha ido más allá de los presos. Las declaraciones las ha dado en la cuarta jornada del Congreso Iberoamericano CEAPI, donde también ha tenido tiempo de definir el futuro nuevo Govern con Pere Aragonès al frente: "No pasará nada bueno; cuando se labra mal, de la tierra tan sólo sale una mala cosecha".
Y sobre la crisis migratoria, con la llegada irregular de miles de migrantes nadando hacia Ceuta, Aznar ha señalado que la frontera está "seriamente amenazada" y ha pedido que el Gobierno cumpla, y no abdique de su responsabilidad. De hecho, ha asegurado que él "ya se lo veía a venir".
En clave internacional, el expresidente ha llamado a no seguir ejemplos como el de Chile, donde denuncia una "enorme intervención exterior". Y de la crisis colombiana, se lo ha hecho venir bien para vincularlo con lo que considera que es una amenaza de las izquierdas españolas: "Las tácticas para desestabilizar Colombia son las mismas", ha advertido y ha censurado también el populismo de la izquierda en España, con un gobierno "partidario de los movimientos populistas y radicales" en Latinoamérica.