Barcelona se ha convertido en capital del ciberespionaje israelí, tal como ha revelado esta semana Haaretz. Curiosamente, cuando todavía no se ha aclarado la polémica en torno a Pegasus (y, concretamente, el CatalanGate), el medio de comunicación hebreo ha publicado que al menos tres equipos importantes de hackers israelíes se han trasladado a la capital catalana durante el último año y medio. "Hay aproximadamente seis grupos de israelíes que son la élite en el campo (del ciberespionaje), y la mitad de ellos se han trasladado a España (Catalunya, básicamente)", comenta al rotativo un ejecutivo del sector.
En los últimos dos meses, un equipo de expertos en vulnerabilidad digital ha llegado a Barcelona desde Singapur —están especializados en encontrar brechas en móviles para instalar software espía de forma remota—. Se trata de BlueOcean, una empresa de ciberespionaje con sede en el país asiático y propiedad de un antiguo oficial de la Fuerza Aérea israelí. También ha llegado otra compañía llamada Defense Prime, liderada por el primer investigador de la israelí NSO, que ayudó a desarrollar las versiones originales de Pegasus. Desde que se fundó, sesenta israelíes se han trasladado a Barcelona para trabajar.
Una nueva industria en la Unión Europea
Mientras que Defense Prime se dedica a desarrollar un nuevo software espía que compita con Pegasus, BlueOcean comercializa vulnerabilidades de los dispositivos para que las aproveche el software espía. Según Haaretz, el traslado a Barcelona de equipos como estos forma parte de un marco más amplio, centrado en el mercado de las vulnerabilidades. "Las vulnerabilidades no duran tanto como antes, y cuesta más dinero crearlas", dice un ejecutivo consultado por el medio hebreo. Entre otros datos, destaca que una nueva vulnerabilidad vale más de un millón de dólares.
En los últimos años nos habíamos centrado en las empresas de software espía israelíes, pero una nueva industria se ha desarrollado en Europa y Barcelona es capital. Si bien la supervisión de la ciberseguridad en la Unión Europea es tanto o más estricta que en Israel, la verdad es que una empresa con sede en Europa puede vender sus productos sin problemas. "En la actualidad hay todo un ecosistema en España (de nuevo, Catalunya), y muchos israelíes se están incorporando. Eso empezó antes de la guerra", dice a Haaretz un experto en ciberespionaje, que añade que no solo hay trabajadores hebreos. Un ejemplo es la empresa Epsilon, fundada recientemente en el estado español, que incluye a dos socios israelíes (fundadores de la compañía del software espía Bindency) y que también se dedica a la explotación de vulnerabilidades.
Fuga de cerebros hacia Barcelona
"De alguna manera, ha pasado que ahora todo el mundo está en Barcelona, incluso familias con niños", comenta un experto del sector a Haaretz, que también describe la atmósfera entre la comunidad tecnológica de habla hebrea en Catalunya: "No solo son investigadores de vulnerabilidades, también son vendedores o profesionales de desarrollo de negocios". ¿Uno de los motivos? La guerra, por el miedo de los clientes al hecho de que tras el software esté el Mosad; o también la idea de mejor comprar producto local. "Son tecnologías que actualmente Europa y los Estados Unidos prefieren desarrollar ellos mismos en lugar de comprar", explica el medio hebreo.
Haaretz habla de "fuga de cerebros en Barcelona" y un experto del sector dice: "Israel tiene un problema porque desde hace años hay una fuga de cerebros, tanto porque el campo del ciberespionaje se ha convertido en polémico como porque han cerrado muchas empresas. Pero Israel no es Corea del Norte y no puede impedir que alguien trabaje en el extranjero". "No es emigración en España (Catalunya), es expulsión en España", dice otro. Y el último experto añade que los empujan a marcharse del estado hebreo y que "los que optan por quedarse suelen hacerlo por sionismo". "La supervisión en Europa no es fácil, pero permite vender a países de la UE, EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Después de la victoria de Donald Trump, todo el mundo busca entrar de nuevo en el mercado americano", concluye.
Preocupación: Barcelona es un refugio
Ante la noticia, la Sentinel Alliance ha mostrado su preocupación. "Barcelona se está convirtiendo en un refugio para los creadores de software espía israelíes que esquivan restricciones internacionales. En España pueden operar con menos controles y vender herramientas de vigilancia que Israel o EE.UU. les prohíben", ha lamentado. En este sentido, la asociación ha recordado que EE.UU. ha sancionado a empresas de ciberespionaje que, "trasladándose a Barcelona, pueden saltarse estas sanciones y vender desde la UE, accediendo a mercantes con alta demanda y menos supervisión".
Así pues, si las compañías vienen a Barcelona es porque "Europa ofrece un entorno regulador más permisivo". "Es casi imposible obtener permiso para vender vulnerabilidades desde Israel, pero operar desde Barcelona facilita este proceso", explica la asociación, que añade que esta dinámica convierte a la capital catalana en "un lugar estratégico para la comercialización de software espía y exploits a gobiernos que quieren herramientas de vigilancia sin restricciones severas". "Hasta que no se garanticen mínimos de auditoría y control, es necesario prohibir la venta de software espía, independientemente de dónde se desarrolle. Sin garantías, ninguna herramienta de vigilancia debería ser legal", sentenciaron.
🔴 ALERTA: Barcelona es converteix en la capital europea del ciberespionatge.
— Sentinel Alliance (@SentinelSwiss) December 27, 2024
T’expliquem per què això és un problema 🧵👇