La confesión de Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, que ha desvelado detalles de como su partido llevó una financiación en negro durante años con el conocimiento y connivencia de su cúpula, con Mariano Rajoy al frente, sería solo un episodio más de la historia financiera de esa formación política, que se remonta en el tiempo hasta el momento en que ni siquiera tenía ese nombre.
Así lo deduce hoy eldiario.es, que señala que tanto el PP como la formación que lo precedió, Alianza Popular (AP), arrastran al menos tres décadas de contabilidades paralelas de las que sería su iniciador el mismo fundador de AP, Manuel Fraga Iribarne, el ministro de Franco que se transformaría en demócrata en el periodo de la transición para liderar, junto a otros destacados colaboradores de la dictadura fascista, el gran partido de la derecha española. Según el mismo medio, la tradición de financiarse turbiamente la continuaría José María Aznar, que recibía donaciones a cambio de adjudicaciones de obra pública.
Franquistas reconvertidos en demócratas
AP se fundó en octubre de 1976 como amalgama de varias corrientes políticas de colaboradores del franquismo reconvertidos en demócratas de la noche a la mañana. Sus primeros pasos electorales fueron ensombrecidos por el éxito de la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suarez, pero se convirtió en el gran partido de la oposición a partir de 1982, con la primera victoria electoral del PSOE.
En esa época ya existía una caja B, según el mismo Bárcenas, que en su confesión entregada a la Fiscalía Anticorrupción señala que "desde el año 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del Partido Popular con percepciones en B que se realizaban a través de donativos". De hecho, en 1982 el PP no existía como tal, por lo que el extesorero apunta al partido liderado entonces por Fraga, añadiendo que los sucesivos tesoreros y dirigentes mantuvieron una caja B para sostener los gastos electorales por encima de los límites legales. Ello conllevaría, según el medio citado, la existencia de sobresueldos para los altos cargos.
"Pasar la gorra"
De hecho, según contó en 2017 Ángel Sanchís, tesorero entre 1982 y 1987, en aquel entonces era práctica habitual “pasar la gorra” en cenas con amigos y empresarios para recaudar dinero negro para financiar al partido en una época en que AP no tenía dinero. El mismo Sanchis llegó a afirmar que él mismo se hacía cargo de pagar los recibos de la luz y que los donativos se entregaban en sobre y que se concebían como “favores”, que luego habría que devolver.
Sánchis explicó todo esto en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, donde defendió que cobrar donativos en metálico y no declararlos no suponía que el partido contara con una caja B. El medio citado también recoge declaraciones del sucesor de Sanchis en la tesorería, Rosendo Naseiro, que llevó la contabilidad del partido entre 1987 y 1990, en plena refundación de AP en PP, donde admitió que en alguna ocasión Fraga había recibido talones en medio de un mitin.
En todo caso, se llamara caja B o no, lo cierto es que AP, luego PP, contaba con ingresos turbulentos que le ayudaron a financiarse.