El extesorero del PP, Luis Bárcenas, ha iniciado los trámites para solicitar el traslado a la prisión de Alcalá Meco donde previsiblemente ingresará en los próximos días su mujer, Rosalía Iglesias, para cumplir la condena de 12 años y 11 meses de cárcel que ha impuesto el Tribunal Supremo tras ratificar la sentencia de la Audiencia Nacional por los primeros años de actividades de la trama Gürtel (1999-2005), según han informado fuentes penitenciarias a Europa Press.
Bárcenas se encuentra en el centro penitenciario de Soto del Real desde mayo de 2018 cuando la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le condenó a 33 años y cuatro meses de prisión, pena que el alto tribunal ha rebajado a 29 años y un mes. Con el traslado, el extesorero del PP lograría estar cerca de su esposa, que se encuentra a la espera de que el tribunal de 'Gürtel' ejecute la sentencia firme del Tribunal Supremo y le comunique que debe ingresar en prisión.
Condena rebajada
Rosalía Iglesias, cuya pena también ha reducido el Supremo de 15 años y un mes a 12 años y 11 meses de prisión, tan solo estuvo unas horas en la prisión de Soto del Real en 2018 al conocer la resolución de la Audiencia Nacional, pero salió al consignar una fianza de 200.000 euros que le impuso el tribunal para eludir la cárcel.
Las mismas fuentes indican que el que fuera tesorero del PP ya habría empezado con el trámite de petición de cambio de centro penitenciario, algo que no solo depende de la voluntad del preso, sino que debe ser estudiado antes de su aprobación. Este sería pues un primer movimiento de Bárcenas, a la espera de otros que deben ocurrir en paralelo como que a su mujer Rosalía Iglesias se le clasifique en segundo grado --el ordinario--.
Bárcenas y la primera época de la Gürtel
En la sentencia de 1.843 folios, dictada por unanimidad por el Supremo, la Sala concluía que hay indicios plurales y acreditados de que Rosalía Iglesias conocía la procedencia delictiva del dinero y el incremento del patrimonio de su marido que se justificaba con sus ingresos ordinarios, y destacaba la conducta activa de la condenada.
Además, señalaban los magistrados que Iglesias realizó actuaciones para ocultar y posteriormente hacer aflorar dinero ilícitamente obtenido por su esposo. Y ahondaban en que la defraudación atribuida a la mujer de Bárcenas se articuló a través de una serie de artificios en los que fue fundamental su intervención y que, de suyo, incompatibles con la ignorancia o el desconocimiento invocados por la acusada.
La sentencia fue igual de contundente con Bárcenas, del que se afirma que "desde al menos el año 2000 al margen de la actividad delictiva que en común llevó a cabo con otros acusados, desarrolló por su cuenta, y cuando lo precisaba en colaboración con su mujer, otra actividad dirigida a enriquecerse de modo ilícito intermediando en otras adjudicaciones de obras o apropiándose de fondos del PP".
Suma a esto que fruto de sus ilícitas actividades logró acumular un importante patrimonio que ocultó a través de un entramado financiero en entidades bancarias suizas, a través del cual invirtió en distintos valores y productos financieros, y afloró fondos cuyo origen no se correspondía con su declarada actividad ni con su ahorro.