Las bases de Esquerra Republicana han rechazado la enmienda de la corriente de Joan Tardà que apostaba por abrir el partido a no independentistas y convertirse en una casa grande que reuniera "soberanistas" de todo tipo, así como para avanzar de la mano de otras formaciones políticas "de izquierda, soberanistas, federalistas y progresistas", como podrían ser los Comuns, con alianzas y estrategias compartidas. Esta votación ha sido rechazada por 311 votos en contra, 48 en blanco y 196 a favor. Por el contrario, el Congreso Nacional de ERC celebrado este fin de semana en Martorell (Baix Llobregat) ha aprobado la ponencia estratégica 'Objetivo 2031: alcanzar la mayoría social a favor de la independencia', que abre la puerta en esta nueva era de nuevo bajo el liderazgo de Oriol Junqueras.
Tampoco ha sacado adelante la otra enmienda del colectivo de Joan Tardà, Ágora Republicana, que defendía que es "indispensable, en nombre de la fraternidad hacia todos los pueblos ibéricos, intensificar sinergias y complicidades con las fuerzas políticas progresistas de otras naciones del actual Estado español o de ámbito estatal con la voluntad de sumar esfuerzos con el fin de superar los marcos legales impuestos por la Segunda Restauración Borbónica".
El exportavoz de Esquerra Republicana en el Congreso y miembro del Consell Nacional del partido, Joan Tardà, ya hace tiempo que trabaja para promover estas posturas ahora rechazadas por el partido. En noviembre, aseveró que Esquerra tendría que dejar de ser un partido "exclusivamente independentista" y, en el marco de la Catalunya del 2030, apelar a convertirse en "depósito de todos los soberanismos", atraer "a un montón de catalanes de pleno derecho que no han crecido en las coordinadas del catalanismo político, pero que comparten ideas", con el objetivo final de la República. "República catalana e independencia no son conceptos antagónicos, pero tampoco tienen por qué ser idénticos", defendió.
Una ERC más amplia, abierta a "todos los soberanismos"
Este febrero, Tardà, que siempre ha mantenido el apoyo a Junqueras en las pugnas internas del partido, creó la corriente interna Àgora Republicana para empujar en su dirección. "El proceso congresual es una oportunidad para abrir un debate honesto y transparente que, desde la pluralidad de sensibilidades ideológicas, permita devolver a Esquerra Republicana el papel de herramienta útil en el camino hacia la liberación social y nacional de nuestro país", defendió.
Pocos días después, Joan Tardà, quien fue el conseller nacional más votado en el congreso del pasado 30 de noviembre, con el apoyo de más de 3.000 militantes, explicitó que es hora de que los republicanos dejen de hacer pactos "patrióticos" con Junts porque es una alianza "de otra época" y apostó, por el contrario, por construir "frentes electorales" con los Comuns y la CUP. Tardà valoró que de cara al futuro "todo el soberanismo tendría que tener un proyecto común" y aseveró que "no tiene ningún sentido que la CUP, Comuns y ERC se miren con recelo" o que personas que piensan como Gerardo Pisarello (Comuns) o como piensa él mismo estén en organizaciones diferentes. "Se trata de crear instrumentos, que pueden ser alianzas electorales, y vete a saber si más adelante organizaciones, que agrupen todos los independentistas y soberanistas", precisó.