La normalidad con que el Parlament ha acogido este martes a los presos políticos no ha evitado el impacto emocional que ha representado su retorno al escenario que se acabó convirtiendo en la zona cero del procés. "No es fácil estar aquí", ha confesado a la consellera Dolors Bassa tan pronto como ha tomado la palabra ante la comisión del 155.
"Para todos. No ha sido fácil después de 700 días de prisión", ha explicado Bassa que ha descrito "el impacto emocional y psicológico" que ha experimentado con su retorno a la cámara catalana.
También Josep Rull, que al tomar la palabra ha admitido el choque que experimentaba de "muchos sentimientos contrapuesto", antes de abandonar la sala ha confesado que se había sentido "fuera de juego", después de meses alejados del escenario político.
"El hecho de que vayamos con traje, corbata, con el alfiler del escudo del Govern, es un hecho extraordinario, excepcional en nuestras vidas cotidianas en la prisión", ha recordado al conseller al tomar la palabra, cuando ha querido advertir que su comparecencia en la comisión no puede interpretarse como una normalidad que no existe. "Esta comparecencia es la expresión de una anormalidad democrática", ha insistido.
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>Con todo, ha querido contraponer la situación que ha vivido este martes en el Parlament con la que vivió en el Congreso, donde después de participar en el debate de constitución de la Cámara, se les ordenó esperar dentro del hemiciclo para que la policía entrara a buscarlos.
Las intervenciones de la tarde se han puesto en marcha con el conseller Quim Forn, que ha optado por intervenir con una extraña normalidad con que ha dado repaso de la situación que vivieron y viven los Mossos, los bomberos, los servicios de emergencias...
Eso no ha impedido que Forn, aparte de reñir las fuerzas independentistas por las escenas protagonizadas el día anterior, también haya expresado la "indignación" ante declaraciones que se le han dedicado desde los partidos de la oposición y que hoy no han podido responder porque los portavoces de estos grupos no estaban en la comisión. "Los intolerantes son los que se esconden, los que no dan la cara, incapaces de aguantar una crítica y un debate," ha reprochado.
Con todo, de los cinco consellers que hoy han comparecido en la comisión del 155, Dolors Bassa ha sido la que ha expresado con más claridad la situación de los presos. Bassa ha hablado de las problemáticas y riesgos asociados a su situación que afectan también a la salud física, psíquica y emocional de sus familias.
Una vez y otra ha insistido que no sólo hablaba por ella sino que había visto sufrir a los cinco consellers que han desfilado por la comisión por no poder estar al lado de sus hijos y acompañarlos, o por la preocupación ante el sufrimiento familiar.
"Nos resentimos día a día", ha explicado la consellera que ha hablado de somatización, de momentos de angustia, de insomnio, de caídas físicas, de tensión arterial, de cefaleas, herpes con dolores exagerados, odontalgias...
"Todo el mundo tiene que saber que en muchos casos el medio penitenciario actúa como un agente de patología en nuestras personas. Hace mucho daño cuando oímos de qué manera se banalitza la palabra prisión", ha advertido.
Mientras la consellera acababa su intervención, el resto de los presos esperaban en los despachos de presidencia desde donde han seguido las intervenciones, se han mantenido reunidos con las cinco personas que han podido acreditar y han comido la comida del restaurante del Parlament. Cuando se han acabado las intervenciones, el dispositivo policial se ha vuelto a poner en marcha en el sentido inverso con que habían llegado, y los presos, después de recuperar durante un día su vida política, han vuelto de nuevo a las prisiones.