ERC ha querido dar voz este martes, en la segunda vuelta de la investidura de Pedro Sánchez, a los presos y lo ha hecho de la mano de la diputada Montse Bassa, hermana de la exconsellera encarcelada Dolors Bassa. En un discurso muy duro, Bassa ha criticado a los "verdugos" —calificativo en el que ha incluido al PSOE— que se alegran de los años de prisión a los que han sido condenados los líderes del procés y se ha preguntado cuál es el papel de los socialistas en este asunto.
"¿Se alegra el PSOE de nuestro dolor? ¿Se siente satisfecho de que hayan sentenciado a los nuestros a años de prisión?", se ha preguntado.
"Me importa un comino la gobernabilidad de España"
En un discurso lleno de interrupciones de la derecha, Bassa también ha querido dejar claro que le importa "un comino la gobernabilidad de España", un estado que, ha recordado, mantiene a su "hermana y al gobierno en la prisión y en el exilio". Pero, sin embargo, ha defendido que hay que dar una "oportunidad al diálogo" y ha hecho un llamamiento a la "empatía" para resolver el conflicto. Por este motivo, ha defendido la abstención de su grupo, a pesar del "escepticismo" que ha confesado sentir.
"La indignación me haría votar no a un PSOE cómplice de la represión, pero cuando visito a los presos a través del puto cristal me recuerdan que creemos en el diálogo y queremos una república catalana desde la cordialidad", ha añadido.
El discurso de Bassa, que iba vestida con una camiseta con el dibujo de la silueta de Carme Forcadell y de su hermana, ha provocado gritos de la derecha, que la han llegado a acusar de "golpista", pero también aplausos de otros grupos, como JxCat.