Batacazo. El estado español ha caído tres posiciones en la clasificación mundial de libertad de prensa, elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras (RSF). España se situaba el año 2021 en la posición número 29 de la lista (con 79,56 puntos), mientras que este año se sitúa en la número 32 (con 76,71 puntos). La organización internacional de periodistas ha apuntado que esta bajada se debe a la existencia "de unos medios cada vez con más opinión y una precarización creciente de la profesión, a pesar de la mejora de la seguridad de los periodistas y los avances legislativos". Recordemos que en febrero The Economist ya rebajó la democracia española de "plena" a "defectuosa".

RSF ha publicado la clasificación este martes día 3 de mayo, cuando se celebra el día mundial de la libertad de prensa. Sin embargo, ha advertido que la edición del 2022 incluye "la implementación de una nueva metodología" que "obliga a interpretar variaciones leves con mucha precaución". La nueva metodología incluye cinco nuevos indicadores, que "reflejan con mayor exactitud aspectos antes más ocultos". Antes prevalecía el análisis de la situación política y la seguridad de los periodistas, pero ahora también se tienen en cuenta indicadores como el marco legal, el sociocultural o el económico.

Clasificación mundial de la libertad de prensa / Reporteros Sin Fronteras

Es en el aspecto económico donde el estado español registra su peor resultado. Y eso que en conjunto ha registrado un "buen año" para la libertad de prensa, con muchas menos agresiones que en los últimos años y sin haberse visto afectada por las olas de violencia de manifestaciones antivacunas de otros países. De hecho, RSF destaca que la tramitación en el Congreso de los Diputados de la posible derogación de los llamados delitos de expresión, como el de injurias en la Corona, a los sentimientos religiosos, el de apología del terrorismo... También ha remarcado cómo el artículo de la ley mordaza que penalizaba la captación de imágenes por la prensa ha sido declarado inconstitucional y como las disposiciones más polémicas de la ley están en trámite para ser derogadas.

La organización internacional de periodistas ha señalado como este "no es un año en el cual el contexto político haya afectado seriamente a la libertad de prensa en España", a pesar de "la falta de transparencia mostrada por los gobiernos central y autonómico con la información pública sobre la pandemia" y "el clima de animadversión en la prensa generado esencialmente por la ultraderecha". En cualquier caso, RSF ha insistido en el hecho de que "lo que penaliza la posición española es el contexto económico de los medios". "Tanto en lo que respeta a la excesiva concentración del mercado, como a las graves dificultades para crear un medio, las nulas ayudas para impulsar el surgimiento de nuevas publicaciones y la grave precarización de los profesionales", ha detallado.

Economía y polarización

Es decir, que "la esfera política no es tan responsable este año de las carencias de la libertad de prensa". Sí que lo es la esfera mediática, ya que "una excesiva concentración hace muy difícil la aparición de nuevos medios alternativos, que tienen que luchar ferozmente contra las cabeceras más asentadas por suscriptores también afectados por la situación económica". Al mismo tiempo, es importante "la grave precarización de la profesión, que empezó a instalarse con la crisis del 2008 y que ya adquiere tintes crónicos". "Los profesionales de la información que no ejercen en condiciones dignas de trabajo son mucho más vulnerables a las presiones y la autocensura", ha apuntado RSF. Una vez explicado todo eso, el estado español se sitúa claramente por debajo de países como Alemania, el Reino Unido o Francia en contexto económico para los medios y periodistas, con la calificación de "problemático".

Más allá de la economía, es destacable "el gran clima de polarización mediática que afecta a unos medios de comunicación cada vez más próximos a mediados de opinión". "España es un claro ejemplo de la tendencia a las fracturas sociales que denuncia a nivel global RSF en su clasificación, atizadas por medios excesivamente foxnewsizados y olvidadizos con su misión de informar lejos de posicionamientos políticos", ha explicado la organización internacional de periodistas. Así pues, el estado español también está peor calificado en términos de contexto político respecto de otros países por esta mencionada polarización que afecta a los medios.

Seguridad y marco legal

Con todo, es verdad que España (35) supera Francia (85), Alemania (91) o el Reino Unido (49) en materia de seguridad de los reporteros. "La desactivación del conflicto en Catalunya, que había colocado España en posiciones punteras en agresiones a periodistas en la Unión Europea, entre el 2017 y finales del 2019, y la práctica ausencia de ataques a la prensa en el marco de manifestaciones antivacunas o contra las medidas sanitarias, se han traducido en una significativa mejora del clima de seguridad de los periodistas", se lee en el informe de RSF.

Respecto del marco legal, la puntuación de España (12) es de las mejores a la UE. Igualmente, RSF denuncia que han proliferado los denominados Strategics Lawsuits Against Public Participation, acciones judiciales abusivas interpuestas contra los periodistas con finalidades a menudo intimidatorias y por presunta revelación de secretos o delitos contra el honor. "Es reseñable que los periodistas que denuncian agentes de la policía o son ellos denunciados por estos, en el marco de las manifestaciones, se enfrentan a procesos judiciales en los cuales la versión policial prevalece casi por sistema", ha detallado la organización, recordando el caso del fotoperiodista de El País Albert Garcia. Si bien "la justicia española suele ser garante con la libertad de prensa y hacerla prevalecer en casi todos los casos, la finalidad de las acciones judiciales abusivas no es tanto alcanzar una condena contra la prensa como enredar a los periodistas en procesos largos, enrevesados y sobre todo, costosos".