Explorar las posibilidades jurídicas que tiene Batea para dejar de formar parte de Catalunya y pasar a ser una provincia de Aragón. Eso es lo que ha pedido el alcalde del pueblo, Joaquim Paladella, a la subdelegación del Gobierno, según publica hoy El Mundo, que, a pesar de que sus fuentes ni lo han confirmado, ni lo han desmentido, asegura que lo que está pasando tiene que ver con el proceso.
El alcalde ha explicado al medio citado que los habitantes del municipio "están sopesando pedir ser territorio aragonés" y, precisamente por eso, ya ha pedido una reunión con el delegado español en Tarragona, Jordi Sierra, para que les informe de "las fórmulas jurídicas que existen, qué sistemas hay, para después decidir sobre la posibilidad de cambiar de comunidad".
El motivo por el cual quieren marcharse es que se sienten "discriminados" por el Govern —en El matí de l'estiu de Catalunya Ràdio ha confesado: "No sé por qué motivos"— y, en este sentido, ha subrayado que los habitantes del pueblo se sienten catalanes, pero que es el ejecutivo catalán quien los echa.
"Que conste que nosotros nos sentimos muy catalanes. Pero ignoran nuestros problemas", ha subrayado en Catalunya Ràdio, al mismo tiempo que ha puesto de manifiesto que su deseo es que se les trate "como cualquier otro ciudadano de Catalunya".
Una de las quejas de Batea es que en 2010 firmaron un convenio con el tripartito para construir una residencia de 60 plazas, mientras que, a día de hoy y según aseguran, solo tienen 30. "A eso se suma que ahora están con los parques eólicos, que nos quieren imponer sí o sí, sin que podamos decir nada, sin que podamos analizar detenidamente las contraprestaciones, sin garantías de nada... Normal que estamos hartos", sentencia.