El concejal de seguridad del ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, considera que las críticas por el encarcelamiento de Pablo Hasél han llegado a su límite y se tienen que detener. Captado el mensaje, invita a frenarlo todo: "En un Estado democrático no hay nada que justifique la violencia y hay una mezcla de muchos elementos. Después de seis días, la gente que va a este tipo de manifestaciones, ya sabe qué se puede encontrar. Hago un llamamiento a la sensatez y a acabar las movilizaciones porque me parece que el llamamiento y la reivindicación ya está recogida y se canalizará por los puntos que se tenga que canalizar", en declaraciones a 'Aquí Cuní' de Ser Catalunya.
Las declaraciones de Batlle llegan desde un consistorio, gobernado por la alcaldesa Ada Colau, que también ha condenado los actos vandálicos pero no va en la línea del concejal del Partit Nacionalista de Catalunya (PNC). De hecho, los comunes defienden "manifestaciones seguras" y a la vez parar con los destrozos "que angustian a vecinos y comerciantes". En definitiva, un consistorio que no sigue un misma posición sobre las protestas contra el encarcelamiento de Hasél y donde la diferencia de criterios también ha puesto sobre la mesa la equidistancia de algunos discursos.
"La ciudad se despierta cada día arreglada"
Pero las manifestaciones ya van más allá y hoy, se han convocado nuevas, bajo el lema 'Brimo disolución'. Como concejal de seguridad, argumenta que la "voluntad expresa es la de desautorizar la función democrática de la policía". Por eso, ha sido muy rotundo: "De todas, todas, se tienen que condenar estos hechos. Por parte del conjunto de los servicios municipales, estamos activados desde el primer día. Y de forma importante, la limpieza. Tenemos que poner mucho en valor que, a pesar de todos los incidentes, la ciudad se despierta cada día a las 8h de forma absolutamente arreglada". Precisamente, los comerciantes del paseo de Gracia han lamentado que tan sólo han recibido el apoyo, desde el Ayuntamiento, el primer Teniente de Alcalde, Jaume Collboni, junto con Batlle.
El ayuntamiento de Barcelona cuantifica en 900.000 euros el coste de todos los destrozos producidos durante esta semana de protestas. Entrando en comparativas, Batlle afirma que las imágenes que se ven le recuerdan a los de "el otoño del 2019". Y sin poner nombre y apellidos, critica, justo después de preguntarle por el posicionamiento del conseller de Interior, Miquel Sàmper, las declaraciones recogidas: "Tenemos que ser prudentes con cualquier palabra que dice un político sobre seguridad. Y decir lo mismo por la mañana, mediodía y tarde". De hecho, valla filas y defiende a los modelos de los cuerpos de seguridad actuales: "Las revisiones ahora no tocan, ya se harán, pero tenemos unas policías muy ordenadas, siempre se pueden hacer ajustes. Lo que corresponde ahora es dar total apoyo a los cuerpos policiales".