El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, insiste en que no ven nada extraño en que asistieran el sábado a la misa celebrada en la Sagrada Familia por la beatificación de Joan Roig i Diggle, coincidiendo con el X aniversario de la dedicación de la Basílica. Van más allá y señalan el Procicat como el responsable de permitir este tipo de actos litúrgicos sin entrar en las imágenes que han provocado la indignación y el escándalo de muchos sectores, culturales, sociales e incluso políticos, por ver religiosos sentados en sillas el uno al lado del otro.
El teniente de alcalde de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, hoy ha cerrado una ronda de medios para dar explicaciones de su presencia a la misa. El primer lugar donde lo ha hecho, a primero hora de la mañana, ha sido en TVE: "Atendí una invitación del arzobispado y esta es una actividad permitida por la Generalitat con un aforo del 30%. Entiendo que haya actores que se hayan sentido molestos y nos interpela para ver si se tiene que hacer alguna modificación a los permisos", es la respuesta que ha dado cuando le han preguntado si se arrepiente.
De hecho, han insistido, y Batlle echaba pelotas fuera: "Cumplía las normas y hago una reflexión. Ayer era domingo, se celebraron actos religiosos en centenares de iglesias de país. Yo que soy practicante fui a mi parroquia".
Apela al Procicat
A Batlle se lo ha visto nervioso para poder justificarse en un momento de la entrevista: "¿Me deja acabar por favor? Asistí a este acto, vi que se observaban las medidas de distancia y, repito, entiendo la situación de malestar de la cultura o la restauración, y se tendrá que ver si se tiene que revisar, pero hay un principio de seguridad jurídica que figura en el decreto". Sobre el aspecto de la distancia y, viendo las imágenes que el mismo arzobispado retransmitió en directo, son muy cuestionables en determinados momentos: la distancia entre los fieles es mucho mayor que la de los religiosos reunidos.
Batlle apela a la responsabilidad de los departaments de Interior y Salut y del propio Govern en términos generales para que revisen las normas. Y, en paralelo, sigue reinando el silencio de la alcaldesa Colau como máxima representante del consistorio. No sólo el teniente de alcalde asistió en su representación, también el comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso del consistorio, Khalid Ghali.
Por parte de la Generalitat, también estaba presente el director general de Dret y d'Entitats Jurídiques, Xavier Bernadí. Desde el Govern sí se han pronunciado sobre las imágenes: abrirán expediente al arzobispado y el vicepresident en funciones de president, Pere Aragonès, admitió que "se enfadó tanto o más" que el mundo de la cultura cuando vio más de medio millar de personas concentradas en la Sagrada Familia.