Sin sorpresas. Begoña Gómez estaba citada esta mañana en la comisión de investigación que ha impulsado el PP de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid para estudiar un supuesto trato de favor en la Universidad Complutense. La mujer de Pedro Sánchez tenía la obligación de comparecer (porque así lo establece la Constitución y porque no ir está tipificado como un delito en el Código Penal), pero tenía el derecho a no responder las preguntas de los diputados porque está imputada. En concreto, el juez Juan Carlos Peinado la investiga desde el mes de abril por tráfico de influencias y corrupción en los negocios y desde hace quince días por apropiación indebida e intrusismo profesional por supuestamente haberse quedado un software de la Complutense. Justo empezar, y después de una primera breve intervención del PP, Begoña Gómez ha tomado la palabra para defenderse: ha reivindicado su vida profesional “labrada con mucho esfuerzo y dedicación” y ha denunciado que la causa judicial contra ella tiene un “objetivo político evidente”. “Me acogeré a mi derecho a no responder a sus preguntas después de cumplir con mi obligación de comparecer a esta comisión”, ha anunciado. “Más temprano que tarde la verdad pondrá las cosas en su sitio”, ha sostenido. Y ha mantenido el silencio. De hecho, Begoña Gómez ha seguido el mismo guion que en julio, cuando el juez Peinado se trasladó a la Moncloa para interrogarla como investigada y ella se acogió a su derecho a no declarar.
Begoña Gómez también ha querido hacer un breve repaso a su trayectoria: trabaja desde hace 25 años en “consultoría y docencia”, ha coordinado equipos, ha dirigido proyectos y ha asesorado a “más de medio centenar de profesionales en el sector privado y en el tercer sector”. “Hace doce años inicié una colaboración con la Universidad Complutense como codirectora de un máster de títulos propios para formar profesionales especializados en proyectos sociales y de sostenibilidad. En 2020, esta colaboración se amplió con la creación de una cátedra extraordinaria, que es una práctica habitual dentro de las universidades públicas y no remunerada”, ha relatado. “Todo eso tiene un objeto político evidente”, ha añadido después de ser interrumpida por el PP. Y ha dicho que no respondería las preguntas. Después de la comisión, Juan Lobato (el líder del PSOE en Madrid) ha hablado a través de mensajes con Pedro Sánchez, a quien le ha trasladado que “todo ha ido bien” y que Begoña Gómez ha estado “tranquila, seria y solvente”. Lobato, que ha ejercido de anfitrión de Begoña Gómez, también ha asegurado ante la prensa que ella “sabía a lo que venía” y ha puesto de relieve que haya ido a “dar la cara con tranquilidad y respeto”.
La mujer de Pedro Sánchez se ha dejado ver en la Asamblea de Madrid cuándo pasaban diez minutos de las diez de la mañana. Después de salir del ascensor, ha aparecido en el pasillo donde lo esperaban decenas de periodistas y se ha dirigido a la Sala del Caserón de San Bernardo, que acogía la primera de la comisión de investigación. Son poco más de veinte metros, que ha hecho acompañada de Juan Lobato y de Antonio Camacho (su abogado), entre las columnas y cerca de la pared para dificultar ser captada por las cámaras. Mientras se esperaba su llegada, una treintena de trabajadores y asistentes del parlamento madrileño observaban desde los pisos superiores. Hoy había 110 periodistas acreditados de 50 medios de comunicación.
El PP de Ayuso a Begoña Gómez: “Con su silencio, ha hecho un desprecio a los profesionales universitarios”
Durante veinte minutos, la portavoz del PP en la comisión, María Mercedes Zarzalejo, le ha ido planteando preguntas sobre su relación con la Complutense y con algunos de los investigados por el caso Koldo. Begoña Gómez, impasible, se la escuchaba sin inmutarse, sin decir nada y tomando algunas notas. “Usted hoy aquí no ha dicho ni una sola palabra: o bien, ante tantas evidencias, no tiene defensa o bien tiene una falsa impunidad”, ha lamentado la diputada popular. “Se ha excedido en el tiempo”, ha avisado el vicepresidente de la comisión, Jesús Ángel Celada Pérez (diputado del PSOE). Y la presidenta ha resuelto el incidente implacablemente: “Le he sacado el micrófono, están todos sacados”. Y Zarzalejo ha remachado su conclusión: “Es indignante que hoy no haya dado ni una sola respuesta ni una sola explicación a todos los profesionales del mundo universitario que dedican los mejores años de su vida a investigar, defender sus tesis doctorales u opositar. Se esfuerzan muchos años, pero no tienen la suerte de estar casados con el presidente del Gobierno”. “Todos estos profesionales merecían una explicación. Hoy, con su silencio, lo único que los ha hecho ha sido un desprecio, lo siento mucho”, ha añadido.
Acabado el interrogatorio del PP, ha pedido la palabra a la representante del PSOE, Marta Bernardo, para solicitar que se pusiera fin a la comisión viendo que Begoña Gómez se había negado a contestar las preguntas. “Sería absurdo continuar”, ha argumentado. Pero la presidenta de la comisión, Susana Pérez, se ha negado: “Continuamos. No le contestaré, la comisión la dirijo yo”.
Más Madrid y el PSOE critican el uso que hace el PP de la comisión de investigación
Durante la comisión, tanto el PSOE como Más Madrid han criticado el uso que ha hecho el PP de la Asamblea de Madrid. De hecho, la representante socialista, Marta Bernardo, y la líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, han tenido una batalla permanente con la presidenta de la comisión: Bernard y Bergerot querían aprovechar el interrogatorio para disparar contra Ayuso y la presidenta de la comisión (del PP) les reprochaba que no se atendieran a la cuestión. “Las preguntas son para la compareciente, no para la presidenta de la Comunidad de Madrid”, ha lanzado a Bernardo.
La diputada socialista ha denunciado una “persecución política orquestada por la derecha y la extrema derecha para desgastar al Gobierno” a través de la investigación de un comportamiento en el cual “no hay irregularidades”. Más tarde, Juan Lobato ha censurado el “espectáculo lamentable”, el “linchamiento público” y el “show” con una cuestión que, a opinión suya, “no tiene nada que ver con el interés de los ciudadanos”. También una vez acabada la comisión, Manuela Bergerot ha criticado un “ejercicio de máxima antidemocracia” del PP y ha acusado a los populares de actuar como la “Inquisición” y ejercer la “censura” y ha catalogado la comisión de investigación como un “chiringuito para tapar las negligencias políticas de Ayuso”. Además, ha recriminado al PP que “impidiera” que se investigaran la muerte de más de 7.000 personas en las residencias durante la pandemia.
Pendiente de la citación ante el juez Juan Carlos Peinado el 18 de noviembre
La comparecencia en la Asamblea de Madrid llega, justamente, después de un nuevo tira y afloja entre su defensa y las acusaciones populares a raíz de su citación en los juzgados el próximo lunes 18 de noviembre para notificarle la nueva querella de Hazte Oír que Peinado ha admitido a trámite. Ahora bien, cuando faltan cinco días para la fecha, no está claro que Begoña Gómez asista. El lunes informó al juez que no podrá declarar porque estará en el G-20 del Brasil, en visita oficial, tras ser invitada por la primera dama de Brasil, Janja Lula da Silva.
Su abogado asegura que Gómez tiene “perfecto conocimiento de la citada querella”, dado que ya se le ha dado traslado y considera que no es necesaria una nueva citación. “Ninguna norma impone que la notificación de la querella sea personal”, esgrime. Sin embargo, las acusaciones populares, ejercidas por Vox, Iustitia Europea, Hazte Oír y Manos Limpias, han solicitado que se le retire el pasaporte y se le prohíba viajar fuera del Estado español. “Es impensable que su citación pueda ser suspendida porque no se trata de una actividad propia, sino de su marido. La investigada no tiene ningún estatus especial, sino que es una ciudadana en todos sus efectos”, argumentaban.