Begoña Gómez cambia de estrategia. Hace ocho meses que está investigada por Juan Carlos Peinado y hoy estaba citada a declarar por tercera vez en los Juzgados de Plaza Castilla. En los dos precedentes de julio (el 5 de julio y el 19 de julio), se había negado a declarar, pero ahora ha optado por contestar las preguntas de su abogado, el exministro Antonio Camacho, para desmentir las acusaciones contra ella y asegurar que no hubo ninguna irregularidad en la cátedra de la Universidad Complutense que codirigía. A la salida, Antonio Camacho ha sostenido que la mujer del presidente español “no tiene nada que esconder” y ha justificado que no declarara antes porque había una “indefinición” sobre lo que se estaba investigando. “No intervino en ningún proceso de licitación pública, firmó un pliegue de prescripciones técnicas porque las normas de la Complutense así lo exigían y no se ha apropiado indebidamente de ninguna marca, porque las marcas nunca han pertenecido a la Complutense, sino que fueron inscritas por ella a efectos de ser utilizadas en las cátedras y a los másteres”, ha subrayado delante de los periodistas. Además, según fuente presentes en la declaración consultadas por ElNacional.cat, Begoña Gómez ha negado que el Instituto de Empresa la fichara por ser mujer de Pedro Sánchez.

 

“Se ha comportado siempre de una forma correcta, siempre en coordinación con la Complutense y en ningún momento ha intermediado de ninguna manera ante nadie a efectos de que el señor Juan Carlos Barrabés obtuviera licitaciones públicas”, ha añadido el abogado. Asimismo, ha defendido que ella recibió dos correos electrónicos en los que la Complutense “la instaba a firmar” la licitación del software “de acuerdo con la normativa de la universidad”, ha sostenido que cobraba 15.000 euros, cosa que demuestra que “no pretendía lucrarse”, y ha relatado que Begoña Gómez registró el software a “efectos de utilizar la marca”, que “nunca fue utilizada fuera del ámbito de la universidad”. Según relatan a ElNacional.cat fuentes presentes a la declaración, la esposa del presidente español, que ha vuelto a acceder al juzgado por el garaje por motivos de seguridad, ha contestado las preguntas “tranquila, relajada y con seguridad”, sin mostrarse nerviosa y explicándolo todo con bastante “desparpajo”. Por cierto, una treintena de personas se han concentrado en las puertas de los juzgados para protestar contra el Gobierno y Hazte Oír ha repartido bolsas de chorizos con el nombre «Charcutería Ferraz» entre los periodistas.

Begoña Gómez ha comparecido en el marco de la segunda rama de la causa que la está investigando, relativa a los delitos de apropiación indebida e intrusismo por supuestamente haberse quedado un software de la Complutense. Previamente, el 19 de julio, se acogió a su derecho a no declarar sobre la investigación por conflicto de intereses y corrupción a los negocios (el 5 de julio, el juez había suspendido su declaración después de que ella argumentara que no conocía la causa por la que se la investigaba). Fue en octubre cuando el juez Juan Carlos Peinado amplió la investigación a raíz de una querella de Hazte Oír por presunta apropiación indebida del software de la Complutense y por supuesto intrusismo en la redacción y elaboración de los pliegues de prescripciones técnicas para contratar el servicio de asistencia y asesoría técnica para crear este software. La asociación ultra sostenía que la mujer del presidente del Gobierno no es autoridad ni funcionario ni tiene calificación requerida para poder hacer el redactado de esta licitación.

“Se inscribió la marca para evitar que se utilizara fuera de la universidad”

Sobre la inscripción del software, ha explicado que la marca era “figurativa” y ha argumentado que, en los títulos propios, es “habitual” dar una “imagen a las formaciones para utilizarla para su divulgación y publicidad”. “Se inscribió con el objetivo de que no se utilizara fuera de la Universidad Complutense”, ha esgrimido. “Estas marcas no han sido utilizadas fuera del máster, solo en el entorno de la universidad”, ha añadido. Además, ha señalado que el logo aparecía en los documentos que se intercambiaba con la universidad. “Nunca” se apropió de la marca, sino que solo las registró como “protección” y nunca la registró en el Registro de Propiedad Mercantil, ha remachado. Y ha asegurado que no pretendía cobrar por el uso de la plataforma, que desde el primer momento estaba definida “sin ánimo de lucro y sin coste” para que estuviera a disposición de la Complutense de manera gratuita.

Firmó los pliegues técnicos porque era la “práctica habitual”

En relación con la firma de unos pliegues técnicos durante su colaboración con la Complutense, ha justificado que los firmó siguiendo las “pautas e indicaciones” de la escuela de gobierno y los vicerrectores de la Complutense. “Se me indica que tengo que firmar porque quien impulsa el proyecto tiene que firmar”, ha justificado. “Era la práctica habitual de la Complutense”, ha esgrimido. A la salida, su abogado ha insistido en ello: “De acuerdo con la normativa de la universidad, lo tiene que firmar el jefe de la unidad administrativa y, en este caso, ella era la directora de la cátedra”. Hace unas semanas, Begoña Gómez aportó al juzgado un correo electrónico de abril de 2023 en el que María José Sánchez Rosales (de la Gerencia de la Escuela de Gobierno de la Complutense) aseguraba que el pliegue de prescripciones técnicas “tiene que firmarlo Begoña”.

“No se firmaba el apoyo a una empresa en concreto, sino la importancia del proyecto a efectos de innovación”

Otro tema. En relación con la supuesta intervención de Begoña Gómez en licitaciones públicas en la UTE del empresario Juan Carlos Barrabés, la esposa de Pedro Sánchez ha negado cualquier participación en ellas. Antonio Camacho ha sostenido que “nadie le pidió intervención” en el proceso y que “no llegó a tener conocimiento de que habían sido adjudicados hasta que se incoó este procedimiento”. “Nunca hice ninguna gestión”, ha subrayado a Begoña Gómez ante el juez. Con respecto a la carta de recomendación firmada por ella, ha apuntado que eran “cartas modelo” que se firmaron para “apoyar la importancia de un proyecto, no la empresa”. Y ha añadido que nunca tuvo información sobre el desenlace de esta cuestión. Su abogado ha argüido que “no se firmaba un apoyo a una empresa, sino la importancia a efectos de innovación del proyecto”.

Niega que el Instituto de Empresa la fichara para ser mujer de Pedro Sánchez

Sobre su contratación con el Instituto de Empresa, Begoña Gómez ha relatado que en 2017 empezó a hablar con Juan José Güemes (exconsejero de Madrid e investigado en la causa), pero no fue hasta que pidió la excedencia a Inmark que le ofreció ser directora del África Center. Era 2017 y Pedro Sánchez todavía no era presidente del Gobierno. Eso sí, su nombramiento se rubricó en agosto de 2018, dos meses después de la llegada de Sánchez a la Moncloa.

Begoña Gómez evitó responder en la comisión de la Asamblea de Madrid: “La verdad pondrá las cosas en su sitio”

Hace un mes, el 13 de noviembre, Begoña Gómez mantuvo el silencio en su comparecencia a la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid impulsada por Isabel Díaz Ayuso. Nada más empezar, tomó la palabra para defenderse: reivindicó su vida profesional “arada con mucho esfuerzo y dedicación” y denunció que la causa judicial contra ella tiene un “objetivo político evidente”. “Me acogeré a mi derecho a no responder a sus preguntas. Más temprano que tarde la verdad pondrá las cosas en su sitio”, sostuvo.