Belén Murillo encabeza la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en Madrid. Politóloga, tiene 42 años, nació en el mismo Madrid, se crió en San Fernando de Henares (allí fue concejala por Izquierda Unida) y se enamoró de la cultura catalana por culpa de "Paraules d'Amor" de Joan Manuel Serrat. Sus padres son de Córdoba y Cuenca. Ella se declara "castellana". Claro que siempre le preguntan con asombro por qué apoya al independentismo catalán. También lo hace El Confidencial en su entrevista. Ella bromea: “Si me hubiera dado por la causa japonesa, nadie se sorprendería tanto”. Y sigue: "La respuesta es por qué no. En realidad, no debería ser extraño que un madrileño, un andaluz o un murciano lucharan por aquello que creen justo".

No se corta: "Yo soy republicana. Me gustaría ser de una nación que no tuviera que sentir vergüenza por muchas de las cosas que ha hecho y por las que no ha pedido perdón. […] Catalunya es la última colonia que queda. España está ocupando Catalunya. Cuando eso se solucione, podré decir con mucho orgullo que soy española. Mientras haya un pueblo oprimido por el Estado del cual soy, me avergonzaré".

Su transformación en embajadora de la ANC en la capital de España tiene una explicación más larga que un arrebato emocional tras una canción. "Cuando conoces algo de lleno acabas empatizando. Yo siempre he sido partidaria del derecho a decidir de los pueblos. Ya lo era en mis tiempos jóvenes con los saharauis, con los kurdos... Cualquier movimiento que sea la expresión de la voluntad de un pueblo, estoy a favor. A mí me enamoró la cultura catalana, me sedujo. Y al estar allí me di cuenta de que en realidad tenían a su propia lengua secuestrada y había muchos complejos de no hablar catalán por si no les entendían. El catalán no es una lengua minoritaria, es minorizada. [..] De hecho, me hice independentista en Madrid. […] Y mi primera deducción ante esta situación anómala fue que el asunto catalán sólo se solucionaría con un Estado detrás".

Bloqueo

La ANC de Madrid tiene "tres o cuatro colaboradores madrileños. Luego, el grueso de afiliados son catalanes que llevan mucho tiempo viviendo aquí y están casados con madrileños y madrileñas", explica. No le resulta fácil explicar su posición ni encontrar españoles en su entorno que se sientan identificados con la misma causa. "Suelo encontrarme con bastante incomprensión", dice.

Murillo conoce perfectamente los conceptos y el vocabulario de la ANC y se explica con soltura en una entrevista donde es imposible preguntarle el clásico "¿qué pone en tu DNI?", por ejemplo. "La ANC nunca ha negado la posibilidad de que sea un referéndum pactado porque lo que nos interesa es el resultado. Y no tiene sentido discutir sobre esto, al final el referéndum se hará y solo queremos que sea vinculante. Si es como el británico, bien, y si no, será de otra forma. Pero se hará. Estamos ya en el momento de culminación del proceso". Y así todo.

El entrevistador quiere saber cómo influye en el soberanismo "la situación de bloqueo político actual" en España. Murillo, segura, responde: "Le voy a robar las palabras a Jordi Sánchez, el presidente de la ANC. Esta sensación de que cuanto peor le vaya a España mejor le irá a Catalunya, no es así. Nosotros no queremos que le vaya mal a nadie. De hecho, sería mejor tener un Gobierno estable con quien sentarnos a hablar. Ahora no tenemos un interlocutor".

A juicio de Murillo, una Catalunya independiente no sería problema para ningún español. "Hay muchos catalanes que tienen su origen en Castilla o Andalucía y no van a dejar de ir a visitar a sus primos. Seríamos vecinos y habremos compartido una Historia común. Lo cortés no quita lo valiente".