Los turrones, los canelones de Sant Esteve, la feria de Santa Llúcia y las luces navideñas tienen desde hace unos años un nuevo compañero de viaje. La ya tradicional polémica que acompaña el pesebre conceptual que el Ayuntamiento de Barcelona exhibe en la plaza de Sant Jaume. Este año, la instalación evoca un viejo trastero con una pila de cajas con figuras clásicas del belén y de las fiestas.
En esta ocasión, la artista encargada de diseñarlo es Paula Bosch. Se trata de una composición de cajas elaboradas con varios materiales llenas de objetos de uso y consumo habitual en estas fechas, como los galets, las copas de cava, las figuritas del belén, los árboles de Navidad o el musgo. En la cara opuesta se reproduce la silueta de Barcelona iluminada.
Aunque todavía no se ha inaugurado oficialmente y según explica el propio Ayuntamiento no está acabado del todo, las críticas no se han hecho esperar. PP y Cs exigen que se recupere el belén tradicional, que ya se ha venido haciendo los últimos años, y se expone en el Museo Marès. A través de las redes sociales los concejales de los dos grupos municipales han ridiculizado la obra. "Bienvenidos al servicio gratuito de recogida de trastos viejos", ha escrito Luz Guilarte, de Cs. De su lado, el popular Josep Bou ha lamentado: "Colau monta una performance con el belén-trastero para evitar el sentido religioso de la Navidad".
Desde que es alcaldesa, es decir desde 2015, que Colau decidió impulsar una modernización del clásico belén. Una decisión acompañada de polémica desde el primer día. Además de las sonoras críticas, son muchos los ciudadanos encantados con la propuesta. Por Sant Jaume han desfilado exposiciones que han ido desde libros desplegables, a bolas de nieve transparentes, siluetas de las figuras del belén o una mesa puesta donde las sillas representaban al niño Jesús, José y María, el buey y la mula, el caganer y compañía.