“Los cambios a veces tardan, pero hay que empujarlos. Y este domingo se ha empujado de una forma muy clara la alternativa real del BNG y esta energía fructificará en el futuro”. Con un discurso para estimular a las personas que “se puedan sentir decepcionadas” y a las que ha querido dejar claro que “no hay motivos para eso porque hay una alternativa sólida delante del PP”, Ana Pontón ha reafirmado el BNG como la alternativa “indiscutible” a Alfonso Rueda y como la única fuerza “capaz de disputar la hegemonía al PP”. El día siguiente de unas elecciones gallegas que certificaron el dominio absoluto de los populares y catapultó el BNG, los nacionalistas gallegos arguyen que hace falta “seguir ampliando la base de BNG y sumando más personas en torno a esta alternativa”. Pontón ha abanderado que el 18 de febrero ha empezado “un nuevo ciclo en el que el BNG es el referente por todas las personas que piensan que hay otra Galicia posible”.
Ana Pontón también ha sido muy crítica con los mensajes que ha lanzado el PP a lo largo de la campaña electoral. “Una cosa es la crítica política y otra es la descalificación, la mentira y la difamación,” ha exclamado. La candidata ha aseverado que “en política no vale todo” y ha anunciado que estudiarán si emprenden acciones legales contra el PP por haberlos tildado de terroristas. Ha criticado que los populares hayan “demostrado que querían jugar más con el miedo que con sus propuestas” y se ha mostrado convencida de que el BNG “ha hecho la campaña que tenía que hacer”. “La campaña del miedo no ha servido para evitar que miles de personas cogieran la papeleta del BNG con toda la emoción”, ha remachado.
Finalmente, el BNG, que actualmente es un socio casi imprescindible de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, reivindica que los gallegos merecen “un poco de respeto” en las lecturas que se hagan de los resultados electorales: “El PP quiere trazar un relato que no tiene nada que ver con la realidad. En un contexto en el que el PP se ha centrado mucho en atacarnos, Galicia acaba de decir que apuesta por una fuerza nacionalista. El resultado no iba de Madrid, ni de Sánchez, ni de Feijóo, iba de gallegos y gallegas y cualquier lectura que no se haga desde esta óptica es equivocada y de parte”. Preguntada por los malos resultados de PSdeG, Pontón no ha querido hacer mala sangre y se ha limitado a responder que el 18-F pone de manifiesto que “la fuerza que aglutina, genera esperanzas y representa la alternativa al PP es el BNG”.
Unos resultados sin precedentes, pero insuficientes para llegar a la Xunta
El nacionalismo gallego sale de las elecciones del 18-F con una sensación agridulce: la mejora de los resultados, el hecho de haberse erigido en la casa común del nacionalismo gallego y la capacidad de haberse convertido, de largo, en la principal referencia de las izquierdas no le han permitido llevar el cambio a la Xunta de Galicia. El BNG ha hecho los deberes y ha cosechado más de 460.000 votos, el 31,5% del total (ocho puntos más que en 2020), cosa que le ha permitido ganar seis diputados para situarse en los 25 escaños. Nunca tanta gente había depositado la papeleta del BNG en la urna, nunca el nacionalismo gallego había recibido la confianza de casi uno de cada tres votantes y nunca había tenido tanta representación en el Prazo do Hórreo. Ana Pontón ha puesto en relieve que estos resultados ilustran que el BNG, que “ha conseguido un resultado histórico” por segunda vez consecutiva, “no tiene techo electoral”. Sin embargo, la movilización que ha conseguido Pontón ha sido insuficiente para desbancar el PP de la Xunta y los malos resultados del PSdeG, que ha tocado fondo después de perder cinco escaños y ha obtenido el peor resultado de su historia, han impedido una alianza de izquierdas a la praza do Obradoiro
Una de las otras incógnitas que sobrevolaban las elecciones era el impacto que tendría la división de la izquierda y como las candidaturas de Sumar y Podemos, por separado, podrían condicionar los resultados y perjudicar las perspectivas electorales del BNG. Al final, nada de nada: las izquierdas a la izquierda del PSOE han obtenido poco más de 30.000 votos y han quedado muy lejos de cualquier posibilidad de obtener representación. Sumar, con 28.000 sufragios, ha tenido menos apoyos que Vox, y Podemos, con tan solo 3.800, ha quedado por detrás del PACMA. Aunque el BNG se ha quedado lejos de la Xunta, los llamamientos a concentrar el voto y a encarnar el cambio en la figura de Ana Pontón han surtido efecto.