El presidente del PDeCAT, David Bonvehí, se niega a "compartir la literalidad del texto en los términos expuestos" de la propuesta para convertir Junts per Catalunya en un movimiento político. Un manifiesto que firmaron los presos políticos del partido, Jordi Turull, Josep Rull y Quim Forn, junto con el conseller Lluís Puig desde el exilio e hicieron llegar a todos los miembros de la ejecutiva y del consejo nacional el viernes pasado. Bonvehí ha contestado por carta y dirigiéndose a los asociados y asociadas del PDeCAT aunque abre la puerta a que "pueda ser discutida en el momento oportuno y en los órganos correspondientes", sin concretarlo.
Bonvehí también matiza que si ahora desde la dirección se ha decidido dar una respuesta dos días después es porque esta "ya había sido distribuida a medios de comunicación y asociados y se pedía su adhesión". Así, considera que si las cosas no se hubieran sucedido de esta manera, "obviamente" no habría pedido la posición a la Dirección Ejecutiva Nacional. Para no generar conflictos recuerda, una vez más, que "es bueno que la discrepancia se entienda como un valor positivo para el debate de fondo".
Por todo ello, Bonvehí enmarca "el tema de la reorganización y transición a Junts per Catalunya" en una voluntad negociadora liderada, al otro lado, por Jordi Sànchez. Estos reiteran que "el espacio institucional de JxCat ya existe y tiene todas las dimensiones posibles: grupos parlamentarios en todas las cámaras, grupos municipales y gobierno. Tiene grosor e implantación territorial", subrayan.