La candidata de JxCat a las elecciones catalanas, Laura Borràs, ha cerrado la puerta a cualquier pacto para gobernar con el PSC o los comunes después de los comicios previstos para el 14 de febrero. Durante la clausura de la jornada de trabajo de los candidatos de JxCat al 14-F, Borràs ha considerado que "pactar con partidos no independentistas es legítimo, pero es evidente que nos aleja de la independencia y nos condena a no salir de la Catalunya autonómica".

La candidata ha reivindicado que su formación "prioriza la independencia" y ha alertado que, para alcanzarla, "hace falta un gobierno independentista" con una clara fuerza de JxCat. "Preguntaos qué Gobierno no quieren en Madrid y sabréis qué Gobierno nos acerca a la independencia", ha planteado. Como ejemplo de esta voluntad ha destacado los pactos con las formaciones como MES o Demócratas.

Estas declaraciones llegan después de que el vicepresidente de la Generalitat con funciones de presidente y candidato de ERC, Pere Aragonès, haya propuesto un gran acuerdo entre el PDeCAT, JxCat, los comunes, la CUP y los republicanos una vez pasadas las elecciones. El coordinador nacional de ERC ha considerado que sería una "gran irresponsabilidad" no buscar el consenso entre estos espacios después del 14-F.

El mensaje de Puigdemont

Por su parte, el presidente en el exilio y eurodiputado Carles Puigdemont ha precedido a Borràs y ha alertado sobre una supuesta guerra sucia "que algunos auguran y parece que desean" de cara al 14-F. Por eso ha reivindicado JxCat como formación que no "extiende falsedades de los adversarios". "Nosotros no hemos ido al exilio ni a prisión por morder a otros independentistas", ha asegurado.

"Tenemos la actitud, ilusión y esperanza de quien aspira a gobernar el país para que Catalunya sea el que decidan los catalanes y las catalanas en las urnas. Este 14 de febrero debemos conseguir la victoria para que Catalunya pueda dar un gran salto a la libertad", ha pedido justo el día en qué hace 5 años de su investidura como presidente.

Imagen: Carles Puigdemont durante su investidura / El Nacional