La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ya no ha aguantado más. Harta del comportamiento del grupo de Ciudadanos, hoy, por primera vez en esta legislatura, ha expulsado a un diputado del hemiciclo, en concreto a Nacho Martín Blanco.

Los hechos han sucedido a raíz de la sentencia del TSJC que inhabilita al diputado de la CUP Pau Juvillà y que ha marcado toda la agenda política de esta mañana. Así pues, Borràs ha decidido iniciar su intervención en el pleno expresando su apoyo a Juvillà y, al igual que ha dicho esta mañana, ha asegurado que su compromiso es el de mantener los derechos y deberes de los diputados de la cámara.

Asimismo, ha pedido a la cámara no defraudar las esperanzas que los ciudadanos han dispuesto sobre los representantes políticos: "Este Parlament es la sede de la soberanía del pueblo de Catalunya y de nuestra determinación política depende que no tengan éxito aquellos que la quieran diluida", ha expresado la presidenta.

También ha cargado contra un nuevo abuso del poder judicial contra el Parlament: "Pau, sabes que yo, y espero que todos los diputados, al menos los que respetamos la democracia, estamos y estaremos a tu lado", ha dicho entre fuertes aplausos de la cámara, que incluso han hecho levantar de su escaño a la mayoría de los parlamentarios.

Ha sido en este momento que el diputado naranja ha pedido la palabra acogiéndose al artículo 90 del reglamento, que hace referencia a la imparcialidad de la presidencia. Borràs le ha dicho que no tiene la palabra y ha defendido que ella tiene atribuida la facultad de dirigir los plenos y hacer intervenciones iniciales: "No tiene la palabra y continuaré con mi uso de la palabra", ha remachado.

Martín Blanco no ha tenido bastante y ha seguido quejándose desde su escaño, mientras Borràs le recordaba que no tiene la palabra y le ha advertido que el código de buena conducta del Parlament pide buena educación: "Cosa que usted no está teniendo ahora porque está hablando sin tener la palabra".

 

"Siéntese o me veré obligada a pedirle que abandone", ha seguido Borràs mientras el diputado seguía de pie. Incluso su compañero de escaño, Carlos Carrizosa, le ha hecho un golpe en la espalda sugiriéndole que se calmara, pero Martín Blanco ha seguido quejándose y la tensión ha ido subiendo hasta el punto que los diputados Joan García, Matías Alonso y Anna Grau han empezado a dar golpes.

Hasta aquí ha llegado la tensión y Borràs finalmente ha pedido a Martín Blanco que abandonara la sala. Una vez fuera, el diputado, en una conversación con periodistas, ha cargado contra una actitud "poco democrática" de Borràs y ha asegurado que la expulsión es "vergonzosa" porque no le pueden denegar el uso de la palabra. Asimismo, ha anunciado que denunciarán todas las discusiones y esta expulsión pidiendo amparo a la Mesa y al Tribunal Constitucional.