Desde su despacho en la Ciutadella, la presidenta del Parlament, Laura Borràs (Barcelona, 1970), ve hienas. Son sus vecinas del Zoo de Barcelona, justo debajo de su ventana. Hienas manchadas que, en lugar de correr por la sabana africana dan vueltas al pequeño espacio en que han quedado atrapadas. Borràs trabaja en una mesa repleta de carpetas y libros, entre los cuales el reglamento del Parlament. Delante de la mesa, un expositor de tarjetas exhibe las cartulinas de colores con citas literarias que la acompañan a todas partes desde que abandonó la Institució de les Lletres Catalanes. En conversación con ElNacional.cat, la presidenta insiste en la necesidad de "compactar" al independentismo y avanzar en el procés; evalúa el impacto de un retorno de Carles Puigdemont a Catalunya; repasa la salud del gobierno de ERC-Junts, y calibra el pulso que mantiene la Cámara ante la persecución judicial de los diputados Pau Juvillà y Lluís Puig. Al ser preguntada sobre su futuro en el partido, Borràs no descarta optar a la presidencia de Junts si Puigdemont abandona el cargo para centrarse en el Consell per la República. "Veremos", remacha.

El TSJC ha condenado a seis meses de inhabilitación al secretario de la Mesa Pau Juvillà por no retirar los lazos amarillos de su despacho en periodo electoral, y el Parlament ha protegido su escaño. ¿Hasta dónde mantendrá este posicionamiento?
Dije que como presidenta defendería la inviolabilidad del Parlament de la injerencia de terceros, de otros poderes, y en este caso del poder judicial. El Parlament ya ha reaccionado de manera diferente a como se había hecho en el pasado. Vivimos en una época de lawfare, de utilizar la ley para apartar a la disidencia, a los rivales políticos, a quien piensa diferente al poder establecido. El Parlament ha ejercido sus competencias. Yo estoy determinada absolutamente a defender los derechos de los diputados.

Juvillà es quien tiene que marcar el límite de hasta dónde está dispuesto a llegar. Sabe que me tendrá a su lado

¿Y una vez se ratifique la sentencia contra Juvillà, qué hará el Parlament? 
A mí me encontraréis siempre firme en la defensa de los derechos y libertades. Un principio anti-represivo es acompañar a la persona represaliada en aquello que quiera hacer. Él sabe que me tiene para acompañarlo hasta allí dónde él quiera. Pero es él quien tiene que marcar este límite hasta dónde está dispuesto a llegar. Sabe que me tendrá a su lado.

Montse Giralt

Su respuesta no esconde la carga de crítica por la forma como actuó su predecesor Roger Torrent en el caso de Quim Torra...
No lo planteo como una crítica sino como una actuación opuesta absolutamente. El Parlament no hizo uso de todos los recursos que podía para defender un acta que, además, era la del president de la Generalitat. No concibo el Parlament haciendo de sucursal del Tribunal Supremo. Estamos normalizando cosas que no son normales.

Tenemos que recuperar la unidad, al menos desde un punto de vista anti-represivo. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a asumir la vulneración de derechos?

¿Y en el caso de Lluís Puig? ¿Qué hará si el Constitucional da la razón al PSC, que ha recurrido contra la delegación de su voto?
Es una lucha contra todos, también es todos juntos que nos tendríamos que defender. Tendríamos que recuperar la unidad, al menos desde un punto de vista anti-represivo y ver hasta qué punto estamos dispuestos todos juntos a asumir o no el hecho de que se puedan vulnerar derechos que se están vulnerando. Yo dije en mi sesión de investidura que el diputado Lluís Puig recuperaría el derecho de voto, porque reunía las condiciones para ser elegido y, por lo tanto, tiene que ejercer sus derechos.

¿Y cuál tiene que ser la respuesta si el Tribunal Constitucional se lo niega?
Yo no tengo pensada la respuesta porque, por sistema, intento pensar que las cosas tendrían que ser lógicas y racionales, y eso me parece ilógico e irracional. No anticiparé aquello que creo que no tendría que ser. En el día a día, seguir manteniendo y defendiendo su derecho al voto y en todas las circunstancias.

Lo que esperamos es que este gobierno además de ser un gobierno independentista actúe como un gobierno independentista

 

Con el no de la CUP a los presupuestos el vicepresident, Jordi Puigneró, dijo que el gobierno que comparte ERC con Junts está en crisis. ¿Usted ve al Govern en crisis?
Los gobiernos de coalición a veces tienen tensiones. Tendríamos que acostumbrarnos a la cultura del gobierno de coalición con todo lo que comporta. Es cierto que ha habido turbulencias estos primeros meses. Lo que esperamos es que pueda ser un gobierno que responda a los principios de sus electores. Como hay unos electores que han votado en un 52% un gobierno independentista, lo que esperamos es que este gobierno, además de ser un gobierno independentista, actúe como un gobierno independentista. Y por lo tanto, espero que esta legislatura pueda acabar materializándose como la de la mayoría absoluta más importante independentista que ha conocido este país.

De momento, sin embargo, en este tema no ha habido avances. De hecho, ya hay quien da por liquidado el procés...
Hay quien considera acabado el procés porque desde muchos sectores se quiere dar por terminado el procés a la independencia. El independentismo es incómodo, es evidente. Y los que queremos conseguir la independencia de este país molestamos. Mucho. Sería mucho mejor pasar página, volver al oasis catalán. Sin embargo, estamos donde estamos. La realidad es tozuda y la gente es tozuda con su voto. Por lo tanto, tenemos que recordar por qué estamos aquí. Por incómodo, por molesto que sea, tenemos que hacerlo efectivo porque este es nuestro mandato. Tenemos que tener siempre presente por qué estamos en los sitios. Yo lo tengo muy presente y lo seguiré haciendo evidente por más molesto que sea para quien lo quiera ver desde esta perspectiva de la molestia; yo lo llamo coherencia.

Todo el mundo en privado es capaz de decir que 'ya sabemos que la mesa de diálogo no va a ninguna parte pero mientras tanto la colocamos aquí porque queda bien'

¿Y desde la presidencia del Parlament qué es lo que puede hacer?
El Parlament es el lugar donde se ha querido poner este foco para condicionar, censurar o autocensurar la libertad de los parlamentarios. Y eso no puede ser. Un parlamento tiene que ser soberano y se tienen que poder debatir todas las cuestiones que consideren los diputados. Yo estoy haciendo esta defensa. Lo hice en el debate de política general admitiendo a trámite cuestiones que tenían que ver con la monarquía y la autodeterminación. O admitiendo el voto delegado de un diputado que está en el exilio. Por lo tanto, la defensa del Parlament es desde donde yo llevo a cabo esta parte del mandato del 14-F. Tiene consecuencias. Hacer mi trabajo lleva aparejada una consecuencia de carácter penal. No es normal. Sin embargo, si se tiene que hacer esta defensa, se hace.

Montse Giralt

No obstante, en este momento la estrategia no pasa por avanzar en el procés, sino que se concentra en la mesa de diálogo. ¿Qué opina?
Lo que opino ya lo expresé con la voluntad de no entrar a formar parte del Govern. Yo en la mesa de diálogo no puedo creer porque la vi nacer. Sé cómo nació, en qué contexto, manera, personas, qué no-objetivos de cara a la voluntad del independentismo de poder conseguir el respeto al derecho a la autodeterminación y la amnistía de todos los represaliados. Porque todo el mundo en privado es capaz de decirte que "ya lo sabemos que no lleva a ninguna parte pero mientras tanto la colocamos aquí porque queda bien". La CUP concedió dos años de margen para plantear otra fórmula, que sería el embate... Yo no creo que tengamos tiempo para perder.

No tenemos tiempo que perder. Cuanto más nos alejamos del momento del embate del 1-O, quien gana es quien quiere que no se avance

¿La mesa de diálogo es para ganar tiempo?
El tiempo ayuda a enfriar, a consolidar a aquellos que dicen que es muy complicado. Cuanto más nos alejamos del momento del embate que hicimos como pueblo el 1-O, quien gana es quien quiere que no se avance. La mesa de diálogo me parece una estrategia muy hábil por parte de quien la propone. Pero no podemos comulgar con ruedas de molino de una mesa de diálogo que no tiene orden del día ni voluntad que tenga que ver con el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía. Se ha apostado por esta mesa, pues, los que creen en ella que nos muestren cuáles son los resultados. Ahora bien. No podemos fiarlo todo a una mesa que previsiblemente mucha gente piensa que fracasará.

¿Y habrá que esperar a que pasen estos dos años? ¿Cuál es la propuesta de Laura Borràs?
Lo que hace falta es poder trabajar para ver cuándo la unión de todas estas fuerzas independentistas pone por delante conseguir la independencia a otras cuestiones, que son otras lógicas de carácter partidista. Si somos capaces de trabajar todos juntos seremos capaces de poder avanzar, mientras tanto el divide et impera es una máxima clásica que de momento le está funcionando muy bien al Estado español.

En este Parlament se ha proclamado la independencia, lo que falta es defenderla e implementarla

 

¿Ante la propuesta de la CUP de hacer un referéndum, su propuesta cuál es?
El referéndum ya lo hemos hecho y lo hemos ganado. ¿Qué garantías tenemos que poder hacer otro referéndum nos aporte un resultado mejor al que hicimos? ¿Será posible? ¿Habrá alguien que firme? Para hacer un 1-O se tiene que firmar. ¿Habrá alguien que lo haga? Hay que empezar por estas cuestiones cuando tenemos una realidad tan cruda. No podemos estar siempre yendo atrás, ni para ir a pantallas anteriores de ahora plantearemos el derecho a la autodeterminación. Ya lo hemos ejercido, y en este Parlament se ha proclamado la independencia, lo que falta es defenderla e implementarla. Ir adelante quiere decir conseguir hacer efectivo aquello que ya hemos conseguido; no, volver a empezarlo.

Ni volver atrás ni hacer una cosa que no tenga el apoyo de todo el mundo nos ayuda a ir adelante. Hay que compactar todo el bloque independentista

Tampoco Junts ha planteado en el Parlament recuperar la declaración de independencia...
Porque tenemos que hacer las cosas cuando estemos en disposición de defenderlas, cuando sirvan para alguna cosa. ¿Por qué si no? Ni volver atrás, en el sentido de volver a empezar, ni hacer una cosa que no tenga el apoyo de todo el mundo nos ayuda a ir adelante. Por lo tanto, lo que habría que hacer es este trabajo de compactación de todo el bloque independentista para poner por delante la independencia en lugar de las diferencias de partido.

Pero las diferencias son evidentes. Junts y ERC que comparten gobierno no se han puesto de acuerdo ni sobre la negociación de los presupuestos del Estado o la de la ley del audiovisual ni en la respuesta a la imposición de un 25% de castellano en las escuelas... Hay muchas diferencias.
Muchas. Demasiadas divergencias.

¿Y cómo se soluciona?
Se tiene que solucionar intentando que cada uno tenga este ejercicio de auto-responsabilidad, de saber por qué está donde está y quién le ha puesto donde está, y escuchar lo que la gente quiere, y hacer lo que la gente te da el poder para poder hacer. Quizás tendríamos que aprovechar, si no somos capaces motu proprio, de hacerlo todos los partidos independentistas cuando aparecen agresiones externas que el Estado nos regala continuamente. Quizás en estas agresiones externas tendríamos que ser capaces de encontrar la fuerza ante la lucha anti-represiva que permita compactarnos e ir adelante; conseguir que la mayoría independentista al menos sea real en la defensa de las instituciones y de los derechos y las libertades.

¿Qué más falta para que nos unamos contra este Estado que utiliza todas sus herramientas? Yo creo que nada, pero todavía hay gente que le da credibilidad

 

La presidencia del Parlament ha aparecido en ocasiones como un contrapunto político ante el Govern, por ejemplo, cuando apostó por que el gobierno asumiera la dirección de los centros para defender la inmersión...
Defendí que los políticos tenemos que asumir las responsabilidades políticas; no se puede decir que no se puede hacer nada políticamente. Hay varias cosas que se pueden hacer, como asumir la dirección de los centros. Ni siquiera expliqué cómo se tiene que hacer, aunque es evidente que se hizo el 1-O. Los responsables de los centros necesitan saber que han de poder hacer su trabajo, que es de naturaleza pedagógica. En cambio, estas sentencias son de naturaleza política. Lo que tenemos que hacer los responsables políticos es asumir las responsabilidades políticas. ¿Eso tiene consecuencias? ¡Bienvenidos al club! Eso es lo que está pasando, que hacer lo que tenemos que hacer tiene consecuencias, las tiene en este Estado que utiliza todas sus armas para ir en contra de los que estamos plantando cara o estamos siendo una molestia o una incomodidad. Quizás entre todos tendremos que decir un día que hasta aquí llegamos y ya no podemos aguantar más. El nivel de agresión del Estado español no ha disminuido desde el 1-O, al contrario, seguramente en muchos ámbitos se ha ido incrementando, los incumplimientos de todo orden. ¿Qué más falta para que nos unamos contra este Estado que utiliza todas sus herramientas? Yo creo que no falta nada más, pero estamos aquí y todavía hay gente que le da credibilidad. Como diciendo "cuando venga un gobierno de la ultraderecha perjudicará a la lengua o no sé qué pasará". ¡Pero si ya está pasando! Ya no se puede vender más el miedo, porque el miedo ya lo tenemos ahora, y no se puede comulgar con un mal menor, porque es mal y antes de ser menor es mal. Y estamos aquí. Un primer principio podría ser este de reconocer quién es que te agrede y no colaborar, no colaborar gratis, porque colaborando lo refuerzas y te debilitas tú y nos debilitamos todos. El problema es que cuando se debilita a una parte del independentismo se debilita al conjunto del independentismo.

Las escuelas tienen que hacer su trabajo. Los políticos tenemos que asumir las responsabilidades políticas. ¿Eso tiene consecuencias? ¡Bienvenidos al club!

¿Por lo tanto, el argumento de que la alternativa al gobierno de Pedro Sánchez es un gobierno PP-Vox no lo considera suficiente?
Es que yo no veo cuál de las situaciones puede ser peor. Si ya están aplicando una serie de políticas contra Catalunya que son lesivas y perjudiciales. Siempre hay un peor pero es que ya vivimos en lo peor. Se trata de mejorar, de unirnos para hacer frente a todo eso que viene y ser capaces de tener esta dosis de realismo y al mismo tiempo de aceptación que, por más diferencias que haya entre los diversos sectores del independentismo, tendríamos que encontrar aquello que nos une, que es la voluntad de hacer la independencia y hacer de eso el principal motor para conseguirla. Y después, cuando lo hayamos conseguido, los que hemos venido aquí para conseguirla nos volveremos a nuestras vidas. Y después, que decidan de qué color quieren que sea el gobierno. De momento, el color es negro porque todo aquello que viene del Estado español es negativo y lo vemos en el día a día.

¿La cuestión de confianza que pactaron ERC y CUP podría servir para marcar un cambio en esta dinámica?
Los compromisos se tienen que cumplir, yo creo. Naturalmente cada uno sabe los compromisos en qué contexto los acepta y cómo los aceptará. Este compromiso llegó antes de que hubiera un acuerdo de gobierno y, por lo tanto, interpela a los que lo firmaron.

¿Sería positivo plantear esta cuestión de confianza?
No me planteo las cosas en esta perspectiva. Intento pensar a lo grande. Entré en política pensando que el independentismo junto podía conseguir la independencia de este país. Quiero pensar que eso tiene que seguir siendo así. Yo lo que pediría es que volvamos a este principio de la unidad independentista que es la que nos podrá hacer avanzar. En el contexto actual ya vemos que no avanzamos. Los acuerdos no tendrían que ser a dos, tendrían que ser a tres bandas en el caso de los partidos, y más allá en el caso de la sociedad civil organizada; tendrían que ser acuerdos del independentismo, que estuvieran poniendo por delante de todo el poder conseguir la independencia.

También dentro de Junts hay diferencias. El propio secretario general, Jordi Sànchez, fue cuestionado hace unos meses tras expresar su opinión sobre el referéndum. Tras aquel cuestionamento se apuntó su nombre y el de Elsa Artadi. ¿Cómo está ahora la cohesión en el partido?
JxCat es un partido joven, muy diverso, muy transversal, porque hay gente que antes militaba en otros partidos. Lo que más nos caracteriza es que queremos culminar el trabajo del 1-O. Es un espacio progresista e independentista, pero también extraordinariamente crítico y exigente. Eso me parece mucho mejor, porque te da una determinada fuerza. Sé que es de peor gestionar. No le doy más importancia. Como en Junts no sobra nadie, todo el mundo es bienvenido con este sentido de exigencia pero también con estas voces críticas que te obligan a la autoexigencia.

Se ha hablado repetidamente sobre la voluntad de Carles Puigdemont de dejar la presidencia del partido, ¿qué le parecería? ¿No es un elemento esencial precisamente para la cohesión de Junts?
Claramente, Junts es el partido del president Puigdemont, y lo seguirá siendo lo sea o no formalmente. El president es eurodiputado y preside el Consell per la República, un espacio fuera de las garras del Estado español donde hay mucha gente dispuesta a trabajar por la independencia de nuestro país. Yo siempre he respetado todas las decisiones que toma el president. Pero el president Puigdemont sigue siendo lo que nos aglutina en JxCat y el hecho de que no lo presida no quiere decir que no siga siendo su partido.

¿Sustituir a Puigdemont en la presidencia de Junts? Cuando eso pase, si es que tiene que pasar, veremos

 

¿Qué papel quiere Laura Borràs en Junts? ¿Querría optar a la presidencia en caso de que Carles Puigdemont renunciara a esta responsabilidad?
Eso también es adelantar unos acontecimientos que todavía no conocemos a día de hoy. Es evidente que el president es mi president y lo seguirá siendo esté o no presidiendo Junts. Cuando eso pase, si es que tiene que pasar, veremos. Yo siempre me he sometido a la militancia, siempre he querido que las decisiones que yo tenga que tomar sean también refrendadas por la militancia. Así es como funcionamos en Junts, así es como lo prevén los estatutos. Por lo tanto, cuando tenga que haber cambios estos pasarán por lo que la voz de la militancia exprese y cuando la voz habla, pues, se acata lo que se decide, y así será en el momento que sea; sea yo o cualquier otra persona que quiera optar a la presidencia. Yo estoy para trabajar para conseguir la independencia de mi país y los partidos son herramientas desde las cuales poder hacer este trabajo. Por eso estoy, y por lo tanto en este sentido siempre estoy al servicio y a disposición.

Ve próximo el retorno de Carles Puigdemont?
Me gustaría mucho. Pero para cuando eso sea también todo el independentismo tiene que tener previsto qué podría comportar el hecho de que él volviera. También es un trabajo que hay que hacer.

El retorno de Puigdemont tiene que poder ser una oportunidad para culminar la independencia de este país

 

¿Qué podría comportar?
Es evidente que no sería una cuestión normal para el Estado español que el president Puigdemont pudiera volver; y que haría todo lo posible para que todavía fuera más anormal de lo que ellos ya lo consideran. Sin embargo, el independentismo también tendría que hacer alguna cosa, porque es evidente que esta sería la principal victoria de los que hemos estado sosteniendo que nuestra lucha es una lucha legítima para defender lo que es legítimo; no solo lo que es justo, sino legítimo; porque había un gobierno que fue destituido, y comportó el exilio y la prisión y después la gran represión contra personas que han dado apoyo a esta legitimidad. Es evidente que su retorno tiene que poder ser una oportunidad para culminar la independencia de este país.

Tiene que desencadenar cosas el retorno de Puigdemont. ¿Hasta dónde podemos llegar? Tiene que haber una respuesta de país al retorno del president legítimo

¿Y qué debería desencadenar?
Tiene que poder desencadenar cosas el retorno del president. Por eso he dicho que uno de los trabajos que se tiene que hacer desde el independentismo es ver estos escenarios. Se tienen que tener previstos para cuando pasen. Si él puede volver al Estado español tendremos que ver cómo se comporta el Estado español ante este hecho. Qué decide hacer, si respetar la justicia europea o no. Hasta ahora no parece que esté en disposición de respetar su inviolabilidad o su inmunidad, veríamos si con una sentencia firme de un país de la UE o algún tribunal de la UE eso se respetaría o no. Veremos hasta dónde llega la autarquía española también desde un punto de vista democrático. Delante de esto sí que tiene que poder haber una respuesta de país, de este hasta aquí que le decía antes. ¿Hasta dónde podemos llegar? Pues, hay cosas que no las podemos permitir. Tendría que haber una respuesta de país al retorno del president legítimo.

¿De qué manera le está condicionando el caso abierto contra usted por un supuesto fraccionamiento de contratos cuando era responsable de la Institució de les Lletres Catalanes?
Es evidente que condiciona siempre cuando tienes la justicia a tu alrededor. Los represaliados lo explican, la angustia, lo que representan los procesos judiciales. En mi caso se añade que cualquiera de las otras decisiones que yo tome puede comportar un endurecimiento de las consecuencias de lo que sea que la justicia española haya decidido que quiere aplicarme. Claro que condiciona. Sin embargo, como he defendido siempre mi inocencia, actúo como lo que he hecho, que es nada que sea susceptible de ser considerado delito y que tenga que comportar ninguna pena. Por lo tanto, me siento muy orgullosa de mi gestión en la Institució. He venido a hacer el trabajo que corresponde. Tienen la voluntad de que te autocensures. Y no. Mi victoria cada día es que no lo consigan. Si esta determinación fuera la de todos conseguiríamos ser un país libre.

Montse Giralt

Entre los cambios que se pretende impulsar este curso en el Parlament está la reforma del reglamento...
Una resolución del debate de política general aprobada con los votos de la mayoría independentistas decía que se tiene que reformar el reglamento. El reglamento se tiene que reformar siempre que las circunstancias externas comporten una actualización y eso pasa en muchas cuestiones. Hay dos muy evidentes: el Plan de Igualdad, que se aprobó en el 2020 y como que no está en el reglamento no es de obligado cumplimiento; y la cuestión telemática, en tiempo de pandemia el Parlament ha funcionado telemáticamente y, en cambio, eso está fuera del reglamento.

¿Esta reforma incluirá el artículo que aparta a un diputado en el momento en que se le abre un juicio por corrupción?
Eso lo tendrán que decidir, si quieren que nuestro parlamento sea plenamente democrático y respete la presunción de inocencia. Más en un contexto de lawfare como el que ahora vemos. Tendrán que decidir los diputados si quieren debatir y modificar este artículo. Yo no me he sentido nunca interpelada porque habla de cometer un delito y yo no he cometido ningún delito. Es una cuestión de proteger la presunción de inocencia, que es un principio básico.