El ministro Josep Borrell ha tenido que someterse este lunes a su examen en el Parlamento Europeo para asumir el cargo de alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Como si fuera un cuento de Dickens, el ministro ha visto cómo desfilaban por la comisión parlamentaria algunos de sus fantasmas del pasado y del presente para complicarle el preceptivo hearing: Catalunya, la sanción por la venta de las acciones de Abengoa, la historia de los EE.UU. sintetizada en que "mataron cuatro indios", la venta de armas de España al Gobierno Saudí...
El todavía ministro del Gobierno de Pedro Sánchez se sabía las preguntas y tenía preparadas las respuestas, lo cual no ha evitado que en algún momento se hiciera visible el malestar por las cuestiones, en especial por lo que respecta a las acusaciones de uso de información privilegiada. Ha superado las tres horas de examen sin especiales problemas, e incluso ha recibido la felicitación final del presidente de la comisión.
Sólo empezar la comparecencia, la primera pregunta, la del eurodiputado del PP Antonio López-Istúriz ha servido para interrogar al ministro sobre Venezuela, Cuba y Nicaràgua, pero también sobre el "populismo nacionalista en Europa, en España y en concreto en Catalunya". "¿Cuál será su posición como alto representante?", ha planteado .
Borrell ha intentado esquivar la pregunta limitándose a garantizar al eurodiputado que comparte "toda su preocupación" sobre este tema tanto en el hemisferio sur como en España. La respuesta no ha satisfecho al popular que ha repreguntado sobre lo mismo. Borrell ha insistido en que ya se ha pronunciado con mucha firmeza en este tema y como alto representante su trabajo no será pronunciarse sobre problemas internos de cada uno de los países, ni siquiera del suyo. "No diré en estos momentos nada sobre el problema interno de un país aunque sea el mío", ha cerrado.
Con todo, el ministro ha aprovechado una intervención sobre el Brexit para dejar clara su oposición a las fronteras. "No me gustan las fronteras. Son cicatrices que han dejado las guerras", ha subrayado. El ministro ha asegurado que el ser humano se ve enriquecido por una identidad plural y que él mismo cuándo asumió la presidencia del Parlamento Europeo se declaró catalán, español y europeo, porque "puede ser las tres cosas".
La sanción que se le impuso el año pasado por el uso de información privilegiada a raíz de la venta de acciones de Abengoa, tampoco se ha hecho esperar. Ha planteado la pregunta la eurodiputada Sandra Kalniete del Partido Popular. El ministro, visiblemente contrariado por tener que volver a abordar este tema, ha insistido en que siempre ha rechazado que haya hecho uso de ninguna información privilegiada, aunque fue sancionado por vender por un valor de 6.000 euros el 7% de acciones que tenía de Abengoa, donde era consejero, el día antes de que la empresa declarara suspensión pagos. Ha argumentado que mantuvo el 93% restante de la inversión, lo cual le comportó pérdidas de 300.000 euros. "Ni siquiera era mi cartera. Era de mi exesposa y por culpa de mi pésima administración perdió el 80% de su valor. Ojalá todas las operaciones de información privilegiada fueran como esta", ha remachado.
También la diputada Markéta Gregorová, de los Verdes, ha insistido más tarde sobre las acciones de Abengoa para preguntarle si no se ha planteado desprenderse de todas las acciones que tiene para acabar con este tema. "Si tanto le molestan 12.000 euros en acciones mañana doy órdenes que se vendan. No creo que sea ningún problema de ningún tipo", ha replicado el ministro.
A pesar del tono de la respuesta y la incomodidad evidente, Borrell ha agradecido la pregunta para tener la ocasión de explicarse "otra vez". Ha insistido en que sólo se desprendió del 7% de las acciones y perdió el valor del 93% restante. "Si tenía información privilegiada era un estúpido. O no la tenía o era un perfecto estúpido. Nunca he aceptado que haya hecho uso de información privilegiada.", ha insistido.
La primera visita, a Pristina
La eurodiputada Kalniete había reprochado a Borrell la negativa del Gobierno español a reconocer el Kosovo y le ha interrogado sobre cómo puede intervenir en el diálogo entre este país y Serbia. Borrell ha asegurado que hará todo lo que esté en sus manos para facilitar este diálogo y ha anunciado que el primer viaje oficial que hará en su nuevo cargo será a Pristina.
El ministro ha tenido que explicar algunos de los patinazos que ha protagonizado desde que está en el gobierno del PSOE, como la referencia sobre la historia de los EE.UU. "lo único que hicieron fue matar a cuatro indios". "Ya pedí disculpas, fue una expresión desafortunada. Quería decir que los Estados Unidos de Europa no será nunca como los Estados Unidos de América porque tenemos una historia demasiado grande de enfrentamientos entre nosotros", ha argumentado.
La eurodiputada Podemos Idoia Villanueva ha reprochado que como responsable de Exteriores ratificó que la ministra de Defensa vendiera armas a Aràbia Saudí. "Yo no vengo aquí a dar cuenta de la política exterior española, pero si le sirve, desde que el gobierno que formo parte cumplió los compromisos del anterior gobierno, no ha habido ningún otro venta de armas de Arabia Saudí", ha contestado.
Con todo, las preguntas de los eurodiputados españoles no han resultado especialmente incómodas para el ministro. Manuel Pineda d'IU ha preguntado sobre el conflicto entre Israel y Palestina, Hermann Tertsch, sobre Venezuela, y Javier Nart sobre el Sahel.