El alto representante diplomático de la UE, Josep Borrell, se ha intentado excusar del desbarajuste político que provocó su reciente visita a Rusia, en una entrevista en el semanario alemán Der Spiegel, y no ha dudado en revelar que detrás de sus indecisiones estaba el procés independentista. "No fui a Moscú a hablar de Catalunya", se ha justificado.

La revista no se explica cómo, con la fama de político irascible que tiene Borrell, quedara callado ante el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, cuando este sacó el tema de la situación política catalana para demostrar las contradicciones que tienen España y la UE en esta materia. Los periodistas le preguntan por eso. "Un diario español lo describió en una ocasión como una persona de carácter volcánico. ¿Donde estaba este volcán cuando el ministro de Asuntos Exterior de Rusia lo ridiculizó en público en una rueda de prensa, mientras Moscú expulsaba a diplomáticos de tres países europeos?", preguntan.

"Tendría que haber cedido a las ganas de discutir", titula Der Spiegel la entrevista con Josep Borrell después del fiasco en Rusia

Borrell intenta aclarar qué le pasó. "A mí me conocen por reaccionar de forma inmediata y de no evitar ninguna discusión. Cuando Lavrov comparó el caso de Navalni con los catalanes que fueron condenados por el papel que tuvieron en el referéndum de independencia, consideré un momento discutir con él ante las cámaras. Pero decidí no hacerlo. No fui a Moscú a hablar de Catalunya. Y por eso me quedé silencioso", apunta.

Con más distancia, el exministro español reconoce que se equivocó y que se la tendría que haber jugado. "Tendría que haber cedido a las ganas de discutir", indica con la pelota pasada.

En una rueda de prensa en Moscú después de una reunión que mantuvieron los dos políticos el 5 de febrero, el jefe de la diplomacia europea insistió públicamente en reclamar la puesta en libertad de Navalni y subrayó que la UE espera una investigación "independiente y completa" sobre el envenenamiento del líder opositor este verano.

Después de escucharlo, Lavrov replicó recordando los casos de abusos policiales vividos últimamente en Europa y en Estados Unidos y, en concreto, se refirió a la situación de los presos independentistas, a los que puso como ejemplo de "decisiones judiciales motivadas políticamente".

"Los líderes independentistas están en la prisión por organizar un referéndum, una decisión que la justicia española no ha revocado aunque tribunales de Alemania y Bélgica han sentenciado en su contra", argumentó.

El ministro ruso recordó que España ante esta situación ha defendido su sistema judicial y ha pedido no dudar de sus decisiones, mientras que, por su parte, Rusia no ha hecho comentarios políticos. "Eso es lo que queremos de Occidente en términos de reciprocidad", reclamó.

Lavrov también aseguró que tiene imágenes de represión policial dura, en posible alusión a las cargas durante el referéndum del 1-O.