El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, asegura estar "más preocupado por los precios de la electricidad que por la mesa de diálogo". Sin embargo, no ha desperdiciado la ocasión para cargar contra el Govern de la Generalitat, entrevistado en RNE: "No parece que empiece con buen pie desde el lado del Govern de la Generalitat. En Catalunya, incluso hay fervientes independentistas que lamentan el espectáculo un poco ridículo que se ha hecho por su parte".
Y contrapone las dos partes alabando la de su PSOE: "Tenemos que reconocer la manera de resolver los conflictos del presidente Pedro Sánchez. Esperamos que todo eso no impida que el diálogo se pueda celebrar y no haya resultados". A pesar de todo, Borrell quiere seguir un perfil bajo sobre el debate independentista y ha afirmado que a pesar de ser "catalán y del PSOE", ahora mismo sigue con "más atención" otras temáticas. Sobre la subida del precio de la electricidad: "El sistema de fijación de precios de la electricidad de la Unión Europea tiene que ser revisado porque tiene demasiadas disfunciones. El coste del gas o de otros no tiene ningún tipo de proporcionalidad con el de la electricidad, eso tiene que cambiar".
Con respecto a los retos de su competencia, Borrell admite que "la inmigración es un problema divisorio" que ahora también se pone sobre la mesa con la crisis en Afganistán, aunque pide "hablar de ellos como exiliados, igual que los españoles durante el franquismo". Ante las nuevas oleadas masivas de personas procedentes de este país en Europa, Borrell cierra filas: "No creo que tengamos una avalancha de dos millones de personas intentando pasar las fronteras, pero tenemos mucha gente con la que tenemos una obligación".
Sus palabras chocan con la mano tendida que ha ofrecido a los talibanes en los últimos días desde Bruselas: "Compromiso con los talibanes", declaraba el pasado 3 de septiembre. La justificación de Borrell radica en la necesidad "de evacuar a los nacionales y afganos" aunque ve también otros objetivos. Así pues, también pide "la creación de una plataforma política regional junto con los vecinos de Afganistán" con el propósito de "gestionar los flujos de población procedentes de Afganistán, la prevención de la propagación del terrorismo, la lucha contra el crimen organizado, incluido el tráfico de drogas, y el contrabando de seres humanos". Una incongruencia, especialmente el objetivo de la lucha contra el terrorismo, teniendo en cuenta que los talibanes lo primero que hicieron cuando invadieron Kabul el pasado mes de agosto fue liberar a los potenciales terroristas del islamismo radical que se encontraban en las prisiones del país.
Para que el acuerdo con los talibanes se lleve a cabo, Borrell detalla las cinco condiciones que les pone: "Afganistán no puede servir de base para la exportación de terrorismo en otros países; respeto a los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres, el estado de derecho y la libertad de los medios de comunicación; el establecimiento de un gobierno de transición inclusivo; el acceso gratuito a ayuda humanitaria, y el cumplimiento del compromiso de los talibanes sobre la marcha de ciudadanos extranjeros y afganos en riesgo".
El otro frente abierto que la UE sigue priorizando es la lucha contra el coronavirus. Borrell admite que "el virus ha cambiado muchas cosas. China y Rusia han tenido mucha influencia en la diplomacia de la mascarilla y de la vacuna, es una anomalía. La lucha por la influencia que se da a los países que no tienen poder. En definitiva, con todo eso, Europa hace más de lo que decimos".