El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha avanzado este miércoles que el gobierno español remitirá "una comunicación diplomática" para expresar su "desagrado" al Ejecutivo belga por las declaraciones del ministro de Defensa belga en apoyo a la huelga de hambre emprendida por Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn.
"Naturalmente, esto será objeto de una comunicación diplomática para expresar nuestro desagrado por esta clase de manifestaciones", ha asegurado Borrell en declaraciones a la prensa en la OTAN.
El titular de Defensa belga, Sander Loones, aseguró el 1 de diciembre en Twitter que los presos políticos "se ven obligados a hacer una huelga de hambre" tras llevar "encerrados" durante "más de un año sin haber sido condenados" y criticar que "el Tribunal español no trata ni siquiera su proceso para evitar que el Tribunal de Derechos Humanos pueda pronunciarse". "Ningún demócrata debería callarse sobre esto", apostilló en el mismo 'tuit'.
Borrell ya dejó claro que estas declaraciones resultaban "inaceptables" y avanzó que recibirían "seguramente una respuesta" de España.
El jefe de la diplomacia española ha precisado que sus "servicios" están estudiando cómo formalizar la protesta, "pero no pasará de una comunicación diplomática normal y corriente" y ha asegurado que no ha "tenido tiempo ni siquiera de comentarlo" con su "colega y amigo", el ministro de Exteriores belga, Didier Reynders.
este no es el primer encontronazo de la diplomacia española con los nacionalistas flamencos, el momento más tenso se produjo el pasado octubre, cuando el gobierno español retiró el estatus diplomático al delegado del gobierno de Flandes en España por las descalificaciones reiteradas del presidente del Parlamento flamenco, Jan Peumans, también de la N-VA.
Peumans criticó el encarcelamiento de los presos políticos por el referéndum del 1-O y llegó a asegurar que "el gobierno español es incapaz de cumplir las condiciones para formar parte de una Europa democrática".