El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, ha optado por relativizar la importancia que supone la decisión de retirar la fragata Méndez Núñez de un ejercicio con un grupo de combate de los Estados Unidos en el Índico: "Claro está que vivimos una situación complicada en estas zonas del mundo, no hay que tomárselo a pecho", ha dicho.
Además, aunque ha evitado dar más detalles porque sería "entrar en arenas movedizas", ha dicho que "claro está" que el Gobierno del Estado ha calibrado las consecuencias que esta decisión puede tener en las relaciones con los Estados Unidos.
El Gobierno decidió este lunes retirar la fragata de este ejercicio, que hacía meses que estaba planificado, ante el aumento de las amenazas entre los Estados Unidos e Irán. En un desayuno informativo del Fórum Europa, Borrell ha recalcado que los Estados Unidos "no tienen ningún motivo para denunciar el acuerdo" que garantiza que Irán no se dote de armas nucleares, porque la república islámica ha cumplido "escrupulosamente", según el Agencia Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Es más, ha explicado que la alta representante de la UE, Federica Mogherini, dijo este lunes al secretario de Estado norteamericano, Michael Pompeo, que la UE está "radicalmente en contra" de esta "ruptura unilateral" por parte de los Estados Unidos. Según Borrell, si los Estados Unidos consiguen que China, la India y Turquía acaten sus advertencias extraterritoriales y dejan de comprar petróleo en Irán pondrán este país contra la pared "y eso es una mala noticia para los europeos".
Borrell ha dejado claro que si Irán se rearma nuclearmente "los primeros amenazados" son los europeos, así que harán "todo lo que sea posible para que eso no pase". De entrada, se ha referido al mecanismo financiero creado por Francia, el Reino Unido y Alemania para que sus empresas puedan seguir haciendo negocios con el Irán sin miedo a sanciones norteamericanas y al cual España está estudiando sumarse.