El alto representante diplomático de la UE, Josep Borrell, ha vuelto a criticar hoy a Rusia por el preso político Navalni, pero ha seguido evitando hacer ningún reproche en España por la existencia de presos políticos y exiliados catalanes, en lo que se ha convertido en el talón de Aquiles de su mandato internacional.
"La decisión de la sentencia del caso Navalni de etiquetarlos como grupos extremistas supone el esfuerzo más serio del gobierno ruso hasta ahora, para suprimir la oposición política independiente y las investigaciones anticorrupción", ha indicado Borrell. "Emplazamos a Rusia a cumplir con las obligaciones internacionales y a defender estos derechos", ha añadido. El alto representante diplomático ha publicado un comunicado con estos argumentos.
Borrell ha mantenido esta doble vara medir, aunque el Consejo de Europa ha pedido en comisión a las autoridades españolas la libertad, a través del indulto u otras vías, de los políticos catalanes condenados por su papel en la organización del referéndum. Asimismo, reclama abandonar los procedimientos de extradición contra los políticos catalanes residentes en el extranjero y que estén perseguidos por los mismos motivos. Al mismo tiempo, el Tribunal General de la Unión Europea ha decidido suspender temporalmente el levantamiento de la inmunidad de los eurodiputados Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, que había aprobado el Parlamento Europeo a petición del Tribunal Supremo.
El alto representante diplomático de la UE ya sufrió un revolcón del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el pasado mes de febrero en Moscú, cuando denunció el caso Navalni, y el representante ruso le recordó la existencia de presos políticos y exiliados en el Estado español.
"Los líderes independentistas están en la cárcel por organizar un referéndum, una decisión que la justicia española no ha revocado aunque tribunales de Alemania y Bélgica han sentenciado en contra de ello", argumentó Lavrov dejando en evidencia a Borrell, que no encontró la manera de responder.