El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha afirmado este jueves que se siente "especialmente satisfecho" de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya haya paralizado cauterlamente la apertura de tres nuevas delegaciones de la Generalitat en el extranjero aceptando los argumentos que dio su Departamento. "Es para mí una satisfacción importante", ha dicho durante un acto en Casa de América para presentar un libro que recopila los artículos que ha escrito en su periodo como ministro.
Borrell ha defendido que la paralización no ha sido "un 155 diplomático" como ha dicho la Generalitat en una reacción que ha calificado de "furibunda". Sin embargo, ha subrayado que su obligación es que se cumpla la Ley de acción exterior y actuar si hay oficinas que se financian con dinero público y se dedican a "denigrar al Estado español". También ha dejado claro que habrá que seguir actuando.
Por eso, ha celebrado que de hayan frenado las de México, Argentina y Túnez mientras el TSJC estudia el fondo del recurso. "Bastantes hay ya", ha señalado. Igual que cuando tomó posesión hace un año y medio, Borrell cree que "el gran problema de España desde el punto de vista de la política exterior es pura y simplemente la unidad del Estado" y su integridad territorial.
Por eso, ha dicho, con este gobierno la antigua Marca España "viró" de su antigua orientación de diplomacia económica y las Embajadas recibieron instrucciones contrarias a la que, en su opinión, era la consigna anterior: "Cuerpo a tierra, todos callados y esperar a que pase, y no pasó". Se trataba, ha dicho, de hacer lo que hacían los independentistas, construir un relato.
Para Borrell, el día que el entonces embajador en Washington, Pedro Morenés, respondió al "vitriolo" del presidente de la Generalitat, Quim Torra, contra España. "Contra viento y marea, hemos ido recuperando espacios", ha dicho, defendiendo la labor de su departamento en este ámbito.