El abogado Gonzalo Boye lleva todo el verano tejiendo la estrategia con la que volver al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de Luxemburgo para ganar la segunda batalla, después de que el mismo tribunal desestimara en junio la demanda de medidas cautelares para que el expresidente Carles Puigdemont y el exconseller Toni Comín fueran eurodiputados, y podría tener ahora una nueva carta bajo la manga.

Así lo ha dado a entender en una conferencia este viernes a la Universitat Catalana d'Estiu (UCE), que se celebra estos días en Prada, donde ha asegurado que pronto se presentarán alegaciones al TJUE para este caso, aunque no ha querido avanzar la fecha. Lo que sí que ha dado a conocer, sin embargo, es que una de las nuevas alegaciones que utilizará será el del derecho a las minorías.

Según Boye, el derecho a la autodeterminación –históricamente vinculado a las colonias– puede ser cuestionado, pero el de las minorías no, y ha recordado que este está recogido en el artículo 2 del Tratado de Lisboa. "Creo que si hay una forma de ganar, esta pasa por exigir el respeto de las minorías nacionales", ha asegurado Boye, recordando que los tres eurodiputados que no han podido asumir el cargo –Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras– son de una minoría y que eso se tiene que tener en cuenta.

"Cuando se dice que se tiene que hacer el referéndum en toda España se está pasando el rodillo a las minorías nacionales. Nadie puede discutir que las minorías nacionales tienen que ser respetadas", ha añadido en este sentido.

"Si Europa no existiera, ¿cuántos estaríamos ya detenidos?"

En la misma conferencia, enmarcada dentro del curso de Derecho de la UCE y que llevaba por título "El derecho a la tutela judicial efectiva, en la perspectiva europea", Boye ha explicado cuáles son los pasos para llevar el caso del procés a Europa, tanto en Estrasburgo como en Luxemburgo, y la importancia de hacerlo. En este punto, el abogado ha recordado que la sentencia a los presos políticos no solo los condenará a ellos, sino que "marcará el futuro a muchos", por lo que considera el recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo como una "obligación".

"Europa no es una panacea, pero si no existiera, ¿cuántos de aquí ya estaríamos detenidos?", se ha preguntado, después de defender que "Europa es el gran freno para una represión mucho más intensa". En este sentido, el abogado de Puigdemont ha defendido que Europa puede gustar más o menos, pero que es "necesaria" y ha considerado que si no hubiera la posibilidad de buscar "tutela fuera de las fronteras" del estado español, entonces "no habría nada que hacer".

Aunque reconoce que tampoco tiene fe ciega, Boye considera imprescindible llevar la sentencia del procés a Estrasburgo, en caso de ser condenatoria, porque aunque el tribunal no entra en el fondo de la cuestión, puede dejar como "inexistente" el resultado emitido por el Supremo en caso de haber vulneración de derechos.

Y entonces, ¿por qué el Supremo está "tranquilo"?, se ha preguntado Boye. La respuesta para el abogado es sencilla: "Tienen asumido qué pasará (que la sentencia se anulará), pero les pilla lejos". El abogado ha recordado que los plazos son lentos y que algunos de los magistrados que han participado en el juicio ya estarán jubilados cuando salga la resolución de Estrasburgo. De hecho, uno de ellos se jubiló una vez terminado el juicio.

"Habrá muchas respuestas de Estrasburgo y Luxemburgo que no nos gustarán, pero de otras sí, y no solo eso, sino que nos permitirán seguir construyendo", ha añadido para concluir la conferencia ante unas setenta personas.