Manuel Valls estaba harto, así que cantó las cuarenta a la flor y nata de la elite unionista y, acto seguido, les dejó con el café en la taza y se marchó. Lo cuenta Salvador Sostres en ABC. “Todo esto es culpa vuestra. No habéis hecho nada y al final hemos llegado hasta aquí”, dijo Valls a su notable y ecuestre audiencia, a la que acusó de falta de liderazgo y de visión al final de una cena a la que le había invitado Marián Puig, heredero del negocio de cosmética homónimo y consuegro de Ana Patricia Botín, para que explicara su proyecto para Barcelona a empresarios, ejecutivos y notables catalanes.
“Sois la burguesía catalana, la élite del país, y no habéis hecho nada. Una burguesía que no lidera, que no guía, no es una burguesía: sólo es un club de petulantes y de ricos”. Así discurrió la bronca de Valls. Le escuchaban, entre otros, el economista Antón Costas, el exvicepresidente del Gobierno Narcís Serra, el notario y articulista Juan José López Burniol, el abogado y empresario Emilio Cuatrecasas, y Màrius Carol, director de La Vanguardia.
Valls “fue constantemente interrumpido por los asistentes, que le reprochaban su eventual implicación con Ciudadanos y se quejaban de la supuesta falta de capacidad de diálogo del gobierno [español]”, explica Sostres. Valls tiene sobre la mesa una propuesta de Ciudadanos para encabezar su lista en las elecciones municipales de Barcelona.
Ahí es donde el exprimer ministro francés se soltó: “Os habéis pasado el aperitivo despotricando de los independentistas, y ahora que trato de explicaros lo que quiero hacer os quejáis del Gobierno y de España. Os quejáis de todo, pero no habéis hecho nada. Sois la burguesía catalana, la élite del país, y no habéis hecho nada. Una burguesía que no lidera, que no guía, no es una burguesía: sólo es un club de petulantes y de ricos”.
Tres de los asistentes citados por Sostres (Puig, Cuatrecasas y López Burniol) eran parte del cuarteto, junto a Joaquim Coello, que trató de mediar entre los gobiernos de Carles Puigdemont y de Mariano Rajoy, vía el presidente vasco Iñigo Urkullu, durante los días que precedieron a la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del 2017.