La decisión del juez de revocar el tercero grando a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa ha provocado "indignación" en el Govern, según la consellera de Presidència, Meritxell Budó, que a pesar de todo ha admitido que era una decisión "previsible" después de que también se les retiró a los presos políticos de Lledoners.
"Se les despoja de derechos penitenciarios por ser quien son", ha denunciado Budó en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell Executivo. La consellera ha argumentado que hay muchos presos en Catalunya que están disfrutando del tercer grado después de haber cumplido el mismo porcentaje de prisión que los líderes independentistas.
"Por ser quien son"
En opinión de la consellera esta diferencia "demuestra que no es justicia sino venganza" lo que se está aplicando a las presas y a los presos independentistas de Lledoners y que se adopta esta decisión "por ser quien son y por ser lo que son, porque son presos políticos."
"Esta es la realidad de lo que está pasando y el motivo por el cual se les retira el tercer grado", ha remachado la consellera que ha advertido que "es necesario seguir luchando para que esto no sea así".
No se han reeducado
El responsable del juzgado de vigilancia penitenciaria número 1 de Catalunya ha comunicado hoy que ha aceptado el recurso de la fiscalía y anulaba la situación de semilibertad de que disfrutaban Forcadell y Bassa.
La resolución del juez insiste en que Forcadell y Bassa no han modificado la conducta que les ha hecho ir a la prisión. "La interna continúa considerando que los hechos por los cuales ha sido condenada no son constitutivos de delito", se asegura en el auto, por lo cual no se puede garantizar que se hayan cumplido los objetivos de "reeducación y resocialización".