Al líder del Partido Popular, Pablo Casado, le falta ojo clínico. Cuando menos, a la hora de rodearse de referentes europeos. Primero, alabó el expresidente francés, a Nicolas Sarkozy, condenado a un año de prisión por la financiación ilegal de su campaña el año 2012. Ahora, ha sido el turno del ya excanciller austríaco, Sebastian Kurz, que ha dimitido por el ultimátum que le han hecho sus socios de gobierno y por el que cierne un escándalo de corrupción. No hay que remover mucho la hemeroteca para encontrar la prueba.
En la última convención del PP en Valencia, el pasado 3 de octubre, Kurz fue uno de los invitados estrella. Casado le agradeció su presencia, aunque fuera de forma telemática: "Gracias por tu apoyo canciller y para reconocer mi perfil como una voz fuerte en Europa". La amistad personal que los une se hizo latente con el discurso de Kurz que se dirigía al líder popular con un "querido Pablo", "gracias Pablo" o "nos alegra que quieras seguir un camino similar al de Austria". Ambos se erigían en este encuentro como líderes jóvenes con ganas de "renovar Europa". Además, Kurz también pronunció un discurso contra la inmigración poniendo el acento en que España "está sobrecargada de inmigrantes".
Kurz, al frente de una coalición conservadora-ecologista desde enero de 2020, anunció este sábado su dimisión en medio de un escándalo de corrupción que lo salpica a él mismo, a su círculo más íntimo de colaboradores y a su partido popular ÖVP. A pesar de haberse negado inicialmente a dimitir a raíz de las acusaciones de malversación y soborno hechas públicas el miércoles pasado que lo implican en un caso de manipulación de la opinión pública con dinero del Estado, Kurz se ha resignado finalmente esta tarde y ha propuesto al actual ministro de Exteriores, el independiente Alexander Schallenberg, para sustituirlo.
Tal como informó la Fiscalía Anticorrupción de Viena el miércoles pasado en un comunicado, Kurz y otras nueve personas, así como contra tres entidades jurídicas, están siendo investigadas. Según los medios austríacos, entre las entidades jurídicas investigadas se encuentra el gobernante Partido Popular austríaco (ÖVP), presidido por Kurz, y el diario sensacionalista "Österreich".
Ahora se justifica de Sarkozy
El matrimonio Sakozy-Casado también era público desde hace años. El francés ya suma dos condenas por corrupción y tráfico de influencias pero los piropos que se propagaban hasta ahora, habían sido para dar ejemplo de la gran figura que este representaba. Por su parte, Sarkozy también había admitido que Casado estaba llamado a ser el nuevo presidente español.
Precisamente, el líder popular ha querido empezar a desmarcarse e ir apagando fuegos. En una entrevista este domingo en el diario El Mundo, Casado ha subrayado que tan sólo se reflejaba con Sarkozy por su política terrorista: "Lo que se planteó durante la convención son experiencias de gobierno. Como por ejemplo cambiar la política antiterrorista de ETA en Francia. Lo que les haya pasado después, no me preocupa. Lo más importante es no tener ministros con problemas judiciales, como tiene Pedro Sánchez". Por cierto, otro que estaba en Valencia y posteriormente salió escaldado por corrupción es el escritor Mario Vargas Llosa. Este también figura en los Pandora Papers pero de él, directamente Casado, ya no sabe ni qué responder.