Partía como favorita, pero la candidatura de Nadia Calviño ha acabado naufragado. No será la nueva presidenta del Eurogrupo durante los próximos dos años y medio. Así lo han decidido los 19 ministros de Finanzas de la eurozona. En una votación que ha sido muy ajustada ha sido el irlandés Paschal Donohoe quien se ha acabado imponiendo, en segunda vuelta y a pesar de ir por detrás. La vicepresidenta española había conseguido el apoyo de pesos pesados, como Alemania o Francia, además de los países del sur, como Italia o Portugal. Pero estos avales de peso, después de una intensa campaña de La Moncloa, no han servido para nada. Pedro Sánchez no ha superado la primera prueba de fuego, a diez días de la negociación del fondo de reconstrucción europeos, el verdadero examen.
La pugna por la presidencia del Eurogrupo se ha tenido que resolver en una segunda votación. En la primera, ni la española Nadia Calviño, ni el irlandés Paschal Donohoe (Partido Popular), ni el luxemburgués Pierre Gramegna (liberal) ha obtenido los diez votos necesarios. Calviño ha quedado por delante de sus dos rivales, y Gramegna se ha acabado retirando. Pero, en una nueva votación, han cambiado las cosas y se ha impuesto Donohoe. A partir del 13 de julio el ministro irlandés tomará el relevo del portugués Mario Centeno.
En su cuenta de Twitter, el ministro irlandés ha dicho estar "profundamente honrado de ser elegido nuevo presidente del Eurogrupo". Donohoe promete trabajar "con todos mis compañeros del Eurogrupo los próximos años para garantizar una recuperación justa e inclusiva para todos haciendo frente a los retos que hay por delante con determinación".
Por su parte, Nadia Calviño se ha limitado a felicitar al ganador. "Esperamos trabajar juntos para garantizar una recuperación robusta que no deje a nadie atrás", ha deseado la vicepresidenta tercera.
La presidencia del Eurogrupo no es poca cosa, y menos en un momento como este: en medio de una crisis económica como la del coronavirus. Si bien sobre el papel es un organismo informal y no reglado, sin poder ejecutivo, a la hora de la verdad marca la política financiera de la zona euro. Es el Eurogrupo, por ejemplo, quien acaba decidiendo si un país es rescatado o no, y bajo qué condiciones. Ejercer la presidencia implica un importante papel de mediación entre intereses opuestos.
Pero la votación del Eurogrupo ha sido la antesala de lo que vendrá en diez días: la negociación del fondo europeo de reconstrucción. Se acabará de perfilar durante el Consejo Europeo del 17 y 18 de julio. Es clave para los países más afectados, los del sur, que luchan contra los intereses de los países del norte. España proponía un plan de un billón y medio, que finalmente se ha quedado en la mitad: 750.000 millones de euros. Los países del sur también querían que fuera mediante transferencias y no deudas. Finalmente estará en transferencias y en préstamos. Habrá que ver en qué porcentajes.
No es el primer candidato español que fracasa como candidato a presidente del Eurogrupo. En 2015 ya le pasó al ministro popular Luis de Guindos.
La Moncloa mira hacia otro lado
Tras este revés, des de La Moncloa se limitan a defender que ha sido "una gran candidata" y que es "una magnífica vicepresidenta económica para lograr la reconstrucción europea tras la pandemia y que nadie se quede atrás". Fuentes del ejecutivo se muestran "muy orgullosos de su trabajo infatigable para consolidar la economía española y garantizar el futuro de la Unión Europea".