Las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasél empezaron en Catalunya y el País Valencià. Pero, como una mancha de aceite, ya se han extendido por el conjunto del Estado, empezando por Madrid. Mientras tanto, el Gobierno trata de surfear, como puede, la que amenaza la libertad de expresión. Promete reformas del Código Penal pero, al mismo tiempo, evita cuestionar la detención del rapero leridano. Hoy ha sido la vicepresidenta primera Carmen Calvo, que ha defendido que a Hasél sólo se le está aplicando la legislación vigente.
En una entrevista a la SER este jueves por la mañana, después de una nueva jornada de protestas, la dirigente socialista ha rebatido que "Pablo Hasél tiene un historial entero" y que simplemente "se le están aplicando las normas de este país". En este punto, Carmen Calvo ha enfatizado que, si bien las normas se pueden cambiar como ellos prometen, "de momento las tenemos que cumplir todo".
La vicepresidenta española también se ha referido a las protestas de este miércoles en Barcelona y Madrid. El balance en la capital española fue de siete heridos y 19 detenidos entre los manifestantes. Sobre esta cuestión, la mano derecha de Pedro Sánchez ha avisado de que "ningún derecho se puede defender con violencia" y ha dicho que lo que se vio ayer "no tiene nada que ver con la libertad de expresión". Ha aprovechado para cargar contra Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, que se solidarizó con los manifestantes: "Una cosa es lo que piense y otra la responsabilidad de tu cargo. Una cosa es defender que una democracia sea exigente con la libertad de expresión y otra cosa muy diferente es alentar una situación como la de ayer donde vimos heridos y detenidos".
Carmen Calvo también ha respondido a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que ha pedido justamente por eso el cese de Pablo Iglesias. "Por esta misma regla de tres, le tendríamos que preguntar por qué negocia con Vox que apoya algunas cosas infumables dentro de la democracia". Ha recordado el acto neonazi en la catedral de Almudena el pasado fin de semana. Y ha concluido: "Los que lo hicieron en la Almudena se encontrarán con la ley. Los que ayer hicieron eso también se encontrarán con la ley".
Un "problema" para el Estado
El discurso en privado, sin embargo, es un poco diferente. La Moncloa ve un "problema", especialmente para la imagen del Estado, en el encarcelamiento del rapero leridano Pablo Hasél. Según fuentes del ejecutivo central, nadie entiende, ni siquiera "los más hooligans" de la derecha, que haya acabado así. Así, señalan que su condena pone de manifiesto que la legislación actual permite estas interpretaciones, y que por eso hace falta una reforma del Código Penal. Esta reforma, si no pasa nada, se incluirá en la reforma global de la norma, donde también irá la reforma de los delitos de rebelión y sedición.