El conseller de Educació, Josep González Cambray, ha negado haber pasado la responsabilidad a los directores de los centros educativos a raíz de la carta que les envió instándolos a no cambiar los planes lingüísticos después de que se hiciera pública la sentencia del Tribunal Supremo contra la inmersión. Así lo ha afirmado este miércoles en la sesión de control al Govern al ser presionado por Vox, que lo ha amenazado con llevarlo a los tribunales.

"Nosotros, los demócratas y los republicanos, creemos en nuestros maestros. Y no les pasaremos ningún tipo de responsabilidad. Quien dice eso está desinformado", ha respondido al portavoz de Vox, Joan Garriga. El conseller ha explicado que el aprendizaje de lenguas "no va de cuotas", sino de "pedagogía", y ha reivindicado que "ante sus amenazas, más democracia y en Catalunya la escuela en catalán".

Antes, en su intervención, el portavoz de Vox había acusado a Cambray de ser un "instigador de delitos" por "haber pedido a los directores que incumplan la sentencia del Tribunal Supremo". También lo ha calificado de "antipedagogo", de "liberticida" y de "hispanófobo". Y ha advertido: "Cuando Vox gobierne en España acabaremos con la ley de inmersión". Con respecto al presente, ha prometido llevarlo a los tribunales si no acata la sentencia "por vocación, devoción y obligación".

La ironía de Cambray

El conseller ha respondido también que al grupo de Vox le gustaría que el Parlament fuera un tribunal "con jueces amigos suyos que tomaran decisiones al margen de la realidad y los criterios pedagógicos", en lo que ha sido una clara crítica a la sentencia del alto tribunal español.

Respondiendo también a la acusación que a menudo hace el españolismo sobre que los niños catalanes no salen con buen nivel de castellano, el conseller ha ironizado constatando que había entendido la intervención de Garriga (que obviamente ha sido en castellano) habiendo sido alumno de la inmersión.

Garriga pide consenso

Por su parte, en otra pregunta, la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, ha reivindicado "la nueva etapa de política lingüística" que está impulsando el Govern y que, según ha dicho, tiene el objetivo de "normalizar la situación del catalán".

En este sentido, Garriga ha llamado a buscar el consenso para hacer un nuevo pacto nacional por la lengua y a no caer en un "alarmismo estéril que nos lleve al desánimo". También ha pedido no hacer de la lengua una herramienta para la "conflictividad".

Lo ha dicho tras explicar que el Govern reunió a finales de octubre la Comisión Técnica de Política Lingüística, en la que se expusieron datos que implican una "tendencia a la baja de la lengua catalana" y, consecuentemente, se presentó un plan para incrementar el uso del catalán en los centros educativos.

 

Imagen principal: el conseller de Educació, Josep González Cambray, en la sesión de control al Govern / Foto: Sergi Alcàzar