La campaña del 28-A conseguirá pasar a la historia de las contiendas electorales como la primera en que los presos políticos catalanes han podido pronunciar mítines y ofrecer ruedas de prensa desde dentro del centro penitenciario. De hecho, el epicentro de la campaña catalana ha quedado anclado en Madrid, en el interior del Tribunal Supremo, donde una parte de los líderes del procés ocupan el banquillo de los acusados en el juicio por el 1-O. Ante ellos, dentro de la sala de plenos del tribunal, Vox hace meses que aprovecha el altavoz de la acusación popular para invocar a sus simpatizantes, que han acabado saliendo en massa del armario para desbordar los mítines de Santiago Abascal.

Campaña en la prisión

La Junta Electoral permitió celebrar el jueves 18 de abril la primera rueda de prensa de uno de los presos políticos. Después de 550 días en la prisión, en víspera del Viernes Santo, el cabeza de lista de JxCat, Jordi Sànchez, comparecía ante la prensa en el marco de las rondas de candidatos convocados de la agencia Efe. Sànchez respondió a las preguntas de los periodistas desde la sala de conferencias de Soto del Real, un espacio recubierto de material insonorizante. Detrás suyo, una bandera española y una fotografía del Rey. El candidato disponía de una pequeña mesa y media hora para atender a los periodistas por videoconferencia.

Al día siguiente, ya en plena Semana Santa, Oriol Junqueras, comparecía desde la misma sala de conferencias. De hecho, la suya fue la primera intervención autorizada después de las reiteradas negativas tanto del Supremo como de Junta Electoral Central. En este caso, la convocatoria de premsa era de la Agència Catalana de Notícies (ACN). Después de la polémica provocada el día anterior, la bandera y la fotografía de Felipe VI habían desaparecido del encuadre de la imagen. La comparecencia se alargó casi dos horas.

Se trata de una respuesta muy diferente a la que se produjo un año y medio atrás, con la campaña al Parlament del 21-D, cuando la JEC rechazó las peticiones de los candidatos encarcelados para poder participar en entrevistas y actos electorales. De hecho, en aquella campaña Sànchez fue castigado un mes sin patio por haber grabado un mensaje de voz que se emitió en un mitin de JxCat. En febrero del 2018, Junqueras también fue castigado 15 días sin patio por haber utilizado una de sus llamadas diarias para entrar en directo en una emisora de radio.

¿Qué ha cambiado entre la campaña del 21-D del 2017 y la del 28-A? Según el vicepresidente del Parlament, Josep Costa, han sido las presiones internacionales. Lo cierto es que, con la campaña ya en marcha y después de repetidas negativas, la Junta Electoral tuvo que admitir que "no se acreditan suficientes motivos que impidan autorizar su realización" por lo cual ordenó "arbitrar las medidas oportunas" para hacer posible la "participación telemática del candidato"

A partir de estas dos comparecencias, los presos han conseguido autorizaciones para intervenir a través de videoconferencia en mítines y actos de partido. Incluso, han podido conversar a través de videoconferencias simultáneas con algunos de los políticos exiliados: el lunes pasado Sànchez compartió un acto con Carles Puigdemont, que intervenía desde Waterloo, mientras que este viernes, Junqueras y Raül Romeva se reencontraban con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, exiliada en Ginebra.

Lo que no se ha permitido a los presos es salir del centro penitenciario para participar en los debates ni en ningún tipo de acto. También han sido muy restringidas las autorizaciones para hacer entrevistas y se ha negado la posibilidad de participar en campaña aprovechando las pausas del juicio en el Supremo.

Pugna ERC-PSC

Más allá de las extraordinarias circunstancias que rodean esta cita electoral, las encuestas apuntan que ERC y PSC pugnan por conseguir el primer lugar en las urnas del domingo, con ventaja de los republicanos. Esquerra, que en los últimos comicios consiguió 9 escaños y se situó en segunda posición, ve a tocar por primera vez la hegemonía en unas generales. Junqueras ha dedicado los últimos llamamientos de la campaña al voto útil independentista.

Por su parte, los socialistas, con Meritxell Batet al frente, intentan recuperar la fuerza con que históricamente el PSC había consolidado en Catalunya las grandes victorias del PSOE en España. La formación socialista sólo ha hecho que caer en las cuatro últimas convocatorias electorales después de pasar del 44'3% de votos y 25 escaños conseguidos en el 2008 por Carme Chacón, al 16'1% y 7 escaños de los últimos comicios.

Por el contrario, a los Comuns de Jaume Asens los sondeos no les otorgan ninguna posibilidad de revalidar la victoria conseguida en el 2016, con 12 diputados, y le pronostican una tercera posición.

La incapacidad del independentismo para presentar una lista unitaria ha reeditado esta campaña el enfrentamiento sordo entre Esquerra y JxCat. La candidatura de Jordi Sànchez, con el apoyo de Carles Puigdemont, aspira a conseguir grupo parlamentario en el Congreso, lo cual le obliga a sumar un mínimo de 5 diputados y no quedar por debajo del 15% de votos en cada una de las cuatro circunscripciones catalanas.

El pulso por las generales, sin embargo, ha incorporado un tercer corredor en el bando independentistas, la lista de Front Republicà que encabeza Albano Dante Fachin con el apoyo de Poble Lliure y Pirates de Catalunya. Una de las incógnitas es qué apoyo conseguirá esta candidatura que no ha podido contar con la proyección de que disponen el resto de grupos con representación en la Cámara pero a la cual las encuestas otorgan posibilidades para conseguir escaños.

Cayetana-Arrimadas

La gran novedad de esta carrera, sin embargo, ha sido la irrupción de la candidata del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, que ha conseguido arrinconar a su rival directe, Inés Arrimadas, y ha dado aire a un PP que parecía hundirse en un declive inapelable. De hecho, la energía de la cabeza de lista designada por Pablo Casado ha eclipsado cualquier otro rostro de los populares catalanes durante estos quince días.

Cayetana, implacable y de dureza granítica, ha superado Arrimadas en desacomplejamiento y ha sorprendido con gestos como comparecer en el debate de TV3 con un jersey amarillo, pero al mismo tiempo ha esquivado la aspereza agria en qué se ha instalado la líder de la formación naranja. Está por ver, sin embargo, si esta aparición de última hora tendrá efecto en las urnas de hoy.

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Por lo que respecta a Vox, aunque su discurso político gira en buena parte en torno a Catalunya, los sondeos le otorgan un bajo porcentaje en las circunscripciones catalanas. No obstante, alguna encuesta le ha atribuido entre uno y dos diputados. Es también en Catalunya una de las grandes incógnitas de la jornada.