La voluntad de la CUP de acabar con las actitudes machistas y la violencia de género ha llegado a las posturas corporales de los hombres. Así se desprende de la nueva campaña de la CUP en Terrassa, que arremete contra los hombres que se despatarran en el bus considerando que esta práctica, que denominan con el anglicismo 'manspreading', es una forma de "microagresión machista".
De hecho, viajar con las piernas abiertas es una actitud criticable por el hecho de que se ocupa más espacio del asignado, aparte de poder afectar al sentido del decoro del resto de pasajeros, pero la CUP va un paso más allá y considera que las personas que ven reducido su sitio son "habitualmente mujeres", razón por la cual consideran que se trata "de una muestra de machismo y microagresión que puede incomodar a quien lo tiene que sufrir".