Ha llegado antes de lo esperado. El salto del presidente de la Cambra de Barcelona al mundo político era más que previsible, pero muchos esperaban que Joan Canadell daría el paso una vez acabado su mandato en la Cambra. Ahora, a la espera de que la Generalitat —que es el órgano tutelar— se pronuncie sobre si es incompatible que el presidente de la Cambra y del Consell de Cambres sea candidato al Parlament, la institución trabaja a contrarreloj para redefinir las líneas gubernamentales.
Lo más probable, sin embargo, es que Canadell dejará de ocupar titulares económicos y lo iremos viendo —todavía más-— en las secciones de política. Y cambiará la Casa de la Llotja por el Parlament, en caso de que salga como uno de los escogidos. La explicación de Canadell para justificar la decisión es la ley de cámaras, algo que sólo los que nos dedicamos a la información económica habíamos hablado —sin demasiado éxito entre los lectores— antes de que transgrediera las paredes de la institución. Una ley que ha sido suficiente para iniciar una batalla campal entre JxCat y ERC y enfurecer a sindicatos y patronales.
La ley de cámaras; el terremoto silencioso
Sin entrar en demasiados tecnicismos, la ley de cámaras pretende regular las cámaras catalanas e incluye una aportación de fondos públicos que quedaría recogida en los presupuestos catalanes. Es decir, regular la financiación de las cámaras para seguir dando servicio público. Desde el 2015 que esta ley está en las to-do list del Govern, pero ya no se trata de que unos quieran llevarla a cabo y otros no.
Al final, la ley de cámaras molesta a todo el mundo. Principalmente a sindicatos y patronales, que consideran que se les está usurpando su territorio. Y seamos claros: en época de elecciones, ningún partido quiere tener en contra a sindicatos y patronales.
La ley en cuestión tenía que tratarse en el pleno del Parlament del día 2 de diciembre, pero finalmente las disputas entre los partidos no lo han hecho posible. Ahora, la única opción a fin de que pueda salir adelante en este mandato es hacerla como decreto ley, de manera que todavía habría tiempo para que se aprobara, eso sí, siempre que se mantengan los votos a favor de ERC, JxCat, PDeCAT y la abstención de la CUP. En todo caso, no parece que esta opción sea probable.
Más allá de los entramados burocráticos y legales, la ley de cámaras ha sido tan sólo el detonante de todo. Canadell insiste en acercar la política y la economía y en "seguir trabajando al servicio del empresariado catalán", ahora desde el Parlament.
La primera mujer al frente de la Cambra barcelonesa
La decisión de Canadell —que insiste en que toma a título individual— implica varias cosas. En caso de que quede en la lista de los ocho escogidos en las urnas del próximo domingo, durante el intervalo entre el 14 de diciembre y el 14 de febrero, Canadell seguirá como presidente cameral pero sin funciones. Las funciones las delegará a Mònica Roca, la vicepresidenta de la institución, con quien ya estaba pactado que se partirían la legislatura.
A partir del 14 de febrero, si Canadell sale como diputado, Roca asumirá del todo el cargo de presidenta de la Cambra barcelonesa. La primera mujer al frente de la institución y una cara nueva para el empresariado, que limpia en parte la imagen 'de los de siempre' en un cargo como este. Roca es ingeniera en telecomunicaciones e investigadora en el campo aeroespacial, que heredará el reto del independentismo en la Cambra.
En el caso del Consell General de Cambres de Catalunya, el organismo que engloba las 13 cámaras catalanas y del cual Canadell también es el presidente, le delegará las funciones a Jaume Fàbrega, el vicepresidente del Consell y presidente de la Cambra de Girona.
Aunque en un principio no habría ningún impedimento legal para mantener el cargo, Canadell insiste en que no quiere que se pueda decir que está aprovechando la institución para hacer campaña electoral.
Un 'influencer' en la Cambra
El empresario independentista hace años que tiene un pie en la política. Fue de los primeros en declararse firmemente a favor de la independencia, fundó la empresa Petrolis Independents y, con todo, deja poco margen para pensar que no entrará en las listas de Junts.
Aunque Roca ya tenía que asumir el cargo de Canadell al frente de la Cambra, la propuesta inicial era mantener a Canadell como vicepresidente y también al frente del Consell de Cambres. Ahora la situación se tuerce. Canadell ha sido un influencer del independentismo, que a través de las redes ha conseguido un estudiado 93,6 mil seguidores y ha montado a su alrededor una marca.
Y es que, ciertamente, la gran mayoría de Catalunya no sabía qué era la Cambra hasta hace poco más de un año. Miquel Valls, Antoni Negre o Josep Maria Figueras son algunos de los nombres que habían sonado para ser anteriores presidentes, pero poca cosa más. La gran popularidad de Canadell ha sido uno de los impulsos para que la Cambra esté día sí y día también en la agenda mediática.
Dieciocho meses de querella en querella
Canadell habrá estado dieciocho meses al frente de la Cambra catalana. Dieciocho meses que empezaron con querellas y trabas judiciales por parte de uno de sus contrincantes a las elecciones camerales, Carles Tusquets, quien finalmente ha acabado en el F.C. Barcelona. Dieciocho meses que acabarán, también, con una nueva querella: la que Pimec ha puesto contra Joan Canadell precisamente por el detonante que nos ha traído hasta aquí, la ley de cámaras.
Lejos de acabarse la polémica, desde la Cambra se ha incidido repetidamente que la institución seguirá su programa Catalunya 30/40. Eso sí, la financiación y las trabas continuadas de aquellos que no ven con buenos ojos el posicionamiento independentista de gran parte del gobierno cameral sigue siendo un problema que, muy probablemente, ahora tendrá que asumir Roca.