La plaza de toros de Las Ventas se acabó convirtiendo en pasado 17 de mayo en el escenario donde se clamaron cánticos fascistas, el Cara al Sol de fondo y loas a Adolf Hitler. Todo tuvo lugar en una fiesta privada después de una corrida, organizada por la compañía Plaza 1. La empresa gestiona la plaza de toros y organizaba esta celebración, que tuvo lugar en el mismo recinto de Las Ventas, el cual es propiedad de la Comunidad de Madrid.

Los selectos invitados bailaron al sonido de un remix del Cara al Sol, cantaron el himno de la Falange, alabaron a Franco y cargaron contra Pedro Sánchez, entre otros. Todo se recoge en una serie de vídeos que han sido publicados por laSexta y que han levantado polvareda. Más Madrid ha registrado varias iniciativas a la Asamblea madrileña para exigir al gobierno de Isabel Díaz Ayuso que dé explicaciones por los hechos, ya que aunque la gestión es privada, el espacio es público.

Según informa elDiario.es, Plaza 1, a través de Simón Casas Productions SAS y Nautalia Viajes, es la encargada de explotar la plaza de toros. La Comunidad de Madrid licitó la gestión de Las Ventas por 975.000 euros por un periodo de cuatro años el año 2022. Por su parte, la empresa se ha mostrado indignada y ha tildado de "vergonzosa" la actuación del DJ. Plaza 1 afirma que es consciente de la gravedad de los hechos y prometen tomar medidas.

¿Puede haber consecuencias?

Según informa elPlural, las consecuencias de esta celebración privada puede llegar a salpicar en el gobierno de Ayuso. Como los hechos sucedieron en un espacio que es propiedad de la Comunidad de Madrid, es esta la responsable de garantizar que se cumple la ley de memoria democrática. El artículo 38 de esta ley establece que son contrarios a la misma "la realización de actos efectuados en público que comporten descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, y supongan exaltación personal o colectiva, de la revuelta militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron el régimen dictatorial".

Días difíciles para la tauromaquia

El mundo de la tauromaquia vive días convulsos después de que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, suprimiera el premio de Tauromaquia. La decisión puso en pie de guerra a los defensores de las corridas de toros. "Hemos tomado la decisión de no convocar el premio a la tauromaquia, en aplicación de las competencias que tenemos atribuidas", ha sentenciado Urtasun. El ministro ha apuntado que cualquier cambio en la ley del 2013 que regula la tauromaquia como patrimonio cultural corresponde al Congreso de los Diputados, sin avanzar si propondrá una reforma después de la decisión de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia.