El Mobile lunch, un pequeño encuentro protocolario que se celebra antes del congreso, ha sido presidido este mediodía por las caras largas y la frialdad institucional. En plena aplicación del 155, y ante la polémica visita del rey Felipe VI después de su discurso televisado de octubre, en el acto han estado presentes el secretario de Telecomunicacions de la Generalitat, Jordi Puigneró, y el secretario de Estado para la Sociedad de la Información, José María Lassalle.
Puigneró ha acudido al acto con el lazo amarillo de apoyo a los presos políticos y ha aprovechado para confirmar a la prensa que ningún alto cargo del Govern asistirá al besamanos del Rey. "Me parece que en este país todavía tenemos libertad para decidir a qué cenas queremos ir y a cuáles no", ha argumentado.
Lassalle lo ha replicado y ha reclamado apartar la política del Mobile, y ha criticado el posicionamiento del president en funciones, Carles Puigdemont, de dar la bienvenida al monarca a la República catalana cuando pida perdón por el 1-O. "Tendría que dedicar este tipo de declaraciones a otros asuntos". "No se tiene que estar generando un escenario innecesario de anormalidad cuando Barcelona, Catalunya y España quieren que el Mobile sea una oportunidad para liderar la transformación digital", ha soltado.
Carlos Grau, director general de la fundación Mobile World Capital Barcelona, ha negado en cambio que el Mobile World Congress (MWC) se pueda resentir de la polémica por el plantón que las autoridades catalanas harán al rey Felipe VI en la cena inaugural. "No nos afecta", ha afirmado en declaraciones a los medios, y ha asegurado que constata "complicidad" entre el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno español para fidelizar el congreso en la capital catalana