Después de seis años en el exilio, Carles Puigdemont decidió presentarse de nuevo a las elecciones al Parlament de Catalunya del 2024 con el objetivo de recuperar la presidencia. "130.º president de Catalunya, presidente del Consell de la República, miembro del Parlamento Europeo por Junts", dice su biografía en X. ¿Pero quién es Carles Puigdemont? Desde de ElNacional.cat repasamos sus inicios, su trayectoria periodística y política, así como la persecución judicial por el procés y su candidatura a las elecciones catalanas 2024.
Quién es Carles Puigdemont: biografía
Hijo de Xavier Puigdemont y Núria Casamajó, el president Carles Puigdemont nació en 1962 en Amer, una pequeña localidad de la comarca de la Selva, que se encuentra al límite entre la Garrotxa y el Gironès. El municipio, de 2.423 habitantes en el 2023, según el INE, lo proclamó hijo predilecto y le concedió la Medalla de Oro en noviembre 2016, cuando ejercía el cargo de president de la Generalitat. Precisamente, en este pueblo a 25 kilómetros de Girona se encuentra la pastelería familiar de los Puigdemont. Y es que el president en el exilio viene de una rama vinculada a los dulces: sus abuelos fundaron una pastelería en Amer en 1928, conocida por los capricis, un dulce similar a los carquiñoles que les ha dado gran renombre. El establecimiento, que ahora regentan hermanos del president, se mantiene en la calle de Sant Miquel de Amer.
El nombre del president esconde un recuerdo de su abuelo materno, Carles Casamajó. Así lo explica en su libro Em dic Carles, donde detalla que los padres decidieron hacer un homenaje al abuelo, quien desapareció en 1943 después de exiliarse en Francia por la guerra civil. Para no olvidar el legado familiar y la historia decidieron recuperar el nombre del abuelo Carles.
El candidato de Junts, el segundo de ocho hermanos, fue educado en la escuela de su pueblo. Aparte, estudió cinco años en el internado del Col·legi Collell, del Bisbat de Girona, dónde adquirió formación de maestros como el escritor Manel Costa-Pau y el cantautor Josep Tero. Una enseñanza rodeada de espiritualismo, que combinó con estancias en el monasterio de Poblet (Tarragona), conviviendo con los monjes durante el verano. "La religiosidad siempre ha estado presente en casa de una manera muy profunda", explicaba Puigdemont en una entrevista en la revista L'Avenç.
Trayectoria periodística de Carles Puigdemont
Si bien empezó a cursar los estudios de Filología Catalana en el Col·legi Universitari de Girona, desde bien joven se interesó por el mundo del periodismo. Con 16 años, Puigdemont hizo las primeras crónicas como corresponsal del diario Los Sitios en Amer y más adelante continuó su carrera en El Punt, donde desarrolló gran parte de su trayectoria, primero como corrector lingüístico, y después como periodista, hasta llegar a ser redactor jefe. Su proyecto más destacado en el campo del periodismo fue la creación de la Agència Catalana de Notícies (ACN), de la cual fue director de 1999 en el 2002. Dos años más tarde, y después de ser el director de la Casa Cultura de Girona (2002- 2004), contribuyó a impulsar el medio Catalonia Today, un diario en inglés que recoge noticias de Catalunya, el cual también dirigió durante dos años.
En el ámbito de las letras, el president ha publicado varios libros, todos ellos centrados en la historia y política de Catalunya. Su primera obra fue Cata...què? (La Campana, 1994), una recopilación del eco internacional del catalanismo desde los hechos del Prat de Molló (1926) hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Entre todas, destaca M'explico: de la investidura a l'exili (La Campana, 2020), donde Puigdemont comparte con el periodista Xevi Xirgo el relato de los convulsos años de lucha política, desde que fue nombrado president de la Generalitat hasta su salida al exilio en Waterloo (Bélgica), donde reside desde finales del 2017.
Trayectoria política de Carles Puigdemont
La política captó la atención del eurodiputado de Junts cuando era joven. Aunque sus padres no tenían ninguna vinculación, su tío Josep Puigdemont fue el primer alcalde de Amer después del franquismo. El president recordaba en el 2011 en una entrevista en el Diario de Girona el primer mitin al cual asistió con 18 años: el cierre de campaña de Jordi Pujol para las elecciones catalanas de 1980. Una convención que le despertó el interés en este ámbito. Posteriormente, Puigdemont fue uno de los fundadores de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC) en Girona, agrupación juvenil política vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya, en la cual militó antes de dar el salto al partido en 1983.
El primer paso de Puigdemont en la política activa fue en 2006, cuando entró como diputado de CiU en el Parlament. En el 2007 también encabezó la lista de los convergentes en el Ayuntamiento de Girona, con el objetivo de desbancar al PSC. Un reto que no alcanzó y que lo llevó a la oposición. Cuatro años más tarde, en las elecciones 2011, sí que rompió la hegemonía municipal del PSC, haciéndoles caer después de tres décadas de gobernanza. De esta manera, Carles Puigdemont se convirtió en el alcalde de Girona el 1 de julio de 2011. Si bien supuso un cambio de rumbo político para la ciudad, su gestión recibió críticas de otros grupos municipales. Es el caso de la CUP, que cargó contra el modelo turístico impulsado por CiU.
Una de las decisiones más polémicas de Puigdemont fue contratar trenes especiales en Renfe para facilitar la llegada de manifestantes a la movilización de la Diada del 2012, acción que la delegación del Gobierno en Catalunya denunció. En el 2015 fue reelegido al cargo, pero tuvo que abandonarlo pocos meses después para ser nombrado president de la Generalitat.
Las elecciones del 2015 marcaron un antes y un después en la trayectoria política de Carles Puigdemont. Después de la consulta del 9-N, el independentismo llegaba a los comicios con un objetivo conjunto a alcanzar y, por eso, ERC y Junts se presentaron en coalición bajo la marca 'Junts pel Sí'. Junto con la CUP, sumaban mayoría absoluta en la Cámara y podían gobernar con comodidad. Pero los anticapitalistas se opusieron a reinvestir a Artur Mas por los recortes presupuestarios hechos en su mandato a raíz de la crisis económica global, hecho que generó tensión hasta el último minuto, cuando el entonces president hizo un paso al lado y propuso el nombre de Carles Puigdemont como alternativa para la presidencia de la Generalitat. La CUP lo aceptó y el que era alcalde de Girona, y también diputado en el Parlament por Junts pel Sí, pasaría a ser el president de Catalunya, en una investidura que se celebró el domingo 10 de enero de 2016, casi en tiempo de descuento.
"Les prometo que me dejaré la piel", aseguró Puigdemont durante su discurso. El 12 de enero entró en vigor su nombramiento como president y tomó posesión del cargo en una ceremonia en el Palau de la Generalitat, en la que no juró fidelidad ni al Rey ni a la Constitución.
Durante los primeros meses de mandato, el ejecutivo desplegó las conocidas como "estructuras de Estado", con el objetivo de garantizar "el buen hacer, rigor y seguridad" del trabajo de las instituciones para completar "el inolvidable, insoslayable e irrenunciable encargo" de celebrar un referéndum de independencia.
Si bien la figura de Puigdemont dejó atrás el veto de la CUP, la legislatura no sería fácil. Y así se constató cuando los anticapitalistas rechazaron dar apoyo a los presupuestos en junio del 2016, una negativa que llevó a Puigdemont a una moción de confianza. Celebrada los días 28 y 29 de septiembre, fue el momento en que el president anunció la convocatoria de un referéndum, acordado o no con el Estado, con septiembre de 2017 como fecha límite. Eso permitió a la CUP y Junts pel Sí sumar fuerzas y que Puigdemont superara la moción reforzado, a la vez que se iniciaba el proceso para hacer la consulta. Una semana más tarde, se aprobó una resolución para instar al Gobierno a hacer un referéndum y en diciembre del 2016 Puigdemont convocó el Pacto Nacional por el Referéndum.
A pesar de los constantes intentos de negociación del ejecutivo catalán con el Gobierno, liderado en aquel momento por Mariano Rajoy, los líderes independentistas no consiguieron encontrar ninguna vía conjunta y el 9 de junio de 2017 dieron más detalles del referéndum, que sería unilateral. Los encargados de comunicarlo fueron el president, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Oriol Junqueras, en un acto en el Pati dels Tarongers que sirvió para marcar el 1 de octubre en el calendario político de Catalunya. También expusieron la pregunta que se haría en la consulta: "¿Queréis que Catalunya sea un estado independiente en forma de república?"
El 1 de octubre se celebró el referéndum, con una fuerte represión policial. A pesar de las cargas y los golpes, más de un 90% de los electores votaron a favor del sí, con una participación del 43%. "El Govern trasladará al Parlament de Catalunya, sede y expresión de la soberanía de nuestro pueblo, los resultados de la jornada de hoy, para que actúe de acuerdo con aquello previsto a la ley del Referéndum", afirmó Puigdemont aquella misma noche. El 10 de octubre de 2016 la mayoría independentista del Parlament firmó la Declaración unilateral de independencia, que significó la entrada en vigor de la ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República. A la vez, el documento también apelaba a la comunidad internacional a intervenir para detener "la violación de los derechos civiles y políticos en curso".
Inmediatamente, sin embargo, Puigdemont anunció la suspensión temporal de este escrito para intentar negociar con el Gobierno. El 27 de octubre el Parlament de Catalunya declaró formalmente la independencia, con 70 votos a favor y la ausencia de 52 diputados como protesta.
Por su parte, el gobierno de Mariano Rajoy cumplió con sus amenazas y aplicó el artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión de la autonomía, el cual se aprobó en el Senado el mismo día que se declaró la independencia. A consecuencia, Puigdemont fue destituido del cargo de president el 28 de octubre, junto con consellers del Govern, y se disolvió el Parlament, fijando una fecha para celebrar nuevos comicios el 21 de diciembre. Dos días más tarde, se marchó a Bruselas con una causa judicial abierta.
A pesar del exilio, el president volvió a presentarse a las elecciones catalanas del 21-D como candidato de Junts. Los partidos independentistas, Junts, ERC y la CUP, consiguieron sumar mayoría absoluta, pero Puigdemont no pudo ser investido por la situación judicial. Después de varias investiduras fallidas, Quim Torra fue nombrado president de la Generalitat.
Durante la etapa en el exterior, Puigdemont utilizó su altavoz mediático para explicar el conflicto catalán en Europa. Entre otros, creó la Casa de la República a Waterloo, que serviría de punto de encuentro con líderes de todo el mundo y de sede del Consell de la República, organismo que desde el 2018 preside. En el 2019 volvió a la política institucional como diputado en el Parlamento Europeo, a la candidatura de Lliures per Europa. En un principio, la Junta electoral Central excluyó a Puigdemont, así como a Toni Comín y a Clara Ponsatí de las listas argumentando que habían "huido" de la justicia y que no constaban en el censo de residentes en el extranjero. Una decisión que los tres recurrieron y, finalmente, pudieron presentarse, siendo escogidos eurodiputados en mayo de 2019. A los comicios catalanes de 2021 también se situó al frente de la lista de Junts, aunque la presidenciable fue Laura Borràs. En esta ocasión, Junts y la CUP dieron apoyo a la investidura del actual president, Pere Aragonès, de ERC.
Durante el exilio, Puigdemont ha mantenido una dura batalla judicial contra la justicia y las autoridades españolas ante los tribunales europeos. Después de las elecciones generales del 23-J, Puigdemont se convirtió en un actor determinante para el futuro del Gobierno. Y es que el presidente en el exilio tuvo un papel clave en la investidura del socialista Pedro Sánchez, el cual necesitaba los votos de Junts para mantenerse al frente del Ejecutivo español. Después de unas largas negociaciones entre PSOE y Junts, los dos partidos consiguieron firmar un acuerdo histórico, que incluye la ley de amnistía, que finalmente sería aprobada por el Congreso de los Diputados, y el reconocimiento del concepto 'lawfare' o uso de los tribunales por motivos políticos.
Persecución judicial de Carles Puigdemont
Carles Piugdemont, junto con otros consellers del Govern, se desplazaron a Bruselas en octubre de 2017, al mismo tiempo que la Fiscalía anunció dos querellas contra el president, los miembros del ejecutivo y la Mesa del Parlament por los delitos de rebelión, sedición y malversación. El 1 de noviembre, el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional admitieron las querellas y solo un día después la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela dictó una euroorden de detención para Puigdemont, Comín, Puig, Serret y Ponsatí, que no se habían presentado a la citación judicial. La misma semana, el president y el resto de consellers se personaron ante la policía en Bruselas y se les prohibió salir del territorio sin el permiso del juez. Más adelante, el 24 de noviembre, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena asumió la investigación contra el Govern por rebelión y el 5 de diciembre de 2017 decidió retirar la euroorden dictada por Lamela contra Puigdemont para evitar que fuera entregado por solo un presunto delito.
El 23 de marzo de 2018 se abrió un nuevo capítulo en la persecución judicial de Carles Puigdemont cuando Llarena anunció que lo procesaba por rebelión y malversación, reactivando de esta manera una euroorden contra él, que provocó la detención del president en el exilio el 25 de marzo, cuando volvía de dar una conferencia en Dinamarca. En concreto, lo pararon en Alemania e ingresó en prisión preventiva hasta el 5 de abril, cuando el tribunal de Schleswig-Holstein lo dejó en libertad, después de desestimar el delito de rebelión y solo aceptar estudiar el de malversación. El 27 de junio el Supremo confirma el procesamiento de Puigdemont y el resto de líderes independentistas acusados de rebelión, malversación y desobediencia y el 10 de julio del mismo año Llarena cierra la instrucción.
El tribunal alemán, la Audiencia territorial de Schleswig-Holstein, aceptó la extradición de Puigdemont solo por malversación de fondos públicos, decisión que Llarena rechazó y, a consecuencia, retiró las euroórdenes. El 12 de febrero de 2019 empezó el juicio del procés a 12 de los encausados para impulsar el referéndum, mientras el president se mantenía en el exilio. Nueve de los líderes juzgados, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Dolors Bassa, Josep Rull Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y Carme Forcadell, hacía más de un año que se encontraban en prisión preventiva y todos ellos fueron condenados por el Tribunal Supremo con penas de 9 a 13 años. Sin embargo, después de tres años y medio encarcelados, el Gobierno, liderado por el socialista Pedro Sánchez, aprobaron indultarles el 22 de junio de 2021, decisión que les permitió salir de prisión.
Tres meses después de la aprobación de los indultos a los nueve independentistas, el 23 de septiembre, Puigdemont volvió a ser detenido, en este caso por la policía italiana en el aeropuerto del Alguer por una euroorden del Tribunal Supremo emitida en el 2019. De nuevo, la jueza lo dejó en libertad sin ninguna medida cautelar.
Aparte de esta causa, en febrero de 2024 el Tribunal Supremo abrió otra para investigar a Puigdemont por un presunto delito terrorismo en la causa de Tsunami Democràtic, que investiga las protestas que se produjeron después de la condena por el Tribunal Supremo de los líderes independentistas.
Carles Puigdemont, en las elecciones de Catalunya 2024
A la espera de la aprobación definitiva de la ley de amnistía, el 21 de marzo de 2024, Carles Puigdemont anunció desde Elna que sería el candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat. "Hoy empiezo la cuenta atrás del regreso, que solo tiene sentido si se pone al servicio del país", afirmó el president en el exilio. Asimismo, puso sobre la mesa su posible retorno, condicionado a conseguir una mayoría parlamentaria que le permita ser president, si bien, después aclaró que volvería en todo caso a Catalunya si era elegido diputado. Para poder desarrollar la campaña electoral, Puigdemont se trasladó a vivir a la comarca del Vallespir, en la Catalunya Nord, a pocos kilómetros de la frontera entre Francia y España, y donde se desarrollaron todos los actos políticos de Junts de cara al 12-M.
Con respecto a la lista de Junts para las elecciones catalanas, Puigdemont hizo tándem con la empresaria Anna Navarro, número 2 a la candidatura. El exconseller Josep Rull ocupó la tercera posición, seguido de la presidenta del Parlament, Anna Erra. Albert Batet, Josep Rius, Jaume Giró, Lluís Puig -conseller también exiliado-, Toni Castellà, Joan Canadell, Francesc de Dalmases o Agustí Colomines son otros nombres que acompañaron al president en este nuevo reto político. El 12-M, Puigdemont logró romper el empate con ERC, haciéndose con 35 escaños, pero se quedó lejos del PSC, primera fuerza con 42 diputados.