El president en el exilio y candidato de Junts a las elecciones del 12 de mayo, Carles Puigdemont, aborda en la entrevista con ElNacional.cat desde Perpinyà las relaciones con ERC y con su líder, Oriol Junqueras. Puigdemont reitera la necesidad de rehacer la unidad independentista y asegura que será uno de sus objetivos principales si consigue la mayoría necesaria para ser investido president. Eso no impide, sin embargo, que el dirigente de Junts se muestre muy crítico con la gestión que Pere Aragonès ha llevado a cabo al frente de la Generalitat, considera que, en algunas cuestiones, el país ha tocado fondo y subraya la necesidad de "levantar Catalunya".

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¿Cómo están las relaciones con Oriol Junqueras?
Pues no hay relaciones. Hace mucho tiempo que no hay relaciones. Y tampoco son relaciones normales las que tenemos con Esquerra Republicana, al menos yo. Sé que a nivel de secretario general de mi partido, secretario general de Esquerra Republicana, hay las relaciones que tienen que existir entre los secretarios generales. Pero yo querría que fuera mucho más que eso. El deber que me he propuesto, desde la misma noche de las elecciones, si hay una mayoría parlamentaria que permita un gobierno independentista, es hablar, sobre todo con ERC, porque no podremos avanzar, si no rehacemos confianzas, unidades, estrategias. Es verdad que hemos tenido una situación desde 2015 un poco atípica, y es que venimos de un empate técnico. En 2015, Junts pel Sí, el Govern que yo presidí; después, las elecciones del 21 de diciembre del 2017, dan también un empate técnico, en aquel caso dos diputados más para nosotros; y las elecciones del 2021 dieron un diputado más para Esquerra. Pero nos estamos moviendo en un empate técnico. No sé si eso se deshará o no, pero quizás ayudará el resultado electoral a que tengamos una nueva relación, yo confío en ello, y haré lo que haga falta. Y sé que me tocará fundamentalmente a mí liderar esta recuperación, por lo que el exilio ha representado. Y, por mí no solo no quedará, sino que quiero ser muy proactivo.

Me dedicaré desde la misma noche electoral a rehacer la unidad con ERC, si las circunstancias lo permiten

¿Y cómo se puede reconstruir esta relación partiendo de esta situación?
Lo hemos hecho en el pasado, que veníamos de posiciones muy alejadas también; y cuando hemos sabido hacerlo, ha salido beneficiado el país. La fórmula es esta y nos tenemos que conjurar todos en recuperar una de las fortalezas que tiene este país. No podremos afrontar los grandes retos, ni siquiera los retos de la gestión del día a día del país, que hay puntos en que es crítica, pero, por descontado, no podremos afrontar la finalización del proceso que iniciamos todos juntos en octubre del 2017, si no recuperamos unidades y, de alguna forma, voluntad de trabajar codo con codo los unos con los otros. Insisto, seguramente me tocará a mí la máxima responsabilidad de que eso sea posible, y yo me dedicaré desde la misma noche electoral, si las circunstancias, obviamente, nos lo permiten. Si no hay ninguna posibilidad, pues no hará falta.

¿Podría volver a ser Oriol Junqueras su vicepresident si usted consigue la investidura?
Creo que es muy prematuro intentar decir cómo tendrá que ser el Govern de la Generalitat porque las circunstancias han cambiado mucho. Venimos de gobiernos en que las conselleries han sido más o menos paritarias, no sé qué pasará en estas elecciones. En todo caso todo lo que haya que hacer para restituir la unidad y la confianza, a mí me tocará hacerlo. No tiene que ver con el Govern, seguramente el Govern es la última cosa relevante en esta estrategia, porque antes tenemos que compartir muchas más cosas. Por lo tanto necesitaremos trabajar muy intensamente. Pero yo estoy dispuesto a reunirme, a hablar y a trabajar codo con codo con quién haga falta.

La perspectiva de una campaña electoral parece que no facilita este rehacer puentes. El sábado pasado, en la presentación de las candidaturas en Elna, fue crítico con la gestión de Pere Aragonès y dijo que había sido un acierto salir del Govern...
Es que no son cosas incompatibles. Creo que tenemos que poder ser leales también en aquello que no hemos hecho bien. Y seguramente ellos deben poder dirigirnos críticas a nosotros, bien fundamentadas, de aquello que nosotros no hemos hecho bien. Lo que digo es que tenemos una conversación pendiente, porque creo que es evidente que el Govern de Catalunya no ha sido el Govren que esperábamos los catalanes y que hemos retrocedido en muchos ámbitos, algunos muy sensibles, y que tenemos que restaurar la confianza y la credibilidad de los ciudadanos de Catalunya, todos, en relación con sus instituciones. Eso no es incompatible con lo que estoy diciendo de la necesidad de ir juntos y de trabajar juntos. Seguro, insisto, en que ellos deben tener argumentos para poder reprocharnos cosas a nosotros. Lo que pasa es que nosotros no hemos estado en el Govern.

Es evidente que el gobierno de Aragonès no ha cumplido las expectativas de la ciudadanía que dio el 52% de mayoría independentista. Hemos retrocedido en muchos ámbitos

Porque decidieron salir...
A veces las cosas se olvidan muy rápidamente. ¿Por qué salimos del Govern? Primero porque se destituye a un vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, pero después porque hay reiterados incumplimientos del acuerdo que nos llevó a dar nuestros votos a la investidura del president Aragonès. Y después porque se desoyeron todas las propuestas de golpe de timón que se le pidieron en sede parlamentaria porque las cosas no iban bien. Y tomamos una decisión muy dolorosa, no hay muchos partidos políticos que hayan decidido salir del gobierno y renunciar al poder, a cargos, y que, además, lo haya decidido su militancia. Y quiere decir, por lo tanto, que asumimos un riesgo que podemos explicar, que quizás alguien no lo entendió en aquel momento pero que ahora, en perspectiva, se entiende, porque es evidente que el Govern no ha cumplido las expectativas que se había hecho la ciudadanía que dio el 52% de mayoría independentista. Y eso se tiene que poder decir. Creo que no haríamos ningún favor a los ciudadanos si no dijéramos las cosas como son. Tampoco haríamos un favor al president de la Generalitat si dijéramos que ha sido una presidencia exitosa con todas las carpetas que tenía abiertas.

Sin levantar Catalunya tampoco no podremos abordar un proceso de independencia en condiciones

¿Cuáles son estas carpetas?
Tenemos puntos críticos. Mire, educación, la organización de la administración, la sequía estructural, la inmigración —tenemos que hablar y tenemos que poder proponer una ley orgánica que dé a la Generalitat las competencias—, cuestiones que tienen que ver con la economía del conocimiento..., y le podría todavía dar más ámbitos que estos días estamos analizando con expertos, donde la sensación de tocar fondo existe. Y cuando hablamos de levantar Catalunya nos referimos a estas cosas también. Sin esto tampoco podremos abordar un proceso de independencia en condiciones. Y tenemos que poder explicar a nuestros conciudadanos que muchas de las carencias que tenemos son porque hay un Estado español que nos condena a todos los catalanes, también a los que votan a Vox, también a los que votan contra la independencia, o a los que aplaudían nuestro encarcelamiento y el exilio, que les condena a ellos y a sus hijos a una precariedad que no tienen los hijos de los madrileños. Porque la diferencia entre la inversión que se ejecuta en Catalunya y la que se ejecuta en Madrid, es más del 76%. Y eso no hay economía que lo aguante.

¿Quién conviene a Catalunya? Illa, que ya viene derrotado; ¿Aragonès, que ha demostrado qué puede hacer?; ¿o los que llevamos seis años aguantando posición y plantándonos cuando hace falta?

Pero aparte de la ejecución de los presupuestos también está la financiación autonómica. ¿Plantearán una propuesta de financiación?
Todo tiene que ver. Que la situación es injusta, creo que ya no hay que hacer ningún dibujo. Que el PSOE tiene que hacer una auditoría permanente de las cuentas autonómicas y saber qué se paga y qué se recibe. También. A partir de aquí, creo que la situación es de tanta injusticia que no harán falta muchos esfuerzos para entender que eso no puede continuar más. Y es eso lo que les hemos dicho a los ciudadanos de Catalunya que no quieren la independencia de Catalunya. ¿De verdad que quieren consolidar este modelo? ¿Quién hay mejor para defender eso? ¿El señor Illa, que ya viene derrotado? ¿El president Aragonès, que ahora ha demostrado lo que podía hacer? ¿O los que ya llevamos, déjemelo decir en estos términos, una guerra de seis años y medio de resistir y aguantar la posición, y que cuando nos hemos tenido que plantar, nos hemos plantado, y cuando hemos tenido que colaborar, hemos colaborado, pero lo hemos hecho siempre defendiendo los intereses de todos los catalanes?

¿Y acabar con este déficit fiscal será uno de los objetivos de su gobierno?
Es evidente. Es un objetivo de país, ya no de un gobierno. Creo que no hay ningún catalán, sinceramente, que crea que la situación es justa y que no crea que eso se tiene que revertir.

Pero eso obliga a negociar un sistema de financiación con el Gobierno.
De entrada, eso obliga a que los presupuestos del Estado español dejen de consolidar este espolio. Y por eso, probablemente, el señor Pedro Sánchez no se ha atrevido a presentar los presupuestos este año porque sabe que si no los corrige, votaremos que no.

 

No he dejado de hacer nada por las amenazas a mi seguridad. Pero no es normal. Ahora el riesgo se incrementa. ¿A nadie le preocupa?

Antes me comentaba que uno de los temas que hay pendientes es el de su seguridad. ¿Le preocupa este tema?
No estoy preocupado en el sentido que eso me paraliza o que me condiciona la vida. No he dejado de hacer nada por esta amenaza o por este riesgo, que está. Lo que digo es que eso no es normal. Yo tendría que poder tener la tranquilidad de espíritu al hacer las cosas que tienen otros responsables políticos que están en una situación de riesgo de seguridad como yo, y yo no la tengo. Yo estoy a la intemperie, y si no hubiera sido porque hay decenas y decenas de voluntarios que durante seis años y medio están destinando parte de su tiempo, a veces de trabajo, para venir a asegurar que no estaré solo, pues yo habría estado solo, y no sé qué se me habría pasado. Pero ahora el riesgo se incrementará, porque en el momento que yo retorne el riesgo de seguridad se dispara y yo estoy preocupado en el sentido de que a nadie parece que le preocupe. No por mí personalmente, yo lo haré igualmente, pero ¿de verdad que no le preocupa a nadie esto? ¿De verdad que a los responsables políticos españoles, que son los que tienen que autorizar que puedan salir los Mossos, o a los responsables políticos catalanes, de verdad que no les preocupa? Yo tengo un grado de exposición muy alto, insisto, no he dejado de hacer nada por este motivo, nada, pero me parece que es una anormalidad.

¿El Ministerio del Interior ante el hecho de que ahora sea un candidato que esté a punto de empezar una campaña no le ha ofrecido reconsiderar la negativa a permitirle tener el equipo de seguridad que le corresponden como expresident de la Generalitat?
No. No se ha reconsiderado. Creo que es un error, porque hay una ley que ampara perfectamente este servicio. Pero vaya, ahora tampoco vendrá de dos meses.

Sobre todo desde el acuerdo con el PSOE, la calidad, entre comillas, de las amenazas ha subido mucho nivel

Pero ha explicado que había habido una intensificación de las amenazas...
Sí, es verdad. Yo siempre he recibido amenazas, siempre. Pero sobre todo desde el acuerdo con el PSOE, la calidad, entre comillas, de las amenazas ha subido mucho nivel. Estamos hablando de gente que sabe lo que escribe, de gente que incluso hace mensajes de voz muy explícitos, que conoce detalles de mi vida o de mi situación, o incluso de la situación familiar... Bien, yo creo que hay elementos objetivos para considerar que el riesgo o que la exposición a la seguridad ha subido. Solo digo eso. Eso lo tienen que decidir los responsables de seguridad. Si consideran que da igual, esta es la situación y tendremos que adaptarnos.

Entrevista Carles Puigdemont, candidat eleccions catalunya per junts / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

¿Este tipo de situaciones las ponen en conocimiento de las autoridades?
Sí, sí, siempre, siempre. Y yo tengo decenas de denuncias por amenazas que no prosperan. Nunca prosperan.

Usted habla de restituir la presidencia de la Generalitat que ostentaba hasta que se activó el 155. ¿Qué han representado los dos presidents que ha habido en este periodo?
Han representado la presidencia legítima decidida por el Parlament de Catalunya. Solo faltaría. Nunca lo he discutido, eso. Nunca he discutido que es el Parlament quien pone y quien quita presidents. Pero eso no es incompatible con denunciar, uno, la destitución ilegítima e ilegal de la presidencia de la Generalitat y, dos, el enorme valor simbólico e histórico que tiene que esta presidencia pueda ser restituida. Nunca he discutido, por descontado, la legitimidad del president Torra o del president Aragonès. Yo discuto la legitimidad de Mariano Rajoy para haberse arrogado la presidencia de la Generalitat durante unos meses. Por eso me cuadré. Pero creo que todos pueden entender, porque no es la primera vez que hay un president en el exilio, que el valor de defender la presidencia e institución del exilio no es una cuestión caprichosa ni gratuita.

A mí me frustró mucho no ser investido el 30 de enero del 2018. Sabía que sería detenido, pero ya tenía los planes de retorno

Después de las elecciones del 21 de diciembre del 2017, también dijo que volvería, pero el presidente del Parlament desconvocó el pleno de investidura y usted no volvió.
Pero es que entonces lo que pasó es exactamente lo que dije. Yo dije, volveré si soy investido president, volveré a tomar posesión. Sabía que sería detenido, pero no es lo mismo detener a la persona que el Parlament ha restituido como president de la Generalitat. A mí me frustró mucho el 30 de enero. Realmente me entristecí mucho aquella noche, lo pasé mal, con Toni Comín tuvimos una conversación triste que en alguna parte trascendió, por desgracia, porque yo ya tenía los planes de retorno hechos y de volver, como mínimo, para no ser detenido al llegar, yo lo tenía previsto. Tenía un equipo de gente preparada. Obviamente no tenía ningún sentido que yo pusiera la presidencia de la Generalitat en el exilio en riesgo de su detención y de convertirse en un rehén de la judicatura española y de la política española sin que hubiera la derrota explícita del Estado o la restitución de la presidencia de la Generalitat. Y además, hemos podido hacer desde el exilio muchísimas cosas que no habríamos podido hacer de ninguna manera en la prisión, entre otras cosas no rendirnos, es decir, no ser objeto de cambio de negociación por la investidura de un presidente o por la aprobación de unos presupuestos y eso creo que era importante prevenirlo.

¿Usted agotará la legislatura en caso de que sea investido president en las elecciones del 12-M?
La intención es que sí.

Ya hay quien habla de repetición electoral en caso de que haya un bloqueo, ¿Usted se volvería a presentar?
No le puedo responder a esta pregunta porque supone saltar muchas pantallas y yo estoy concentrado en ganar las elecciones y liderar una mayoría independentista en el Parlament, creo que eso es factible y todas las energías están concentradas en ello.