Reproches a las instituciones y complicidad con los ciudadanos europeos. Así podría resumirse la conferencia 'Catalunya y el juicio sobre el referéndum: un reto para la UE', de los presidents Quim Torra y Carles Puigdemont este lunes por la tarde en Bruselas. Tras el veto en el Parlamento Europeo, el acto se ha acabado celebrando en un hotel de la capital belga. Las 250 sillas que había en la sala no han sido suficientes, y una cincuentena más de personas la han seguido de pie. En total, unos 300 asistentes.
La esencia del mensaje ha sido advertir a Europa ―a todos los niveles, desde instituciones a ciudadanos― que o se ponen las pilas y dejan de mirar a otro lado con el conflicto catalán o tarde o temprano acabarán pagando las consecuencias. Porque la respuesta y la reacción que tengan ahora marcará un precedente de cara al futuro. "La mayoría de los catalanes no pueden entender el silencio de la Comisión Europea, teniendo en cuenta la violencia que sufrieron el 1-O", ha recriminado Puigdemont. Y ha añadido que "aunque pudiera llegar a entender el silencio en relación a la independencia, me choca la pasividad de la UE ante un juicio político que puede acabar condenando a líderes democráticos y pacífico".
El primero en disparar ha sido Torra. Sólo empezar ya ha lanzado los primeros dardos, al presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, a quien ha acusado de "vulnerar los principios de la libertad de expresión" y "haber convertido el Parlamento Europeo en un títere de los partidos de la derecha española y de Borrell". Y todavía más, el president de la Generalitat ha apuntado directamente a un "boicot" contra Catalunya, porque mientras se ha prohibido su conferencia, se ha autorizado otra de Vox sobre Catalunya. Todo, "una vergüenza", ha concluido.
SOS a Europa
Los dos presidentes han exportado a Bruselas el no surrender. Con sus discursos han querido dejar claro que "no nos quedaremos callados ni quietos mientras nos destrozan". Torra ha llamado a los europeos a "plantar cara y no permanecer en silencio". A su vez, les ha invitado "a ver el juicio en directo, para ver y comprobar cómo Fiscalía y Abogacía mienten cada día con el único objetivo de condenar a nuestra gente".
De hecho, uno de los objetivos de la conferencia ha sido pedir ayuda internacional con un mensaje directo y claro "os necesitamos ahora". Puigdemont ha apelado a la sensibilidad de los ciudadanos europeos y también de los eurodiputados. Ha recordado que dos de los encausados en "el juicio de la vergüenza", Junqueras y Romeva, habían sido miembros del Parlamento Europeo. Por eso, ha sentenciado, "ha llegado el momento que los demócratas de Europa hagan oír su voz contra la intolerancia", porque "lo que hoy pasa en Catalunya, mañana puede pasar en cualquier otro lugar". Y ha implorado que Europa rompa el silencio de una vez por todas. En la misma línea, Torra ha avisado que "los siguientes en la cola ―de la represión― podríais ser vosotros".
Torra avisa, dispuesto a ser encarcelado
El acto ha servido también para desmontar de puertas afuera el mantra del suflé y evidenciar que por más que se empeñen en no verlo, el elefante seguirá allí. Ha sido suficiente la contundencia de una sola frase, la que ha pronunciado Quim Torra afirmando que "si el precio de defender nuestra libertad y el derecho de autodeterminación es mi libertad personal, yo lo pagaré". El president ha dejado claro que "no renunciaremos a ninguna vía pacífica".
Justicia europea vs (in)justicia española
Más allá de proclamas, los presidents han construido su discurso con ejemplos. El más potente, las decisiones de los tribunales de toda Europa en relación a la causa catalana. Desde Alemania al Reino Unido, pasando por Bruselas, todos "han resuelto que no hay ni rebelión ni sedición". La prueba, según Puigdemont de "que nos encontramos ante un juicio político".