El último símbolo de la historia de Ciudadanos en la política catalana y española cayó este martes con el anuncio de la dimisión de Carlos Carrizosa como presidente de la formación. Carrizosa ha dado su brazo a torcer y finalmente, ha tirado la toalla, tal como hicieron sus predecesores, Inés Arrimadas, que dimitió hace un año, y Albert Rivera, que lo hizo después del primer gran debacle electoral de Cs en 2019. Carlos Carrizosa ha sido el último en abandonar el barco de Ciudadanos, que después de las elecciones europeas del 9-J ya no tiene representación en ninguna institución. Su último intento por evitar la desaparición de la formación naranja fue inmolarse políticamente, presentándose como el candidato a las elecciones catalanas del 12-M donde Ciutadans quedó fuera del Parlament con solo 22.000 votos, es decir, un 0,7% del total, por debajo de Aliança Catalana y PACMA. En solo un año, Ciudadanos ha visto salir por la puerta a Arrimadas, a dos portavoces en el Parlament de Catalunya, Nacho Martín Blanco y Anna Grau, al secretario general del partido, Adrián Vázquez, y ahora también a Carrizosa.

Los mejores años de Carrizosa y Ciudadanos

Carlos Carrizosa (Barcelona, 1964) es abogado y ejerció su profesión durante más de 20 años hasta el año 2012. Con todo, la relación entre Ciudadanos y Carrizosa empezó en 2006 cuando se incorporó a la formación con el objetivo de "luchar contra el nacionalismo". Justo este año, el partido consiguió entrar con 3 escaños en el Parlamento, convirtiéndose así en la sexta fuerza de Catalunya. En aquel momento, Carrizosa no ocupó ninguno de los escaños, como tampoco lo hizo en 2010, cuando mantuvieron los tres asientos en el Parlament. Solo dos años después, el 25 de noviembre de 2012, Cs consiguió 9 escaños, y fue cuando Carrizosa dejó de lado su carrera como abogado para convertirse por primera vez en diputado en el Parlament. Desde entonces, su carrera política ha estado vinculada con Catalunya.

Las grandes victorias de Ciudadanos empezaron a llegar en 2015, con el adelanto electoral en Catalunya, donde la candidatura liderada por Arrimadas consiguió pasar de 9 a 25 escaños, convirtiéndose así en la segunda fuerza en el Parlamento catalán. Este éxito se tradujo a la política española, que en la repetición electoral de las generales en 2016 los naranjas consiguieron 40 escaños. El clímax de Ciudadanos en Catalunya llegó en 2017 cuando ganaron las elecciones consiguiendo 36 escaños y más del 25% de los votos, con Arrimadas al frente.

Albert Rivera, Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa en la noche electoral del 21-D del 2017 / Sergi Alcázar

 

Después de esta victoria en Catalunya, Inés Arrimadas se marchó a Madrid como portavoz del partido en el Congreso de los Diputados. Una decisión que hace solo unas semanas Carrizosa aseguraba que había sido un error. "Una decisión correcta para cambiar el gobierno de España", estimaron. "Hay que decir, a toro pasado, que nos equivocamos porque mucha gente se sintió abandonada". Los resultados electorales así lo dejamos claro en las elecciones del 2021, donde perdieron 30 escaños, y se quedaron con 6. Con la marcha de Arrimadas, Carrizosa fue designado presidente del grupo parlamentario y 'heredó' su despacho en el Parlament mientras que Lorena Roldán se convertía en la jefe de la oposición y candidata a la Generalitat. Eran órdenes de Rivera y Carrizosa tampoco quiso competir por el cargo.

Aunque las relaciones entre Roldán y Carrizosa no eran malas, empezaron a surgir rumores que apuntaban a la lucha interna para acaparar el protagonismo y los focos en los medios o a los debates del Parlament. Una tensión que culminó con la decisión de la cúpula del partido de colocar a Carrizosa como cabeza de lista a las elecciones del 2021, aunque Roldán había conseguido el 86% de los votos en las primarias. El carácter dialogante y pacificador de Carrizosa lo ha mostrado en diferentes momentos clave de la historia de Ciudadanos. Fue el encargado de calmar los ánimos después del porrazo electoral en las generales del 2019, que dejaron dos sectores enfrentados: el crítico, capitaneado por Francisco Igea, y el oficialista, que representó a Manuel García Bofill, presidente del máximo órgano entre Asambleas. Carrizosa pidió "unidad" a las dos partes para hacer frente a la difícil etapa que ya se preveía que entraba el partido. Desde que empezó el declive de Ciudadanos, Carrizosa se ha mantenido firme en el cargo, hasta la dolorosa derrota a las elecciones catalanas del mes de mayo, y la última estocada en las europeas. Aunque deja la presidencia del partido, Carrizosa seguirá formando parte de la militancia de Ciudadanos. 

Carlos Carrizosa y Lorena Roldán en el Parlament de Catalunya / Europa Press

 

Las polémicas de Carrizosa

Los doce años de Carlos Carrizosa en el panorama político catalán no han quedado exentos de polémica. El hasta ahora líder de los naranjas en Catalunya siempre se ha erigido en el gran azote del independentismo y ha protagonizado un centenar de escenas polémicas en el Parlament de Catalunya. El año 2019, con Roger Torrent al frente del Parlament, fue expulsado de la cámara por un enfrentamiento sobre la detención de los CDR. En un contexto marcado por las protestas del procés, Carrizosa criticó las posturas de ERC y Junts. "En este Parlament se está amparando a personas que mediante resolución judicial han entrado en la prisión por presuntamente hechos como atentar contra todos los catalanes, contra la convivencia". "Nos sentimos amenazados por aquellos que dan apoyo al terrorismo", gritó. Sus declaraciones generaron mucho conflicto en el Parlament, y Torrent lo acabó expulsando.

Carlos Carrizosa en el Parlament de Catalunya / Irene Vilà

El año 2020, con la inhabilitación de Quim Torra en el aire, Carrizosa aprovechó el pleno del Parlament para enumerar todas las críticas hacia la gestión como presidente de Torra, y se despidió de él dando por hecha la inhabilitación. Su intervención la concluyó con un conciso "Señor Torra, adiós". Una de las más sonadas se dio en el contexto del alboroto con una escuela de Canet de Mar y el uso del catalán. Carrizosa estableció una comparativa con el asesinato de Miguel Ángel Blanco en Ermua por ETA. "Canet es una especie de Ermua salvando las distancias", dijo en la cámara catalana.

Otro de los late motivs de la carrera política de Carrizosa, ha sido utilizar la lengua castellana tanto en el Parlament como en los debates electorales y las entrevistas en los medios donde ha participado. Los ataques al independentismo defendiendo el 155 el año 2017, y en especial, a Carles Puigdemont, también han sido una de sus habituales. En una infinidad de ocasiones se ha referido al candidato de Junts como "presidente huido".